domingo, 4 de febrero de 2018

Tres películas en blanco y negro para encantar a los más pequeños

¿Descubrir una buena y vieja película a los niños? N o siempre es fácil... Hemos seleccionado tres obras accesibles a niños y niñas de 8 a 12 años de diversos géneros y estilos,  que representan la historia del cine
Tan pronto como evocamos delante de nuestro hijos una película en blanco y negro, ellos se crispan., sentimos una tensión. Levantan los ojos al cielo, suspiran y, en el peor de los casos, se burlan mientras se escapan. Sería tentador ofrecerles una versión a color de Gángster a la fuerza (Les tontons flinguers, 1963 ) (existe...) pero podemos optar por resistirnos mostrándoles películas que rápidamente le haga olvidar su falta de color.

39 escalones (The 39 Steps, 1935), d’Alfred Hitchcock 

Para los más motivados, esta película del período británico de Hitchcock, pero ya están presente todos los trucos de Alfred, es alentador: el falso culpable que tendrá que demostrar el mismo su inocencia, la pareja, mal emparejada, que terminará por matar su amor (como en Shrek), la artimaña indescriptible (los grilletes unen de forma totalmente falsa a los dos futuros amantes), el paisaje explotado en cada rincón (aquí el páramo escocés, y más tarde será el monte Rushmore o la Estatua de la libertad...), unas cascadas y el famoso "MacGuffin",pretexto más o menos válido alrededor del cual gira el suspense... Podemos continuar en la filmografía de Hitchcock con La ventana indiscreta (Rear Window, 1954) y Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959) y que ya son en colores...

1.- Los cuatrocientos golpes también Los 400 golpes (Les 400 coups, 1959), de François Truffaut

Estamos listos para hacer las apuestas: después de ver la primera película de Truffaut, sus hijos descubrirán en última instancia, que la escuela no está tan mal. ¡No más bolígrafos, ni uniformes, ni tirones de oreja, ni golpes con la regla (bueno, con suerte...) y verdaderas lecciones de inglés! Volver a un época en la que los adolescentes no tienen teléfonos móviles, les gusta leer por la noche antes de conciliar el sueño (escondiéndose de los padres, en el desván...) y en la que los profesores dice "maldita sea", hemos olvidado durante mucho tiempo el encanto y exotismo que posee el blanco y negro. Y así mismo, podemos enseñarle la prueba que hizo Jean-Pierre Léaud para obtener el papel (disponible en Youtube), por supuesto, en blanco y negro.  

Persepolis (2007), de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud 

Porque blanco y negro no significa forzosamente película "vieja". También es, a veces, una verdadera elección estética para un director de hoy, como por ejemplo, Michel Hazanavicius -The Artist, 2011-, o Steven Spielberg -La lista de Schindler (Schindler's List, 1993). Cuando Marjane Satrapi adapta al cine su historieta Persépolis (Persepolis, 2007), decidió conservar los dibujos en blanco y negro, pero comienza su película en color: las primeras secuencias muestra a la heroína, de nuestros días, en el aeropuerto, mirando los aviones que parten para Teherán. La historia da un salto en blanco y negro y en el pasado de la joven cuando era una niña en Irán al comienzo de la  revolución islámica. La escala de grises (en términos de la directora) está ligada a los recuerdos, e impone una distancia con la realidad demasiado dura, aportando un poco de magia. "Adoro esta estética -explicó en su momento Marjane Satrapi. Para mí, el color tiene algo de vulgar". 

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