lunes, 22 de julio de 2013

Efemérides musicales: Parsifal

El 26 de julio de 1882, en Bayreuth (Alemania) se estrena la ópera Parsifal de Richard Wagner.

Parsifal es un Festival escénico sacro, Bühnenweihfestspiel, como lo definió su autor Richard Wagner, en tres actos, con música y libreto en alemán, compuestos por él mismo. Se basa en el poema épico medieval (del siglo XIII) Parzival de Wolfram von Eschenbach, sobre la vida de este caballero de la corte del Rey Arturo y su búsqueda del Santo Grial. Wagner concibió la obra en abril de 1857 pero sólo la completó 25 años después, estrenándose en el Festival de Bayreuth el 26 de julio de 1882 (al estreno asistirían, entre otros, Vincent d'Indy y Ernest Chausson).

Composición

Wagner leyó por primera vez el poema de Wolfram von Eschenbach en
Parsifal, por Hermann Hendrich
Marienbad en 1845. Influenciado por la concepción filosófica del mundo contenida en los trabajos de Arthur Schopenhauer en 1854, Wagner se mostró interesado en las filosofías orientales, particularmente el budismo. Tras leer la obra de Eugène Burnof Introduction à l'historie du buddhisme indien en 1855/56, escribió Die Sieger (Los victoriosos, 1856), un boceto de una ópera basada en una historia de la vida de Buda. Los temas que luego serían explorados en Parsifal de reencarnación, compasión, renuncia a uno mismo e incluso los grupos sociales (castas en Die Sieger, los Caballeros del Grial en Parsifal) fueron introducidos en Die Sieger.
De acuerdo con su propio relato, recogido en su autobiografía Mein Leben, Wagner concibió Parsifal en la mañana del Viernes Santo de 1857, en la residencia que Otto von Wesendonck, rico comerciante de sedas y generoso patrón, había dispuesto para Wagner. Parece probable que el que Wagner dijera que se había inspirado un Viernes Santo para componer la ópera no sea más que una licencia poética. Sea como sea, se acepta que el trabajo comenzó en la residencia que le había cedido Wesendonck durante la última semana de abril de 1857.
Tras este primer boceto, Wagner no volvió a trabajar en Parsifal durante ocho años, durante los cuales completó Tristán e Isolda y empezó Los maestros cantores de Núremberg. Entre el 27 y el 30 de agosto de 1865, retomó Parsifal y completó un pequeño boceto de la obra. Este boceto contenía un breve resumen del argumento y detallados comentarios sobre los personajes y temas del drama. Una vez más, el trabajo fue abandonado durante otros once años y medio. Durante este tiempo, Wagner dedicó la mayor parte de sus energías al ciclo del El anillo del nibelungo, el cual completó en 1874. Sólo cuando su gran obra fue estrenada, Wagner encontró tiempo para dedicarse a Parsifal. El 23 de febrero de 1877 terminó un segundo y más extenso boceto de la obra, que el 19 de abril del mismo año había transformado en un libreto en verso (o «poema», como Wagner prefería llamar a sus libretos).
En septiembre de 1877 empezó la música componiendo dos bocetos de la partitura desde el comienzo hasta el final. El primero de estos borradores (conocido en alemán como Gesamtentwurf) fue hecho a lápiz en tres pentagramas, uno para la voz y dos para los instrumentos. El segundo borrador (Orchesterskizze) fue realizado en tinta y con tres a cinco pentagramas según la parte. Este boceto estaba mucho más detallado que el primero y contenía un grado considerable de elaboración de la parte instrumental.
El segundo borrador lo inició el 25 de septiembre de 1877, solo pocos días después del primero. En ese momento de su carrera, a Wagner le gustaba trabajar en los dos borradores a la vez, cambiando entre uno y otro. Una vez acabados los borradores, Wagner terminaba la partitura final (Partiturerstschrift).
Wagner compuso los actos de Parsifal de uno en uno, y hasta que no terminaba completamente uno no pasaba al siguiente.

Representaciones

El Festival de Bayreuth estableció un monopolio absoluto sobre las representaciones de Parsifal, que sólo podrían darse fuera de Bayreuth 30 años después de la muerte de su autor, en 1913. No obstante, en 1903 la ópera fue representada en el Metropolitan Opera de Nueva York. El 1 de enero de 1914 tuvieron lugar las primeras representaciones «legales» fuera de Bayreuth: la primera de ellas —que empezó la noche del 31 de diciembre de 1913, adelantándose en una hora y media debido a la diferencia horaria entre Bayreuth y Barcelona— se dio en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. La ópera forma parte del Canon de Bayreuth. La composición de esta ópera supuso la ruptura de su amistad con el filósofo Friedrich Nietzsche por su claro sentido religioso.
Por su carácter místico, Wagner, tras el estreno, pidió que "no se aplaudiera". Al morir en 1883, y siendo su viuda, Cósima, la directora del Festival, vigiló celosamente la recomendación de su marido, de no aplaudir entre actos ni al final de la función, costumbre que fue respetada en Bayreuth hasta 1944, año en que tuvo lugar el último Festival antes del periodo que se conoce como Nuevo Bayreuth y que empezaría en 1951. En el Nuevo Bayreuth la tradición se mantuvo hasta 1964, debido a que el director oficial de la obra fue Hans Knappertsbusch, salvo en 1953, en que fue dirigida por Clemens Krauss y en 1957, en que compartió la obra con André Cluytens. La presencia de Knappertsbusch como la gran batuta wagneriana desde muchos años atrás daba pie a mantener la tradición. En 1965, retirado ya éste, y dirigiendo la obra André Cluytens, se conformó la actual tradición: mantener el silencio al final del primer acto, cuya música mística invita a ello, y aplaudir al final del segundo y del tercero.
Esta ópera sigue en el repertorio actual, aunque no está entre las más representadas; en las estadísticas de Operabase aparece la nº 54 de las cien óperas más representadas en el período 2005-2010, siendo la 15.ª en Alemania y la séptima de Wagner, con 82 representaciones.

