miércoles, 5 de febrero de 2020

Federico Fellini, primer centenario de su nacimiento (IV)

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En su siguiente película, Giulietta de los espíritus (Giulietta degli spiriti, 1965), hizo pensar a todo el mundo que estaba basada en su relación matrimonial con Giulietta Massina. El propio Fellini corroboró primero esta interpretación cuando dijo que: "Todo lo que hace un artista tiene que ver consigo mismo", pero luego la negó parcialmente afirmando: "la protagonista, Giulietta, no es exactamente mi mujer, y el matrimonio que aparece en la película no es exactamente mi matrimonio". Lo  que si resulta evidente es que Giulietta de los espíritus consolidó la creciente predilección de Fellini por las imágenes extravagantes, exageradas y casi surrealistas, susceptibles de una interpretación simbólica en términos freudianos. Es innegable que el personaje de Giulietta sigue siendo fiel a la visión de Fellini de las mujeres como seres especialmente espirituales. Mientras que en La dolce vita el personaje de Marcello sucumbe totalmente a la alienación de la vida moderna y urbana. Giulietta, enfrentada a una crisis personal, se da cuenta de que la vida carece de sentido si no se atiene a códigos morales o de conducta. 
Giulietta Masina y Sandra Milo en Giulietta de los espíritus (1965)
A continuación, Fellini rodó Fellini-Satiricon (Fellini - Satyricon, 1969) y Roma (1972), en las que abandona los elementos autobiográficos de su obra anterior. A pesar de su espectacularidad y la belleza de sus imágenes se trata de películas esencialmente cerebrales. Tal como señaló el propio Fellini en relación con Satiricón: "... El público debe olvidarse de su concepción de las películas como algo destinado a contarles una historia, on un principio, su desarrollo y un final; de sus ideas previas sobre el cine histórico; de sus ideas previas sobre mí...".
Max Born y Martin Potter en Fellini - Satricon (1969)
Basada en un texto de Petronio, la película ejemplifica la visión que tiene su director de la sociedad romana antes de Cristo. En el mundo lleno de amoralidad que muestra, el único impulso que anima a sus personajes es el del placer sexual; su totem es el hermafrodita que aparece en determinadas escenas. Los personajes grotescos y en ocasiones disparatados que pueblan Satiricon están llenos de apetitos sensuales, y en ocasiones resultan incluso bellos en su búsqueda definitiva del placer.
El hermafrodita y sus ayudantes de Satiricon
Aparte de atacar el concepto de realidad histórica y de desdeñar los métodos narrativos tradicionales, Satiricon es la película más pantagruélica, irónica y absurda de Fellini en términos visuales. Desgraciadamente, Satiricon es una película en la cual se lo juega todo a una carta y depende en gran medida de hasta que punto los espectadores están dispuestos a aceptar las imaginativas y surrealistas creaciones de su autor. 
Fanfulla en Fellini - Satiricon (1969)
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