12. Un mundo perfecto (A Perfect World, 1993)
Texas, año 1963. Butch Haynes (Kevin Costner) es un peligroso e inteligente asesino que se ha escapado de la cárcel en compañía de otro preso. Durante la huida ambos se ven obligados a tomar como rehén al joven Philip (T.J. Lowther), un niño de ocho años que vive con su devota madre, Testigo de Jehová, y sus dos hermanas. El Ranger Red Garnett (Clint Eastwood) y una criminóloga (Laura Dern) irán sobre la pista de los fugados, al tiempo que el secuestro adquiere para el niño cada vez más el carácter de una aventura.
El director Eastwood aquí entrega una singular "road movie" repleta de sentimientos profundos y del fatalismo marca de la casa. El resultado es excelente y la película ha llegado a convertirse en un clásico de los años 1990.
11. Cartas desde Iwo Jima (Letters From Iwo Jima, 2006)
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Cartas desde Iwo Jima arranca en nuestros días, con las excavaciones arqueológicas que se efectúan en los túneles que horadaban los montes de la isla, donde organizaron su resistencia las tropas niponas. De ahí, punteada la trama por la voz en off de las líneas escritas por los soldados a sus familias, pasamos a las vísperas de la invasión de la isla por los americanos, cuando llega al lugar el general Tadamichi Kuribayashi a preparar la defensa. Imbuido de su conocimiento del enemigo, por la época en que participó en la Olimpiada de Los Ángeles, rehúsa la convencional excavación de trincheras en la línea de playa, y en cambio organiza la resistencia en un lugar menos obvio, las profundidades de los montes de la isla, mediante la preparación de túneles adecuados donde ocultarse.
Rodada íntegramente en japonés, la película ofrece la versión nipona de la batalla de Iwo Jima, el episodio más cruento de la guerra del Pacífico, en el que murieron más de 20.000 japoneses y 7.000 estadounidenses. El objetivo de la batalla para los japoneses era conservar un islote insignificante, pero de gran valor estratégico, pues desde allí defendían la integridad de su territorio. Clint Eastwood cierra de modo maestro su díptico sobre la Guerra del Pacífico, ofreciendo el punto de vista japonés de la pérdida de Iwo Jima. Ese mismo año, Eastwood dirigió también Banderas de nuestros padres, que narra la misma batalla desde el punto de vista norteamericano. La versión japonesa muestra cómo el general Tadamichi Kuribayashi (Ken Watanabe) organizó la resistencia a través de un sistema de túneles
10. Bird (1988)
La turbulenta y malograda vida de Charlie ‘Bird’ Parker (1920-1955), uno de los mayores genios del jazz de todos los tiempos, virtuoso de la improvisación con el saxo alto y pionero del Bebop, narrada con exquisita sensibilidad musical. La película arranca con su intento de suicidio en 1954 y a partir de ahí se intercalan flash-backs que reconstruyen su agitada biografía. Intoxicado por las drogas y por el alcohol, con una úlcera de estómago y una cirrosis, vivió una continua lucha contra la enfermedad y la muerte. Pero en medio de su tragedia componía una música que revolucionó el jazz y le hizo famoso en el mundo entero.
Clint Eastwood es un gran amante del jazz desde que vio actuar a Bird en 1946, cuando era un chiquillo. Esta es una de sus mejores películas y si bien no tiene nada que ver con la violencia habitual de su cine, sí tiene cierta dosis de su típico fatalismo.
9. El intercambio (Changeling, 2008)
Los Angeles,1928. Christine Collins (Angelina Jolie) es una madre soltera cuyo hijo desaparece sin dejar rastro. Algunos meses después, la policía le comunica que ha encontrado al niño, pero, nada más verlo, Christine se da cuenta de que no es su hijo. Sin embargo, está tan confundida que se lo lleva a casa, aunque exige que continúe la búsqueda de su verdadero hijo. Tachada de loca e incapacitada por la policía, por fin encuentra un aliado en el reverendo Briegleb (John Malkovich), que la ayudará en su lucha.
Impactante película, que sobrecoge aún mas cuando se sabe que está basada en hechos reales. El guionista J. Michael Straczynski rescata y convierte en libreto un caso que ocupó las páginas de la prensa angelina de 1928, y que había quedado sepultado en el olvido. Y el gran Clint Eastwood lo convierte en cine estupendo, de maravilloso clasicismo, por el ritmo, planificación, movimientos de cámara y perfecta paleta de colores.