Características de la obra

La obra se estructura en tres actos, superando las cuatro horas de duración. El primer acto dura en torno a una hora y cuarenta y cinco minutos, mientras que el segundo y el tercero vienen a durar entre sesenta y cinco y setenta y cinco minutos.
Se exige una orquesta enorme, con una nutrida sección de metal y una cuerda reforzada, con la presencia de campanas. Probablemente sea la ópera más difícil para un coro, requiriendo de grandes efectivos repartidos en torno al escenario en la escena de la Sala del Grial en el primer acto y al final del tercero. Las tesituras son muy amplias y las voces aparecen frecuentemente desdobladas.
Igualmente, el equipo de solistas es muy importante. El papel titular es para tenor heroico, con una tesitura similar a Sigmundo en La valquiria. Su papel se caracteriza por momentos especialmente dramáticos en la gran escena con Kundry del segundo acto y líricos en el tercero. Junto a él, el rol de Gurnemanzes para un bajo profundo con una línea de canto depurada, debido a la matización que el personaje requiere en los largos monólogos que tiene que afrontar en el primer y en el tercer acto. Personaje clave es sin duda Amfortas, para barítono-bajo, rey del Grial, dramático y sufriente. El único papel femenino importante es Kundry, para mezzosoprano o soprano dramática, una de las magnas creaciones del compositor esbozada en la Venus de Tannhäuser y Ortrud de Lohengrin. Con una caracterización que se mueve entre la locura y la pasión de una parte y a su vez aspira a la redención y es compasiva, lo cual requiere una caracterización psicológica compleja, posee una tesitura muy extensa, que requiere los graves de una mezzo y los agudos brillantes y potentes de una soprano, siendo uno de los papeles más difíciles del repertorio alemán. También son considerablemente importantes Titurel, padre de Amfortas (bajo profundo) y Klingsor, nigromante y personaje maligno de la obra (barítono).

Principales interpretaciones

Estrenada por el director Hermann Levi, y contando con grandes batutas en el Festival de Bayreuth en la primera mitad del siglo XX, como Arturo Toscanini o Richard Strauss, las lecturas que Hans Knappertsbusch llevó a cabo entre 1951 y 1964 (durante trece ediciones, ostentando así el récord en ediciones dirigas de la obra) han sido consideradas la referencia absoluta, no sólo por el misticismo y grandece de las interpretaciones, sino por la calidad de los cantantes. De ellas, doce de ellas se encuentran editadas en disco. El papel de Parsifal fue magistralmente interpretando por Wolfgang Windgassen, Jon Vickers, Ramón Vinay o Jess Thomas, mientras que Kundry encontró grandes creaciones en Martha Mödl (probablemente la referencia absoluta), Astrid Varnay Régine Crespin o Irene Dalis. Gurnemanz fue asímismo interpretado por grandes bajos como Ludwig Weber, Josef Greindl o Hans Hotter. La puesta en escena corrió por cuenta de Wieland Wagner, nieto del compositor, y fue en su momento muy discutida por su minimalismo y tratamiento novedoso de la luz, aunque poco después fue acogida como obra maestra.
En los años ochenta y noventa fueron especialmente aclamadas las interpretaciones de James Levine, tanto en el Metropolitan de Nueva York como en el Festival de Bayreuth, que recogían el testigo de las interpretaciones de carácter místico, con tempi dilatados. Parsifal fue interpretado por cantantes como Siegfried Jerusalem y René Kollo, mientras que en el papel de Kundry convivieron cantantes de la generación anterior que asumieron papeles más dramáticos, como Leonie Rysanek, Christa Ludwig o Eva Randová, con otras de la nueva generación, como Waltraud Meier. El Gurnemanz indiscutible de este periodo fue Hans Sotin, que interpretó el papel en todas las ediciones del Festival de Bayreuth en que se interpretó la obra desde 1975 hasta 1999 (23 en total), aunque también fueron destacadas las interpretaciones de Kurt Moll o Matti Salminen. En Bayreuth, los montajes de Götz Friedrich (estrenado en 1982 para conmemorar el centenario del estreno de la obra) y los dos de Wolfgang Wagner, nieto del compositor, de corte clásico y minimalista, fueron los que pudieron verse en esos años.

Argumento

Lugar: el recinto de Monsalvat en las montañas del noreste de España, y el castillo mágico de Klingsor en el sur de España.

