miércoles, 26 de diciembre de 2018

El rincón del cinéfilo: La fuga de Alcatraz, con el escurridizo Clint Eastwood

¿Cómo escapar de una prisión situada en una isla a 1,5 kilómetros de la costa más próxima? Un clásico de Don Siegel con Clint Eastwood. Atención, en esta crítica revelamos algunos elementos de la intriga. 
En 1979, el director Don Siegel forma equipo por quinta y última vez, con el actor Clint Eastwood. Juntos, recrean la fuga más famosa en la historia de la prisión de los Estados Unidos. El 11 de junio de 1962, Frank Morris (Clint Eastwood), Clarence Anglin (Jack Thibeau) y su hermano John (Fred Ward) logran huir de Alcatraz, la prisión más segura de los Estados Unidos, y luego se volatilizan, nunca será encontrado. Regresemos a esta "roca" infernal en tres preguntas.
Clint Eastwood en La fuga de Alcatraz (1979)

¿Alcatraz, qué es?

Considerada maldita por los amerindios, la isla de Alcatraz es una roca situada en la bahía de San francisco. Durante la mitad del siglo XIX, las autoridades americanas construyeron una fortaleza militar, que se transformará en penitenciaria un siglo más tarde. De 1934  1963, Alcatraz fue el buque insignia del Departamento Federal de Prisiones -nadie se había fugado nunca- y acogía a los peores criminales del país, incluido a Al Capone. "Hemos puesto a todas las manzanas podridas en la misma cesta", resumí uno de sus directores -frase que repite el director, interpretado por Patrick McGoohan, en la película de Don Siegel. Problema: la sal oxida los metales y la humedad corroe los cimientos de los edificios. Necesitando costosos trabajos de reparación, la fortaleza se convierte en "un molar infectado dentro de las fauces del sistema penitenciario americano", según Thomas E. Gaddis, escritor estadounidense conocido mundialmente por sus libros Birdman of Alcatraz o Killer: A Journal of Murder, en el que se basó el guión de la película de John Frankenheimer, El hombre de Alcatraz (Birdman of Alcatraz, 1962), y protagonizada por Burt Lancaster, que recreaba el caso del preso de Alcatraz Robert Franklin Stroud, condenado a cadena perpetua por asesinato.
Burt Lancaster, Karl Malden, y James Westerfield en El hombre de Alcatraz (1962)
Desde las primeras secuencias, sombrías y lluviosas, la bahía de San Francisco se convierte en una especie de laguna Estigia que el prisionero Morris atraviesa, antes de cruzar las diferentes puertas del infierno -la prisión fue apodada "Hellcatraz"-. Más que el maltrato que reciben los presos (la escena del aislamiento, "el Agujero"), Don Siegel se interesa por los detalles técnicos de la fuga, transcritos meticulosamente, casi de manera fetichista. ¿Cómo construir una lima de uñas con el mango de una cuchara? ¿Cómo hacer una falsa de cabeza con papel maché? ¿Cómo construir una balsa con impermeables?

¿Los fugados sobrevivieron?

En Au-delà des grilles, libro complementario de la película El prisionero de Alcatraz, el escritor y guionista Doug Headline realiza una contabilidad precisa: "En veintinueve años de existencia de Alcatraz, ha habido al menos catorce tentativas diferentes de  evasión. Treinta y nueve hombres participaron, siete fueron asesinados, veintiséis fueron nuevamente apresados, tres se ahogaron, y otros tres solamente, los hermanos John y Clarence Anglin y Frank Morris, desaparecieron sin dejar rastro."  
"La costa esta a más de un kilómetro y medio de distancia, pero con las corrientes es como si estuviera a diez. Y el agua está tan fría que paralizará a un hombre en pocos minutos", explica en la película uno de los personajes a Frank Morris. En 2008, el episodio dedicado a La fuga de Alcatraz (Escape from Alcatraz) en la serie documental The True Story en Grande-Bretagne, The Real Story aux États-Unis -producción británica que mide el grado de realismo de las más exitosas películas de Hollywood-, reunió a científicos y nadadores profesionales en el borde de la bahía. Su conclusión es inapelable: es imposible atravesarla con una balsa y chalecos salvavidas remedados de impermeables y cinta adhesiva. Los tres hombres probablemente se ahogaron.
El largometraje, mientras tanto, termina con un final abierto, según fue la decisión de Eastwood. Seca y tensa, la puesta en escena de Siegel hace de su fuga una carrera de obstáculos casi metafísica para escapar de la oscuridad, a través de una maraña de tuberías, barras y cercas -imágenes en el límite de la abstracción-. El director abandona a los fugitivos al entrar en el agua, pues termina el relato con un dando al director de la prisión una auténtica bofetada, que encuentra una flor de crisantemo sobre la playa (he aquí un símbolo de humanidad).  De todos modos, el trío logró derrotar a Alcatraz: "el mito había caído", escribe Doug Headline. Debido a su calamitosa reputación y su estado de avanzada decrepitud, la prisión se cerrará unos meses después, el 21 de marzo de 1963.

¿Ha habido otras fugas de Alcatraz en el cine?

Desde su inauguración, el 11 de agosto de 1934, la cárcel considerada la más dura de América inspiró a lo guionistas. Un primer fugado de Alcatraz lo imaginó Robert Florey con el guión de la película King of Alcatraz (1938): la historia de un condenado que después de salta el muro, se disfraza de anciana entre los pasajeros de un barco, antes de ser abatido por uno de ellos. Sesenta años más tarde, en La roca (The Rock, 1996), un espectacular entretenimiento de acción, Michael Bay imagina que un agente inglés, que consiguió fugarse de ella en su juventud, hazaña que se ha mantenido en secreto. Ahora envejecido, es reclutado por las autoridades americanas para infiltrarse en la fortaleza americana -una evasión a la inversa-, donde unos militares renegados retienen a unos turistas como rehenes. Una secuencia memorable: el paso por una galería con mecanismos giratorios de acero y llamas, que nuestro héroe conoce  el ritmo de memoria. 
Sean Connery y Nicolas Cage en La roca (1996)
Debemos citar también a la violenta Al filo de la muerte (Half Past Dead, 2002). En el 2002 la Autoridad Penal de California ha reabierto la prisión más famosa de la historia: Alcatraz. Un contrariado funcionario de prisiones convertido en mente criminal ha organizado un comando para que se infiltre en la reformada fortaleza de alta tecnología, con el objetivo de forzar a un preso condenado a muerte a revelar el paradero de 200 millones de dólares en oro. Otro preso, Nick Frazier, debe ayudar al agente del FBI infiltrado, Sasha Petrosevitch, a reunir un grupo de presos para detener a los invasores antes de que asesinen a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia que están allí para presenciar la inminente ejecución. 
Steven Seagal en Al filo de la muerte (2002)
La roca se ha usado como telón de fondo para una docena de películas, desde bodrios de terror como Horror en Alcatraz (Slaughterhouse Rock, 1988) a la taquillera X-Men: la decisión final (X-Men: The Last Stand, 2006). ¿La más llamativa? Sin duda la citada El hombre de Alcatraz, en la que Burt Lancaster interpreta al célebre reo Robert Stroud, apodado "el hombre de los pájaros". Otro ejemplo más irónico: en Harry el ejecutor (The Enforcer, 1976), tercera entrega de las andanzas del controvertido y duro policía de San Francisco, Harry Callahan (Clint Eastwood), en la que unos terroristas convierten a la prisión en su cuartel general, capturan al alcalde San Francisco y lo encierran tras las rejas. 
Clint Eastwood y Tyne Daly en Harry el ejecutor (1976)

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