martes, 9 de agosto de 2022

Cine: El expresionismo alemán (I)

Expresionismo: "intento de presentar la vida interior de la humanidad en lugar de su apariencia externa". En el primitivo cine alemán, los decorados se propusieron hacer realidad esta difinición, y el uso exclusivo de interiores, la iluminación artificial y los ángulos de cámara  originales y extraños se convirtieron en su "marca de  fábrica".
Como movimiento artístico, moderno y específico, el expresionismo alemán duró desde 1914 a 1924, manifestándose primero en la pintura y en la poesía, y luego en el teatro y el cine; de hecho, la película generalmente considerada como primer ejemplo del cine expresionista alemán, El gabinete del doctor Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari), dirigida por Robert Wiene no apareció hasta 1920, ya casi a finales del movimiento. Su tardía irrupción en el cine es explicada de la siguiente manera por John Willet en su libro "Expressionism (1970)": "Cuanto más complicada sea la maquinaria de comunicación, y menos sujeta a la voluntad del escritor o artista individual, más tardará en reflejarse en ella un determinado moviemiento. Así, mientras que en la pintura o en la poesía, es el propio artista el responsable de ofrecer el producto acabado, por lo que el proceso es rápido, la letra impresa tarda algo más, y el teatro todavía mas." Y, por supuesto, el cine muchísimo más.
El gabinete del doctor Caligari (1920)
Los espectadores actuales considera El gabinete de doctor Caligari una película plana, bidimensional y excesivamente teatral. No obstante, sus decorados revelan mucho acerca del papel del diseño en el cine expresionista alemán, reflejando y evocando las formas de pensar y los estados de ánimo de los personajes y contribuyendo a crear la evocadora atmósfera de la película. Como corresponde a una historia  que intenta mostrar el mundo visto a través de los ojos de un loco, 
El gabinete del doctor Caligari utiliza las perspectivas distorsionadas, las líneas disparatadamente oblicuas y los ángulos de cámara más fantásticos, mientras que la forma de actuar de Werner Krauss y Conradt Veidt es lo suficientemente estilizada como para encajar en ese mundo. Como señala Siegfried Kracacuer en "De Caligari a Hitler: Historia psicológica del cine alemán", los decorados de la película constituyen "una proyección exterior de acontecimientos internos... una transformación perfecta de los objetos materiales en ornamentos emocionales". Los personajes se mezclan en sombría armonía con los objetos que los rodean, y en la amenaza latente de Cesare se encontraba ya el embrión del nazismo, el auténtico "huevo de serpiente" al que se refirió posteriormente Bergman en su película del mismo título rodada en 1977, El huevo de la serpiente (Das Schlangenei/Ormens ägg). La excitación intelectual que se vive en Alemania tras el Armisticio lleva a que la vanguardia, la pintura expesionista y el entusiasmo por el cine pasarán a ocupar un papel preponderante. Los decorados fueron obra de Herman Warm, Wlater Röhrig y Walter Reihmann, todos los cuales estaban afiliados al grupo "Sturm", el de los expresionistas berlineses. 
El gabinete del doctor Caligari (1920)
El gabinete del doctor Caligari obtuvo tanto éxito (sobre todo fuera de Alemania) que dio origen al término "caligarismo". Describir un mundo cinematográfico en el que todo estaba al revés y "patas arriba", y, al igual que la etiqueta "expresionismo", se aplicó de manera algo indiscriminada a una larga sucesión de películas alemanas. El director de El gabinete del doctor Caligari, Robert Wiene, intento prolongar el éxito de la misma con Genuine (1920), la historia de una "mujer fatal", que contaba con sorprendentes decorados bidimensionales, obra de Cesat Klein, quien había sido una de las luminarias del grupo "Neue Secession", una de las primeras asociaciones de pintores expresionistas, habiendo diseñado los decorados del montaje de la obra Hölle Weg Erde, del destcado autor expresionista Georg Kaiser, en el teatro Lessing de Berlín  en 1919. 
Genuine (1920)
No obstante, hubo que esperar hasta Raskolnikov (1923), adaptación de la obra Crimen y castigo de Fedor Dostoyevski, para que Wiene lograse superar los problemas de la profundidad y la perspectiva.
Raskolnikow (1923)
(cont.)

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