Acto I

Gran preludio orquestal donde aparecen los principales "leitmotiv" del Festival Sacro.
Escena 1
En un bosque cerca del castillo de Monsalvat, sede del Grial y sus caballeros, Gurnemanz, el mayor de los caballeros del Grial, despierta a sus jóvenes escuderos y los guía en la oración. Ve a Amfortas, rey de los caballeros del grial, y su séquito que se acercan. Amfortas ha sido herido por su propia lanza, que no es sino la Lanza Sagrada con que Longinos abrió la llaga del costado de Cristo, y la cual debía custodiar , y la herida no se cura.
Gurnemanz pide a su caballero principal noticias de la salud del rey. El caballero dice que el rey ha sufrido durante la noche y que se va temprano a bañar en el lago sagrado. Los escuderos piden a Gurnemanz que les explique cómo la herida del rey puede sanarse, pero él elude la cuestión y entra una mujer enloquecida, Kundry. Ella entrega a Gurnemanz un vial de bálsamo, traído de Arabia, para aliviar el dolor del rey, y luego se derrumba, agotada.
Llega Amfortas, tumbado en una camilla que sostienen Caballeros del Grial. Llama a Gawain, cuyo intento de aliviar el dolor del rey ha fracasado. Le dicen que este caballero se ha vuelto a marchar, buscando un remedio mejor. Alzándose un poco, el rey dice que marcharse sin permiso ("Ohn' Urlaub?") es el tipo de impulsividad que le llevó a él al reino de Klingsor, y a su caída. Acepta la poción de Gurnemanz e intenta agradecérselo a Kundry, pero ella contesta apresuradamente que las gracias no ayudarán y le insta a que vaya a su baño.
Se marcha la procesión. Los escuderos miran a Kundry con sospecha y le hacen preguntas. Después de una breve réplica, ella se calla. Gurnemanz les dice que Kundry a menudo ha ayudado a los Caballeros del Grial, pero que ella va y viene de manera impredecible. Cuando él le pregunta directamente por qué ella no se queda para ayudar, responde "¡Nunca ayudo!" ("Ich helfe nie!"). Los escuderos creen que ella es una bruja y desdeñosamente comentan que si ella hace tanto, por qué no encuentra la Lanza Sagrada para ellos. Gurnemanz revela que esta hazaña está destinada a otra persona. Dice que a Amfortas se le confió ser guardián de la Lanza, pero la perdió cuando fue seducido por una mujer irresistiblemente atractiva en el dominio de Klingsor. Klingsor atrapó la Lanza y con ella atacó a Amfortas: esta herida causa a Amfortas tanto dolor como vergüenza, y nunca curará por sí misma.
Los escuderos regresan del baño del rey y le dicen a Gurnemanz que el bálsamo ha aliviado su sufrimiento. Los propios escuderos de Gurnemanz le preguntan cómo es que conoce a Klingsor. Solemnemente les dice que tanto la Sagrada Lanza, como el Santo Grial, en el que se recogió la sangre que fluía, habían llegado a Monsalvat para ser guardados por los caballeros del Grial bajo el dominio de Titurel, el padre de Amfortas. Klingsor anhelaba pertenecer a la congregación de los caballeros, pero incapaz de mantener los pensamientos impuros lejos de su mente, recurrió a la auto-castración, haciendo con ello que le expulsaran de la orden. Klingsor entonces se ha vuelto enemigo del reino del Grial, aprendiendo artes oscuras. Ha establecido sus dominios en el valle inferior cercano a Monsalvat y lo ha llenado de bellas doncellas-flores que tratan de seducir y embelesar a los caprichosos caballeros del Grial para hacerlos perecer. Aquí fue donde Amfortas perdió a su vez la Sagrada Lanza, conservada por Klingsor, que trama ahora cómo conseguir también el Grial. Gurnemanz dice que Amfortas más tarde tuvo una visión santa que le dijo que esperara a un "casto inocente, iluminado por la compasión" (“Durch Mitleid wissend, der reine Tor”) quien finalmente curará la herida.
Justo en este momento, se oyen gritos de los caballeros ("Weh! Weh!"- "¡Dolor! ¡Dolor!"): un cisne en vuelo ha sido alcanzado por una flecha y ha caído abatido a tierra, y traen a un joven, un arco en su mano y un carcaj con flechas que son iguales a la que alcanzó al cisne. Gurnemanz habla severamente al muchacho diciéndole que este es un lugar santo. Le pregunta directamente si disparó contra el cisne, y el muchacho presume de que si vuela, él puede acertarle ("Im Fluge treff' ich was fliegt!") Gurnemanz le pregunta qué daño le había hecho el cisne, y muestra al joven el cuerpo sin vida de esta ave benefactora. Ahora con remordimientos, el joven rompe su arco, arrojándolo a un lado. Gurnemanz le pregunta por qué está aquí, quién es su padre, cómo encontró este lugar y, finalmente, su nombre. A cada pregunta el muchacho responde "No lo sé". El caballero mayor aleja a sus escuderos para que vayan a ayudar al rey y ahora pregunta al muchacho qué es lo que él sabe. El joven dice que tiene una madre, Herzeleide, y que el arco lo hizo él mismo. Kundry había estado escuchando y ahora les dice que el padre del muchacho fue Gamuret, un caballero muerto en batalla, y también cómo la madre del muchacho ha prohibido a su hijo usar una espada, temiendo que tenga el mismo destino que su padre. Ahora el joven recuerda haber visto caballeros pasar por su bosque, que él dejó su casa y su madre por seguirlos. Kundry se ríe y le dice al joven que, mientras ella cabalgaba, vio a Herzeleide morir de pena. Al oír esto, el muchacho se lanza contra Kundry pero entonces cae conmovido por la pena. La propia Kundry le ofrece agua para reconfortarlo y ahora cansada sólo desea dormir y desaparece entre la maleza.
Gurnemanz sabe que el Grial sólo dirige a los píos a Monsalvat e invita al muchacho a observar el ritual del Grial. El joven no sabe lo que es el Grial, pero señala que mientras ellos caminan, él apenas parece moverse, y aun así parece que viaja lejos. Gurnemanz dice que en este reino, el tiempo se convierte en espacio (" Zum Raum wird hier die Zeit"). Un grandioso interludio orquestal lleva a la escena 2.
Escena 2
Llegan al salón del Grial, donde los caballeros se están reuniendo para recibir la Eucaristía ("Zum letzten Liebesmahle" - "Esta última cena santa"). Se oye la voz de Titurel, diciendo a su hijo, Amfortas, que descubra el Grial. Amfortas está atormentado por la vergüenza y el sufrimiento (" Wehvolles Erbe, dem ich verfallen"). Es el guardián de estas sagradas reliquias pero aun así ha sucumbido a la tentación y perdido la Lanza: declara que él no es merecedor de su cargo. Grita pidiendo perdón (“Erbarmen!”) pero sólo oye la promesa de la redención futura a través de un tonto inocente.
Al oír el grito de Amfortas, el joven parece sufrir con él, apretando su corazón. Los caballeros y Titurel urgen a Amfortas a poner de manifiesto el Grial ("Enthüllet den Gral"), lo que él, finalmente, hace. El oscuro salón queda ahora bañado de la luz del Grial al tiempo que los caballeros comen. Gurnemanz empuja al joven para que participe, pero el muchacho parece en trance y no sigue. Amfortas no comulga y, al finalizar la ceremonia, cae transido de dolor y lo sacan. Lentamente se va vaciando el Salón dejando sólo al muchacho y a Gurnemanz, quien le pregunta si ha comprendido lo que ha visto. Cuando el muchacho es incapaz de responder, Gurnemanz lo despide considerándolo tonto y le envía una advertencia de cazar gansos, si debe, pero ha de dejar en paz a los cisnes. Una voz desde lo alto repite la promesa, "El casto inocente, iluminado por la compasión".

