martes, 12 de mayo de 2020

El rincón cinéfilo: David Cronenberg, maestro del malestar a puerta cerrada

Una maestra en una clínica, un hombre que recorre Nueva York infestado de ratas en su limusina, Los Ángeles vivido como una prisión mental: las ficciones del director canadiense a menudo han representado el confinamiento como el tormento del cuerpo y la menta. La prueba del tres.
Es el cineasta que mejor ha entendido los vínculos entre el cuerpo y la mente. Muestre cómo se visualizaron los estragos de la mente en la carne. Filmó gemelos atormentados y una mujer con un "cuello uterino trifurcado" -Jeremy Irons y Geneviève Bujold en Inseparables (Dead Ringers, 1988); Un hombre unido a un insecto Jeff Goldblum en La mosca (The Fly, 1986); Una pareja sexualmente que padecen sinforofilia, es decir, excitada por los accidentes automovilísticos (James Spader y Deborah Kara Unger en Crash (1996); Un diplomático incapaz de admitir que la mujer que ama es un hombreen M. Butterfly (1993); Un esquizofrénico que investiga los abismos de su inconsciente Ralph Fiennes en Spider (2002).
De este cineasta, que no ha filmado durante unos años (penas personales, cansancio pasajero y, también, dificultades para imponer sus proyectos sulfurosos), elegimos tres películas desconocidas. Tres encierros. Tres soledades.
De este cineasta, que no ha filmado durante unos años (penas personales, cansancio pasajero y, también, dificultades para imponer sus proyectos sulfurosos), elegimos tres películas desconocidas. Tres encierros. Tres soledades

1.- Cromosoma Tres (The Brood, 1979)

Aislada en la clínica, lejos de otros pacientes, Nola (Samantha Eggar) vive prisionera. ¿Pero de quién? ¿Algún terapeuta extraño que se preocupa por ella (Oliver Reed)? ¿O por si mismo? ¿De esta ira que la empuja, sin quererla, a vengarse de todos aquellos a quienes cree la han lastimado?... El primer éxito real de David Cronenberg, después de algunas pruebas macabras e inmaduras -Vinieron de dentro de... (Shivers, 1975); Rabia (Rabid, 1977). Al revisar la película, puedes ver cuán ingeniosa es la puesta en escena, todavía muy influenciada por Hitchcock. Y audaz: ¿podría el cineasta filmar hoy la escena en la que los niños, estupefactos y probablemente traumatizados de por vida, sean testigos del sangriento asesinato de su maestro? Pero este es el escenario que fascina y asusta: la idea de que a pesar de toda la ayuda posible (incluido el psicoanálisis), la angustia y la furia de los hombres son incurables para siempre...
Samantha Eggar en Cromosoma Tres (1979)

2.- Cosmopolis (2012)

Él también está aislado. En su enorme limusina blindada e insonorizada, Eric Packer (Robert Pattinson) no libera monstruos como Nola de Cromosoma Tres, pero pululan en él, mientras lo llevan al viejo peluquero de su infancia, en una devastada Nueva York donde las ratas parecen haber, literal y figuradamente, reemplazado a los humanos... La película decepcionó a los fanáticos del cineasta con su ausencia de extravagancia visual. Existen, sin embargo, escenas especialmente divertidas, comenzando con el chequeo médico que se realiza en su automóvil, el héroe hipocondríaco ... La película está basada de una novela de Don DeLillo, muy inspirada en otra novela Le Feu follet de Pierre Drieu La Rochelle: el lento suicidio de un hombre que se dispone a enfrentar su muerte después de haber encontrado, por última vez, inútiles compañeros de vida. El pesimismo de Cronenberg está en la cima. La elegancia de su puesta en escena, también.
Robert Pattinson en Cosmopolis (2012)

3.- Maps to the stars (2014)

No es un verdadero confinamiento, ya que los exteriores abundan, excepto que Cronenberg filma Los Ángeles como una gran prisión mental: los personajes parecen girar perpetuamente en círculos como ratones de laboratorio en la rueda de sus jaulas... Hermano y hermana fusionados con la imperdonable e incendiaria adolescente que persigue a un niño hambriento y pervertido, la actriz ha estado (Julianne Moore) obsesionada con su madre que ella sueña con representar en la pantalla... En su última película hasta la fecha, David Cronenberg se une al estilo y las pesadillas de sus ilustres ancestros: Billy Wilder en El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950) y Fedora, (1978);  Robert Aldrich en ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?, 1962) y La leyenda de Lylah Clare (The Legend of Lylah Clare, 1968), marchitando Hollywood y el sueño americano.
Julianne Moore en Maps to the Stars (2014)

No hay comentarios:

Publicar un comentario