jueves, 20 de enero de 2022

Tres películas de Dušan Makavejev , el líder de la nueva ola yugoeslava (I)

El hombre no es un pájaro (Covek nije tica1965), La tragedia de una empleada de teléfonos (Ljubavni slucaj ili tragedija sluzbenice P.T.T., 1967) y Innocence Unprotected (Nevinost bez zastite, 1968), salen al mercado en una versión restaurada inédita. Tenemos así la ocasión de (re)descubrir a este realizador incansable y libbertario. sortent dans une version restaurée inédite. 
"El cine moderno debe escapar a toda definición", afirmaba el director Dušan Makavejev (Belgrado, Reino de Yugoslavia —ahora Serbia—; 13 de octubre de 1932-Ibidem, 25 de enero de 2019), ​durante una entrevista en la revista Positif en 1968. Por tanto, nos cuidaremos de intentar poner una etiqueta a las películas al que fue líder de la nueva ola yugoslava, que algunas mentes mal pensantes han llamado "la ola negra". Consideradas demasiado pesimistas y nihilistas, las películas de Makavejev o Aleksandar Petrovic (recomendable su película Encontré zíngaros felices (Skupljači perja) de1967), inquietaron inmediatamente por su humor muy negro y la mirada crítica que lanzaban sobre su sociedad. “Vivir es divertido, pero debes ser un cínico”, aconsejaba Makavejev. Mucho antes que su compatriota Emir Kusturica, sin embargo, celebró, con contundentes provocaciones y audacia formal, los placeres de la vida y de la carne. 
Todas sus películas conmocionaron en la Yugoslavia de Tito, por su oposición a la estética del realismo socialista. En 1971, Makavejev se vio obligado a exiliarse, mientras que su película documental Los misterios del organismo (W.R. - Misterije organizma, 1971) fue censurado. No volvió a su país hasta 1988. Mientras tanto, provocó un escándalo mundial al dirigir Sweet Movie (Dulce película) (1974) -con Claire Denis como ayudante de dirección-, inmediatamente prohibida en varios países o estrenada con numerosas escenas cortadas…
Espíritu libertario
Dušan Makavejev decía que descubrió el cine durante un ciclo de películas francesas programadas en la Cinemateca de Belgrado por Henri Langlois, director de la Cinemateca francesa. Le conmovió Cero en conducta (Zéro de conduite: Jeunes diables au collège, 1933), de Jean Vigo, pero también gracias las películas de René Clair y Luis Buñuel. Es por tanto bastante natural que encontremos la insolencia y el espíritu libertario de los autores de la vanguardia francesa en las tres primeras películas de Makavejev, que se vuelve a las salas en una versión restaurada novedosa.
(cont.)

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