Acto II

Se inicia con un breve como intenso preludio orquestal que hace referencia a Klingsor, pero en el que se entremezclan otros "leitmotiv" relacionados con el Grial.
Escena 1
El segundo acto se abre en el castillo mágico de Klingsor, quien conjura a Kundry, despertándola de su sueño. La llama por muchos nombres: Primera Hechicera, la Rosa del Infierno, Herodías, Gundryggia y, finalmente, Kundry. Ella se resiste a obedecerle y se burla de la condición mutilada de Klingsor preguntando sarcásticamente si él es casto ("Ha ha! Bist du keusch?"), pero ella no puede resistir su poder. Klingsor observa que Parsifal se acerca, y llama a sus caballeros encantados para que luchen contra el muchacho. Klingsor ve cómo Parsifal derrota a los caballeros que emprenden la huida.
Klingsor ve al joven dirigirse al jardín de doncellas-flores y llama a Kundry para que busque al joven y lo seduzca, pero cuando él se gira, ve que Kundry ya ha salido a cumplir su misión.
Tarjeta postal de Parsifal alrededor del
año 1900 - artista desconocido
.
Escena 2
El triunfante joven se encuentra en un jardín encantado, rodeado por bellas y seductoras doncellas-flores. Lo llaman y se enredan sobre él mientras le riñen por haber herido a sus amantes ("Komm, komm, holder Knabe!"). Pronto luchan entre sí para ganarse la devoción exclusiva del joven, hasta el punto de que él va a escaparse, pero luego una voz lo llama, "Parsifal!" Recuerda entonces que es éste el nombre que su madre usa cuando se le aparece en sueños. Las doncellas-flores retroceden y le llaman tonto mientras lo abandonan y lo dejan a solas con Kundry, que aparece bellísima y seductora.
Él se pregunta si este jardín es un sueño y pregunta cómo es que Kundry sabe su nombre. Kundry le dice que lo aprendió de su madre, en un magnífico monólogo: ("Nein Parsifal, du tör'ger Reiner"..."Ich sah das Kind an seiner Mutter Brust." - "Yo vi al niño alimentado en el seno materno..."). Su madre lo había amado e intentado proteger del destino de su padre; él la había abandonado y ella, Herzeleide, había muerto de pena. Tras estas revelaciones de Kundry, el joven queda dominado por el remordimiento, culpándose a si mismo por la muerte de su madre. Comprende cuán estúpido ha sido olvidándola. Kundry dice que darse cuenta de esto es un primer signo de comprensión y que, con un beso, ella le puede ayudar a comprender el amor de su madre. En ese instante, Parsifal toma conciencia del dolor de Amfortas, y grita su nombre como si lo llamase: siente el dolor del rey herido ardiendo en su propio costado, y ahora entiende el sufrimiento físico y moral de Amfortas durante la ceremonia del Grial ("Amfortas! Die Wunde! Die Wunde!" - "¡Amfortas! ¡La herida! ¡La herida!") Lleno de compasión, Parsifal rechaza las proposiciones de Kundry.
Furiosa al ver que sus intentos fracasan, Kundry le dice a Parsifal que si puede sentir compasión por Amfortas, debería entonces ser capaz de sentir compasión por ella también. Ella ha sido maldita durante siglos, incapaz de descansar, porque vio al Salvador portando la Cruz camino del Calvario y se rió de su dolor. Ahora ella nunca puede llorar, sólo reírse, y está también esclavizada por Klingsor. Parsifal la rechaza de nuevo y le pide que lo guíe hasta Amfortas. Kundry le ruega que se quede con ella aunque sólo sea por una hora, y luego lo llevará ante Amfortas. La vuelve a rechazar, y entonces Kundry lo maldice a vagar sin encontrar jamás el Reino del Grial, finalmente ella llama a su maestro para que la ayude.
Klingsor aparece y arroja la Lanza a Parsifal, pero se detiene en mitad del aire, por encima de su cabeza. Parsifal la coge y hace el signo de la Cruz. El castillo se desmorona y mientras él emprende su marcha, le dice a Kundry que ya sabe dónde podrá encontrarlo de nuevo.

Acto III

Escena 1
Tras un nuevo preludio orquestal, sereno y armónicamente complejo, que simboliza el retorno de Parsifal, el tercer acto se abre como el primero, en el dominio del Grial, pero muchos años después. Gurnemanz aparece envejecido y doblado. Oye lamentos cerca de su cabaña de ermitaño y descubre a Kundry inconsciente en la maleza, como había ocurrido años atrás ("Sie! Wieder da!"). La revive usando agua del Santo Manantial, pero ella sólo pronuncia la palabra "servir" (“Dienen”). Gurnemanz presiente que hay algún significado en su reaparición en este día. Mirando al bosque, ve que se acerca un personaje, recubierto de armadura negra y el rostro cubierto por el yelmo. Trae consigo una lanza, pero no puede saber quién es. Gurnemanz se lo pregunta, sin obtener respuesta. Finalmente el recién llegado, desprovisto del yelmo, es reconocido por el anciano Gurnemanz como el muchacho que disparó al cisne, y con alegría observa que la Santa Lanza es la que ha traído consigo. Parsifal habla de su deseo de encontrar a Amfortas ("Zu ihm, des tiefe Klagen.") Relata su largo viaje, vagando durante años, incapaz de encontrar un camino de vuelta al Grial: a menudo se ha visto obligado a luchar, pero nunca rindió la Lanza en batalla. Dice a Gurnemanz que la maldición que le impedía encontrar el camino correcto ya no surte efecto. Gurnemanz reconoce empero que en su ausencia Amfortas nunca ha vuelto a oficiar para los caballeros del Grial, y que Titurel ha muerto. Parsifal se encuentra sobrecogido por el remordimiento, culpándose a sí mismo de esta situación. Gurnemanz le dice que hoy es el día de los funerales por Titurel y que tiene que cumplir un gran deber. Kundry lava los pies de Parsifal y Gurnemanz lo unge con agua del Santo Manantial, reconociéndolo como el casto inocente, ahora iluminado por la compasión, y como él será el nuevo rey de los caballeros del Grial. A su vez Parsifal bautiza a Kundry que permanece en silencio respetuoso. Parsifal mira alrededor y comenta la belleza de la naturaleza primaveral. Gurnemanz explica que hoy es Viernes Santo, cuando toda la creación se renueva por la Muerte del Salvador. Son los "encantamientos del Viernes Santo". Se oyen a lo lejos las campanas del templo de Monsalvat; Gurnemanz anuncia: Mediodía, ha llegado la hora. ¡Mi señor, permite que tu siervo te guíe! y los tres emprenden el camino hacia el castillo del Grial. Un interludio orquestal que se inicia con majestuosos acordes y ritmos que se interfieren (Mittag) los acompaña a la solemne reunión de los caballeros en la escena 2.
Final del Acto III en la producción original de 1882,
diseño de Paul von Joukowsky

Escena 2
los caballeros traen a Amfortas ante el santuario del Grial, y el féretro donde reposa su padre Titurel, a quien invoca para ofrecerle descanso de sus sufrimientos, y desea unirse a él en la muerte ("Mein vater! Hochgesegneter der Helden!" - "¡Padre mío!...") Los caballeros del Grial urgen apasionadamente a Amfortas que descubra el Grial de nuevo, pero iracundo, dice que nunca más realizará el oficio ante la sagrada Copa, ordenando a los caballeros que lo maten si así lo desean y acaben de una vez por todas con su sufrimiento y con la vergüenza que les ha aportado. En ese momento, Parsifal se adelanta y dice que sólo un arma puede sanar la herida ("Nur eine Waffe taugt" - "Sólo sirve un arma"): con la Lanza toca el costado de Amfortas, que queda curado y absuelto de su culpa. El mismo Parsifal ordena que se descubra el Grial, reemplazando a Amfortas como celebrante. Mientras todos los presentes se arrodillan, Kundry, liberada de su maldición y redimida, cae sin vida al suelo, al tiempo que una paloma blanca desciende sobre el Grial y sobre Parsifal. El coro entona un canto de acción de gracias.

