martes, 11 de febrero de 2020

Kirk Douglas ha muerto: un recorrido por su carrera en diez de su mejores interpretaciones (II)

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Gladiador en Espartaco (Spartacus, 1960), de Stanley Kubrick.

El gladiador de Capua (muerto el año 71 antes de Cristo) se convirtió en el lider la más célebre revuelta de esclavos de la antigüedad, fue el papel emblemático de Kirk Douglas. Como productor de la película tuvo el coraje de contratar al guionista, acusado de comunista, Dalton Trumbo, que estaba en la lista negra de los estudios en virtud del macartismo dominante en la época, y lo acredita bajo su nombre en los títulos de créditos. Despide a Anthony Mann, director e principio seleccionado, para reemplazarlo por Stanley Kubrick, quien lo había impresionado en la filmación de Senderos de gloria, dos años antes, lo que no evitará algunos problemas graves entre estas dos fuertes personalidades. Al final, un peplum espectacular y obra maestra (algo raro en este género...), con forma de una parábola antigua (y viril) sobre la lucha de clases.
Kirk Douglas en Espartaco (1960)

Arquitecto enamorado en Un extraño en mi vida (Strangers When We Meet, 1960), de Richard Quinn.

Un suburbio estadounidense como tanto otros, Drama de infidelidad entre dos adultos cuyas respectivas parejas no les prestan mucha atención, más común. Pero Douglas, conmovedor como nunca, y su director, Richard Quine, transforman esta comedia dramática en una sucesión de delicados momentos. ¿Lo mejor de la película? La casa, elegante y sobria, construida por el arquitecto en un espejo de amor, diseñada para durar pero poblada de sombras, que aporta al personaje de Kim Novak.
Kirk Douglas y Kim Novak en Un extraño en mi vida (1960)

Un anacrónico vaquero en Los valientes andan solos (Lonely are the Brave, 1962), de David Miller. 

Kirk Douglas cuenta en su filmografía con varias películas del oeste -Camino de la horca (Along the Great Divide, 1951); Río de sangre (The Big Sky, 1952); La pradera sin ley (Man Whitout a Star, 1955); Pacto de honor (The Indian Fighter, 1955); Duelo de Titanes (Gunfight at the OK Corral, 1957); El último tren de Gun Hill (Last Train from Gun Hill, 1959); El último atardecer (The Last Sunset, 1961); Camino de Oregón (The Way West, 1967); Ataque al carro blindado (The War Wagon, 1967); El gran duelo (A Gunfight, 1970); El día de los tramposos (There Was a Crooked Man, 1970); Pata de palo (Scalawag, 1973); Los justicieros del Oeste (Posse, 1975); Cactus Jack (The Villain, 1979); El hombre de Río Nevado (The Man From Snowy River, 1982). En esta increíble película, Los valientes andan solos, da vida a un nostálgico de la conquista del oeste, perdido en los extensos horizontes deNuevo México en la década de 1950. John W. Burns, un modesto pastor de vacas, solo se desplaza en su caballo, incapaz de acostumbrarse a los contratiempos de la vida cotidiana. Tambié, para rebelarse contra un mundo moderno con valores equivocados, también... Fue uno de los personajes favoritos de Douglas.
Kirk Douglas en Los valientes andan solos (1962)

Publicitario depresivo en El compromiso (The Arrangement, 1969), Eloia Kazan.

Elia Kazan quería a Marlon Brando, en última instancia fue Kirk Douglas (a veces demasiado rígido aquí en su interpretación) quien ganó el hermoso papel de Eddie Anderson. Un publicista que cree que puede ser dueño de todo, el bienestar material y las ambiciones intelectuales, la comodidad del matrimonio y la aventura del adulterio. Un día, Eddie está gravemente herido mientras conducía su automóvil. ¿Accidente o intento de suicidio? En este personaje, hijo de un inmigrante griego, fue fácil identificar al propio Kazan, incluso en su apasionada relación con Gwen, un doble ficticio de Barbara Loden, la amante (y futura esposa) del cineasta.
Kirk Douglas en El compromiso (1969)

Padre vengador en La furia (The Fury, 1978), de Brian De Palma.

Leyenda de la era del cine estadounidense clásico, Kirk Douglas apenas habrá rodado con los directores del nuevo Hollywood. De todos modos, en 1978, Brian De Palma le ofreció su último gran papel: un veterano de los servicios secretos en busca de su hijo, secuestrado por una agencia del gobierno de los Estados Unidos porque estaba dotado de poderes extrasensoriales. La película, que no es la mejor de su autor a pesar de algunos grandes momentos de puesta en escena, a veces se convierte en algo grande. Pero Douglas, que ya tenía 62 años en ese momento, todavía tiene hermosos restos: hay que verlo escapar de los asesinos saltando sobre los tejados en calzoncillos...
Kirk Douglas en La furia (1978)

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