jueves, 15 de febrero de 2018

Violencia de género: Custodia compartida

Custodia compartida (Jusqu'à la garde, 2017), escrita y dirigida por Xavier Legrand e interpretada por Léa Drucker, Denis Menochet, Thomas Gioria, Mathilde Auneveux, Coralie Russier. ProductoraK.G. Productions. Género: Drama. Familia. Infancia. Duración: 93 minutos. Premios y nominaciones: Festival de Venecia: Mejor director y mejor ópera prima; Festival de San Sebastián: Premio del Público mejor film europeo. Premio TVE "Otra mirada". Estreno en España: En el Festival de Cine de San Sebastián; próximamente en las salas el 20 de abril de 2018. SinopsisMyriam y Antoine Besson se han divorciado, y Myriam solicita la custodia exclusiva de su hijo Julien para protegerlo de un padre que ella dice que es violento. Antoine defiende su caso como un padre despreciado, y el juez del caso sentencia a favor de la custodia compartida. Guardado como rehén del creciente conflicto entre sus padres, el joven Julien se ve empujado al límite. 
Xavier Legrand estudió Arte Dramático en el Conservatorio Nacional de París. En teatro ha actuado en obras de Chéjov, Shakespeare, Harold Pinter, Michel Vinave y Peter Handke. Ha colaborado con realizadores como Louis Garrel, Laurent Jaoui, Benoit Cohen y Brigitte Sy. Su primer cortometraje, Antes que perderlo todo (Avant que de tout perdre, 2013), participó en más de cien festivales internacionales y recibió cuatro premios en Clermont-Ferrand 2013 y el César al Mejor Cortometraje en 2014. Jusqu’à la garde ganó el León de Plata al Mejor Director y el premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Venecia.
Comentario: Custodia compartida es la aterradora descripción de la violencia ejercida contra los otros. Tras una máscara de inocencia en público, se oculta una sistemática destrucción, derribo sin piedad y acoso premeditado psicológico que, por desgracia en muchos casos, también estalla y finaliza en su peor expresión física.
La violencia se respira en el ambiente. Se palpa la tensión. Estamos en el despacho de la juez. Miriam, muda, petrificada, y Antoine, un poco más locuaz, están lado a lado uno del otro pero enfrentados, por medio de sus respectivos abogados. Sentimos que cada palabra cuenta. Se trata de la custodia del hijo, Julien, de 11 años, que prefiere quedarse en casa de su madre. Su padre está dolido por no verlo, y solicita la custodia compartida. El abogado de la madre habla de "gran inseguridad". Su colega reacciona, hace argumentos convincentes. Llegamos a dudar La jueza misma parece dividida.
Entrada llamativa. Con su realismo y silencios, su sentido de duración, la nitidez del diálogo. Xavier Legrand continúa con esta película al comienzo de su cortometraje Antes que perderlo todo (multipremiado en el festival Clermont-Ferrand 2013). Miriam (interpretada por Léa Drucker) está tratando de huir, con sus dos hijos, de la violencia de su marido. Custodia compartida es una variación del mismo tema: la violencia doméstica. Este flagelo -casi tres mujeres mueren cada semana en Francia- rara vez es tratada por el cine: Xavier Legrand lo aborda desde el ángulo del miedo. Los golpes, él no los muestra. Pero siguen siendo una amenaza omnipresente.
Es un thriller puro, doméstico y familiar. Después del momento inicial de incertidumbre en la audiencia en el despacho de la juez, rápidamente os damos cuenta que el padre es un peligro. Opresor, dictatorial, taimado. Presiona cada vez más a Julien para obtener información, incluso lo chantajea. El niño, alertado, intenta proteger a su madre mientras también está atemorizado. Es conmovedor, este niño, que nos emociona muchísimo gracias a la interpretación de Thomas Gioria y la apariencia que le otorga Xavier Legrand. En todos sus personajes, además, incluido el padre, representado como un coloso desafortunado: un gran niño herido, rabiosos, que golpea su propia impotencia. 
Es suficiente ver la escena de la comida familiar en la casa de sus padres para que podamos adivinar cómo fue degradado en su infancia. Denis Ménochet trae la humanidad necesaria a este papel ingrato. Frente a él, Léa Drucker se destaca como una mujer densa, paralizada a veces, pero lista para parar, protectora más que víctima, que está blindada.
Porque es una pelea que lidera, enfrenta una amenaza constante, un riesgo de intrusión, invasión. De retención: así, este momento de suspensión donde el esposo, aniquilado, abraza a su esposa, para consolarse o para molerlo, uno no sabe. La incomodidad, ansiedad, ansiedad, pánico pasan por la mayoría de las secuencias de esta película limpia, donde nada es demasiado, excepto tal vez una escena bastante larga de una fiesta de cumpleaños. Todo tiende a atrapar, la prensa se aprieta poco a poco, en un crescendo absolutamente aterrador. Y molesto.

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