Parsifal en el cine

Esta obra de Wagner se ha llevado al cine en:
  • 1951, una producción española dirigida por Daniel Mangrané, Carlos Serrano de Osma. Adaptación libre donde Unos soldados que vagan entre ruinas, supervivientes de la Tercera Guerra Mundial, entran en los restos de un monasterio y comienzan a leer un libro sagrado, la leyenda del enfrentamiento entre Klingsor y Rodenco.


  • 1982, dirigida por Hans-Jürgen Syberberg. Una ópera polémica desde su primera interpretación por su -para algunos desagradable- mezcla de temas religiosos e imágenes eróticas. Se basa en el poema épico medieval del siglo XIII, "Parzival" de Wolfram von Eschenbach, sobre la vida de este caballero de la corte del Rey Arturo y su búsqueda del Santo Grial. La película sigue de forma casi literal el libreto de la ópera de Wagner, respetando el carácter teatral de la escenografía. Sin embargo no se trata, sin más, del “Parsifal de Wagner”. Aunque el decorado se base en las piezas articuladas de una gigantesca reproducción de la máscara mortuoria del músico —quizá como queriendo indicar que todo ocurre “dentro de la cabeza de Wagner”—, en realidad estamos ante “el-Parsifal-de-Wagner-de-Syberberg”.






domingo, 21 de julio de 2013

Biografías de cine: Javier Escrivá

Javier Escrivá (Valencia, 21 de julio de 1930– Medina del Campo, Valladolid, 18 de julio de 1996) fue un actor español.
Diplomado en Genealogía, Heráldica y Derecho Nobiliario, se traslada desde su ciudad natal a Madrid, donde inicia su trayectoria interpretativa que, condicionada por su físico le lleva a interpretar papeles de galán aunque también abundan los personajes atormentados de calado dramático.
En 1957 participa en su primera película La rana verde de José María Forn. En Cimera de los Infantes, un apacible pueblo castellano, los señoritos se aburren al tener pocas diversiones para su fogosa juventud. Se reúnen todos los días en el bar del lugar, llamado La rana verde. Allí deciden enamorar a las chicas de una residencia enclavada en el castillo del pueblo, una reliquia arquitectónica que nadie visitaba y que, para revitalizarlo se decidió convertirlo en residencia de señoritas en donde se imparten unos cursos de verano, con el fin de cazar un buen partido y escapar de la monotonía que les rodea.
La fama le llega en 1959 al interpretar al misionero Padre Damián en la película Molokai (La isla maldita) de Luis Lucia, que obtiene un rotundo éxito entre el público español. A finales del 1800, un comité de higiene de Hawaii había decidido que todo enfermo de lepra debía de pasar el resto de su vida en la isla de Molokai, alejados de sus familias, en una tierra de nadie donde imperaba solo la ley de la fuerza y de la muerte. Es allí donde por propia voluntad llega en una goleta el padre Damián, belga, sacerdote de la congregación de los Sagrados Corazones. El sacerdote ha decidido dedicar todo su tiempo a la población leprosa de esta pequeña isla del archipiélago de Hawaii...
Pese al éxito de la película, su trayectoria cinematográfica durante los años sesenta es bastante irregular, labrándose una carrera en el teatro, donde interpreta obras como El cerco de Numancia, Julio César, Llama un inspector, Fuenteovejuna, Divinas palabras, Tango, Cyrano de Bergerac o La celestina.
En 1971 alcanza de nuevo un pico de popularidad al protagonizar la serie de TVE Visto para sentencia, tras la cual relanza su carrera tanto en cine como en televisión.
En la pantalla grande se suceden los títulos en los que alterna drama y comedia, trabajando con directores como Pedro Olea, Pedro Lazaga o Eloy de la Iglesia:
  • Los muertos no perdonan (1963) de Julio Coll. Un joven con poderes extrasensoriales sufre una visión de la muerte de su padre. Aunque nadie le cree, el piensa que que su padre fue asesinado. Decidirá llevar a cabo una investigación que le conducirá hasta un lugar lleno de misterio donde vivirá momentos de terror en el umbral de la vida y de la muerte hasta un final inesperado.

  • Isidro, el labrador (1964) de Rafael J. Salvia. Isidro el labrador y su esposa, María de la Cabeza, viven en la más absoluta devoción a Dios, que les concede el don de hacer milagros.

  • El vikingo (1972) de Pedro Lazaga. Ramón (José Luis López Vázquez) es un tipo de apariencia mediocre, cansado del matrimonio, triunfandor en su empresa al lograr cargos cada vez más elevados y mejores puestos... sin saber que su ascenso se debe a los trabajitos con diversos directivos que se trajina su mujer. Cuando ésta se plantea la separación para irse con su actual amante, nada menos que el director de la empresa, la idea de deshacer la casa trae a la pareja tantas ilusiones pasadas que acaban endulzando hasta la cornamenta.

  • El amor empieza a medianoche (1974) de Pedro Lazaga. Elena y Ricardo se conocen en la clínica donde están internados sus respectivos cónyuges. El marido de Elena y la mujer de Ricardo mueren. En los entierros, después de darse el pésame, Ricardo acompaña a Elena. Ambos se enamoran y no tardan en casarse, dispuestos a no cometer los mismos errores. Pero al cabo de un tiempo, ella comprueba que la costumbre y la rutina han entrado en la relación. Elena necesita ser cortejada y mimada todos los días. Andrés, empleado de Ricardo, se convierte en el constante admirador que Elena necesita y cuando Ricardo advierte la situación, procura recuperar a su esposa. 

  • El chulo (1974) de Pedro Lazaga. Un hombre impotente encuentra la solución a un trauma infantil.

  • Tormento (1974) de Pedro Olea. Madrid, finales del siglo XIX. Tras hacer fortuna en América, Agustín (Paco Rabal) vuelve a España y se instala en casa de unos codiciosos parientes: Francisco y Rosalía de Bringas (Rafael Alonso y Concha Velasco). Allí empieza a cortejar a Amparo (Ana Belén), una atractiva joven que trabaja de criada y que oculta un secreto inconfesable: su relación amorosa con el padre Pedro (Javier Escrivá).
  • El clan de los Nazarenos (1975) de Joaquín Luis Romero Marchent. Un ex-monje que ha perdido la fe, abandona el claustro y deja escapar todas las bajas pasiones tantos años refrenadas formando un grupo criminal reclutando miembros entre jóvenes ladrones y asesinos, que no se detienen ante nada.
  • Las bodas de Blanca (1975) de José Frade. Blanca va a casarse por segunda vez. Su anterior matrimonio fue anulado. Pero la noche antes de la pedida decide huir. En la estación se encuentra con su antiguo marido. Hace varios años que no se ven. Los dos siguen queriéndose. Pasan la noche juntos. Pero todo sigue igual.
  • En la cresta de la ola (1975) de Pedro Lazaga. Teresa estrena su carné de periodista yendo a recibir en el aeropuerto de Barajas al profesor psiquiatra Carlos Oñate, que regresa a España después en un organismo científico un simposio sobre "El Erotismo y su influencia sobre el medio ambiente". Convocada una rueda de prensa, el profesor diserta en defensa de la moral más estricta y ortodoxa. La intervención de Teresa, rebatiendo los puntos de vista del profesor, provoca un fuerte revuelo y pone fin a la entrevista. El grupo de presión a que pertenece Oñate recaba del director del periódico el despido de Teresa a través del Consejo de Administración. Cuando Teresa se ve en la calle, se dispone a la revancha contra Oñate y con su "boy friend" Germán, pianista y crítico musical, deciden vengarse...
  • La noche de los cien pájaros (1976) de Rafael Moreno Alba y Rafael Romero Marchent. El joven Enrique deja de estudiar en la Universidad y se casa con Juana. Un día conoce a una pintora que le hará descubrir otra vida y confundido empezará a pensar en tomar unas medidas algo drásticas.
  • La amante perfecta (1976) de Pedro Lazaga. Lina, que está en el momento cumbre de su carrera, acaba de terminar el rodaje de una película. El día del estreno es raptada por Raúl que la lleva a su elegante casa. Con el paso del tiempo Raúl consigue que Lina se enamore de él. Lo que ella ignora es que está siendo manipulada por una banda de estafadores que pretende apropiarse de la famosa colección de joyas Daumier. Cuando Lina es escogida como modelo para lucir las joyas, Raúl se las ingenia para robárselas y huir con ellas. Lina es entonces detenida como principal sospechosa.
  • Climax (amenaza e las aulas (1977) de Francisco Lara Polop. Ana es una joven de dieciseis años con los mismos problemas que cualquier chica de su edad, su madre la trata como si aun fuera una niña, preguntándole a dónde va y de dónde viene, quien es aquel chico y haz de hacer lo que yo diga que para eso soy tu madre. Su padre es político y lo único que le preocupa es que nada manche su carrera política, una carrera intachable que cada vez va a mas y bueno su hermano que no es más que un niño que en poco puede ayudarla. Ana escapando de ese mundo se refugia en amistades del colegio.


  • Suave cariño, muy suave (1978) de Luis María Delgado. Luis es vendedor de productos de belleza para la mujer. Atractivo y varonil, es, sin embargo, enormemente tímido, lo cual le crea dificultades con sus clientes, en su inmensa mayoría, mujeres. La misma timidez de Luis es un elemento más de atractivo para las mujeres que, en muchas ocasiones, se le insinúan y entregan sin que este tenga que hacer el más mínimo esfuerzo para conseguirlo.
  • Aquella casa en las afueras (1980) de Eugenio Martín.Un matrimonio se muda a una nueva casa, estando ella embarazada. Pero años atrás, el lugar fue sitio de partos prohibidos y extrañas presencias acechan a la futura madre.
  • Nosotros en particular (1985) de Domingo Solano.El sacerdote Carlos, perturbado por el adolescente Jonás, de quien le han confiado la custodia, se refugia en casa de su abuela, donde se enamora de Alejandra.
  • Veredicto implacable (1987) de Mariano Ozores. José Manuel, Paco, Javier, Andrés y Antonio son expertos en artes marciales. Tras la agresión sufrida por Antonio y su novia por parte de dos atracadores, Enrique, un inspector de policía los informa de que es casi imposible combatir a ciertos delincuentes. Por ello, deciden formar un grupo y capturar ellos mismos a los agresores.
  • El tesoro (1990) de Antonio Mercero. En una pequeña localidad castellana un agricultor encuentra un importante tesoro celtibérico. Jerónimo Otero, un profesor de Arqueología, llega al pueblo acompañado por un grupo de estudiantes. Marga, una de las alumnas, es una hermosa chica con la que el profesor mantiene una relación sentimental. La presencia en la población del pequeño grupo de investigadores forasteros crea un ambiente de hostilidad y desconfianza entre los lugareños.
  • Réquiem por Granada (Serie de TV) (1991) de Vicente Escrivá. 8 episodios. En un campamento beduino, y a través de un flashback, Muhammad XII (Boabdil para los cristianos) último rey del Reino de Granada cuenta desde su infancia hasta la derrota contra los Reyes Católicos. A través de personajes como Isabel de Solís, su abuelo Ismai´l, su tío El Zagal o, ante todo, su padre Muley Hacén explica cómo perdió el último reducto musulmán en Al-Ándalus frente a la pujante cultura cristiana que en el mismo año (1492) iba a comenzar la conquista del continente americano.
  • Yo, una mujer (Serie de TV) (1996) de Ricardo Franco. Elena y Fernando llevan 28 años casados. Sus tres hijos son ya mayores y no los necesitan. Al borde de la crisis de los cincuenta, el matrimonio empieza a hacer aguas. A pesar de la sorpresa e incomprensión de su familia, Elena, la víspera de su cumpleaños, toma la decisión de abandonar el hogar familiar e instalarse en un hotel. En estas circunstancias, tendrá que afrontar la muerte de su madre y un tumor cerebral.
  • Éste es mi barrio (Serie de TV) (1996) Vicente Escrivá (Creador). Cándido Cabrales es un viudo de 53 años que acaba de quedarse en paro, le han dado una gran indeminización pero ello no le servirá de mucho a la hora de volver a tomar las riendas de su vida. Cándido aprenderá a relacionarse con la gente de su barrio ahora que tiene más tiempo libre. Cándido tiene dos hijos, el mayor Nacho, que hace creer a su padre que es un gran estudiante pero se está juntando con malas compañías y Elisa, una chica muy madura para su edad. La portera de su edificio es Justina, que además trabaja como asistenta en casa de los Cabrales y que es considerada una más de la familia.

Biografías de cine: Norman Jewison

Norman Frederick Jewison, director, productor y actor canadiense (Toronto - 21 de julio de 1926). Realizador de grandes éxitos mundiales como El violinista en el tejado, Jesucristo Superstar o En el calor de la noche.
Jewison se graduó en la Universidad de Toronto. Después de servir en la Armada durante la Segunda Guerra Mundial, en la primera parte de la década de los 50 se embarcó en un viaje por el sur de los Estados Unidos, donde fue sensible a los casos de desigualdad y racismo en estas zonas. Esta experiencia y los sentimientos que produjeron en Jewison forman parte del leitmotiv de la filmografía del realizador.
Su opera prima como director fue con Soltero en apuros (40 Pounds of Trouble, 1962), con Tony Curtis.
A la que siguieron títulos como:
  • Su pequeña aventura (The Thrill of It All, 1963), una comedia con Doris Day y James Garner.

  • No me mandes flores (Send Me No Flowers, 1964), con Dorys Day y Rock Hudson. Comedia ligera típica de los sesenta. La historia se centra en un joven matrimonio.

  • El arte de amar (The Art of Love, 1965), con James Garner, Dick Van Dyke,  Elke Sommer y Angie Dickinson.



  • El rey de juego (The Cincinnati Kid, 1965). Norman Jewison sustituyó a Peckimpah en la dirección a causa de diferencias con el productor Martin Ransohoft. Basada en la novela Cincinatti Kid, de Richard Jessup, presenta semejanzas con El buscavidas (1961), de Rossen.



  • ¡Qué vienen los rusos! (The Russians are Coming, 1966). Basada en la novela de Nathaniel Benchley Globo de Oro: Mejor película y actor- comedia o Musical (Alan Arkin). Un submarino ruso encalla en un tranquilo lugar de la costa de los Estados Unidos. La tripulación desembarca para pedir ayuda, pero los habitantes del pueblo los toman por invasores.
Pero su primer éxito llegó con En el calor de la noche (In the Heat of the Night, 1967), con Sidney Poitier y Rod Steiger. Una excelente película a medio camino entre el thriller policíaco y el cine de denuncia. Adapta la novela “In the Heat of the Night” (1965), de John Ball (1911-88), galardonada con el premio Edgar Alllan Poe. 5 Oscars: Película, actor (Rod Steiger), guión adaptado, sonido, montaje; 3 Globos de Oro, incluyendo Mejor película-drama; Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película y actor (Rod Steiger). La acción dramática tiene lugar en la pequeña localidad imaginaria de Sparta (Misisipi) (1), durante 3 días muy calurosos de septiembre de 1966. Virgil Tibbs (Poitier), policía del departamento de homicidios de Filadelfia, llega en tren a la estación de la localidad para enlazar con el tren de Memphis (Tennessee), donde reside su madre. Durante la espera es detenido por el policía Sam Wood (Oates) como sospechoso del asesinato de un poderoso industrial del Norte. Interrogado por el sheriff Bill Gillespie (Steiger), es dejado en libertad. Tibbs y Gillespie inician una singular colaboración para resolver el caso. Gillespie es rudo, terco, agresivo, autoritario e intransigente. Tibbs es un policía moderno, experto, profesional, riguroso y astuto. El film suma drama, drama racial, misterio, suspense, thriller policiaco, crimen y crítica social.
A continuación realiza:
  • El caso de Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, 1968) con Steve McQueen y Faye Dunaway. Thomas Crown (Steve McQueen) es un millonario inteligente y audaz, residente en la ciudad de Boston que decide asaltar un banco, sólo por placer, con la ayuda de varios sujetos, los cuales desconocen su identidad.Tras conseguir con éxito su objetivo, con eficacia y sutileza, deposita el dinero en una cuenta suiza. Ahora Thomas Crown se las tendrá que ver con una inteligente investigadora de seguros llamada Vicky Anderson (Faye Dunaway), quien con la ayuda del policía Eddy Malone (Paul Burke) se pondrá a la búsqueda del inteligente ladrón. Oscar: Mejor canción.
  • Los locos años de Chicago (Gaily, Gaily, 1969)  con Beau Bridges,  Melina Mercouri,  Brian Keith y  George Kennedy. Ben Harvey (Beau Bridges) es un campesino que llega a Chicago en 1910, dispuesto a probar suerte en la gran ciudad. Poco después, conoce a Queen Lil, la dueña de un famoso prostíbulo, que, conmovida por su cómica ingenuidad, le proporciona una habitación y le ayuda a encontrar trabajo como reportero en un periódico. Poco a poco, Ben irá curtiéndose, perdiendo su inocencia, y la decepción que le produce Chicago será cada vez mayor. Sin embargo, se le presentará una oportunidad de prosperar cuando cae en sus manos un documento con nombres de personajes corruptos.
A principios de la década de 1970, llega su otro gran éxito: El violinista en el tejado (Fiddler on the Roof, 1971), con Topol,  donde retrata a modo de musical y con un excelente sentido del humor la vida de un pueblo judío en Ucrania en plena época zarista. 3 Oscar: Mejor fotografía, sonido, banda sonora adaptada. Globos de Oro: Mejor película-Comedia o Musical y actor (Topol). Premios David di Donatello: Mejor actor extranjero (Topol). 
Otro gran éxito fue el gran musical de influencia hippie Jesucristo Superstar (Jesus Christ Superstar, 1973). Basado en una exitosa obra de Broadway, que relata la historia de Jesús de Nazaret por medio de canciones. Se vendieron millones de discos de su banda sonora en todo el mundo. Premios David di Donatello: Mejor film extranjero
Durante la segunda época de los 70, dirigió películas de muy diferentes temáticas como:
  • La futurista Rollerball (1975). En el film, el mundo del 2018 es un estado corporativo global, que contiene entidades tales como Energy Corporation, un monopolio global de energía con su base en Houston que hace transacciones con corporaciones nominales que controlan el acceso al transporte, lujo, vivienda, comunicación y alimentos a escala global. El título de la película es el nombre de un deporte ficticio globalmente popular, alrededor del cual tienen lugar los eventos del film. Es similar al juego de Roller Derby, en el que dos equipos vestidos con armadura corporal patinan en roller skates alrededor de una pista circular, con bancos alrededor. Sin embargo ahí termina la similitud. El objeto del juego es hacer puntos compitiendo con el equipo contrario, por medio de una bola de acero, metiéndola dentro de la portería contraria, que es magnética, con un área de inserción cónica colocada en la pared de la Arena...
  • La denuncia en social F.I.S.T. (Símbolo de fuerza) (F.I.S.T (FIST), 1978). Película escrita por  Silvester Stallone, quien también la interpreta. Basada en hechos reales, cuenta cómo los camioneros de EEUU se unen para formar un sindicato y mejorar sus condiciones laborales, y cómo cuando lo logran se van corrompiendo hasta verse involucrados con la mafia.
  • La comprometida Justicia para todos (...And Justice for All, 1979). Arthur Kirkland (Al Pacino) es un abogado con más de doce años postulando en los tribunales de la cuidad de Baltimore en el estado de Maryland, pero la dinámica de las interpretaciones de la ley y los tecnicismos legales con los jueces corruptos que presiden las salas son un desafío constante. Arthur decide enfrentarse a la situación con arrojo y valentía, pero las consecuencias serán devastadoras. El film básicamente es una sátira del sistema judicial americano, que en ocasiones está entre el humor negro y el drama con un fuerte contenido social.
En 1981 y con su filmografía completamente asentada, Jewison fue reconocido como Oficial de la Orden de Canadá. En 1988, Jewison funda el Centro canadiense de cine, instituto de formación de directores situado en Toronto, Ontario.
Durante los 80 hasta la actualidad, Jewison ha alternado sus proyectos cinematrográficos con telefilms. Ha dirigido diez proyectos para cine, muchos de ellos menores: 
  • Amigos muy íntimos (1982) con Burt Reynolds,  Goldie Hawn y  Jessica Tandy. Richard y Paula viven y trabajan juntos: los dos son guionistas de cine. Richard quiere casarse, pero Paula teme que el matrimonio termine estropeando la relación. Cuando, por fin, se casan, deben enfrentarse a la primera prueba: ir a visitar a los padres de Paula para que conozcan a Richard. Pero los encantadores ancianos plantean con su exceso de cariño no pocos problemas a la pareja. Y aún les queda otro trago: Paula debe conocer a los padres de Richard.
  • Historia de un soldado (1984) con Howard E. Rollins Jr., Adolph Caesar, Art Evans y Denzel Washington. Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En el año 1944, un sargento negro es asesinado en una carretera solitaria cerca de la base militar de Louisiana. Debido a la presión ejercida por las autoridades y por la opinión pública el ejército envía al capitán Davenport, un abogado también de raza negra, para que se encargue de la investigación.
  • Agnes de Dios (1985) con Jane Fonda y Anne Bancroft. Una monja (Meg Tilly) asegura haber recibido la visita de Dios y haberse quedado embarazada. Entonces la psiquiatra Martha Livingston (Jane Fonda) decide investigar el caso para llegar al fondo del asunto.
  • Hechizo de luna (1987) con Cher, Nicolas Cage, Olympia Dukakis y Danny Aiello. Loretta, una viuda de origen italiano que vive en Nueva York, decide contraer matrimonio con Johnny, un solterón de carácter débil al que maneja a su antojo. De repente, Johnny tiene que ir a Sicilia para visitar a su madre enferma; entonces le pide a Loretta que se encargue de invitar a la boda a su hermano Ronnie, del que está distanciado desde hace tiempo. 3 Oscar: Actriz (Cher), actriz secundaria (Dukakis), guión original; Festival de Berlín: Oso de Plata-Mejor director; Premios David di Donatello: Mejor actriz extranjera (Cher).
  • Recuerdos de guerra (1989) con Bruce Willis. Samantha (Emily Lloyd) es una adolescente que vive en un pequeño pueblo de Kentucky con su tío Emmett (Bruce Willis), un veterano de Vietnam que, desde que volvió de la guerra, se ha convertido en un hombre huraño e insociable. El padre de Sam murió en la guerra antes de que ella naciera, y su madre se volvió a casar y se fue a otra ciudad. A Sam le gustaría que su tío le hablara sobre Vietnam y sobre su padre, pero Emmett vive encerrado en sí mismo y, aunque el resentimiento lo consume, lo único que desea es olvidarlo todo. Sin embargo, poco a poco, entre tío y sobrina se establece una estrecha relación que hará posible la reconstrucción de todo lo que la guerra del Vietnam destruyó.
  • Con el dinero de los demás (1991)  con Danny DeVito, y Gregory Peck.Larry Garfield (Danny DeVito) es un hombre sin escrúpulos que ama los donuts, el violín, un ordenador llamado Carmen y, sobre todo, el dinero. En Wall Street es conocido como “Larry el liquidador”, por su habilidad para apoderarse de las empresas de los demás. Su próximo objetivo es la compañía de un patriarca de 81 años (Gregory Peck) que, para evitar la pérdida de su empresa, contrata los servicios de una ingeniosa y bella abogada, que tiene tantos escrúpulos como Larry.
  • Sólo tú (1994) con Marisa Tomei y Robert Downey Jr. Faith Corvatch siempre fue una chica romántica. A los once años, durante una sesión de espiritismo, le fue revelado el nombre del que estaba destinado a ser el amor de su vida: ”Damon Bradley”, alguien de quien ella no había oído hablar nunca. Han pasado los años, Faith es ahora una atractiva mujer, tiene novio, trabajo fijo, un bonito piso, pero no ha olvidado aquel nombre. Diez días antes de casarse, recibe la llamada de un antiguo compañero de su novio que se disculpa por no poder asistir a la boda. El nombre de este viejo amigo es Damon Bradley.
  • Bogus (1995) con Whoopi Goldberg y Gérard Depardieu. Albert ha crecido en Las Vegas, en el deslumbrante mundo de la magia y la fantasía. Cuando su madre muere en un accidente de coche, es enviado a vivir con su madrina Harriet Franklin, la mejor amiga de la infancia de su madre. Pero Albert se siente muy solo y buscará refugio y consuelo en Bogus, un amigo imaginario que sólo él puede ver.
  • Huracán Carter (1999) con Denzel Washington. Basada en una historia real que tuvo gran repercusión en Estados Unidos. Rubin "Huracán" Carter era un boxeador negro que se sobrepuso a su problemática juventud y se convirtió en aspirante al título de los pesos medios. Sin embargo, sus sueños se vinieron abajo cuando, en junio de 1966, fue injustamente acusado de un triple asesinato ocurrido en un bar de Nueva Jersey. En un juicio lleno de errores, Carter fue condenado a tres cadenas perpetuas. Globo de Oro: Mejor actor (Denzel Washington). Festival de Berlín: Oso de Plata - Mejor Actor (Denzel Washington).
  • La sentencia (The Statement, 2003) con Michael Caine. Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Pierre Brossard (Michael Caine), un nazi que supervisó la ejecución de 14 judíos, se refugió en el sur de Francia. Pero, de repente, su apacible y anónima vida se ve perturbada, al ser implicado en una investigación sobre crímenes de guerra. Una ambiciosa juez (Tilda Swinton) trata de localizarlo, pero no sólo ella sigue sus pasos.
Respecto al Oscar, Jewison fue nominado numerosas ocasiones en la categoría de mejor director. Pero hasta hoy no ha conseguido ese galardón. De todas maneras, en 1998, fue galardonado con el Premio en memoria de Irving Thalberg a toda una carrera.
En 2004, Norman Jewison publicó su autobiografía, titulada This Terrible Business Has Been Good to Me, que significa en español, Esta terrible profesión ha sido buena conmigo.