lunes, 3 de octubre de 2022

Mujeres de cine: Greta Garbo (V)

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En su tercera película norteamericana, la Garbo tuvo como compañeros a dos estrellas John Gilbert y Lars Hanson. Gilbert era el ídolo romántico favorito de los Estados Unidos; fue la primera y única vez en que Greta Garbo tuvo que resignarse a aparecer en segundo lugar en los títulos de crédito. John Gilbert comentó tras esta experiencia con la actriz que: "La Garbo es maravillosa, la criatura más hechicera que jamás hayáis visto. Caprichosa, como el diablo, llena de antojos... y fascinante".
Greta Garbo y John Gilbert en Anna Karenina (1927)
El público estaba a punto de conseguir algo más que ver a tres de sus estrellas favoritas envueltas en la clásica situación triangular de amor y tragedia, pues habrían de ser testigos de una verdadera historia de amor. Parece ser que Gilbert se enamoró locamente de la Garbo, y ella de él. "En sus escenas juntos", dijo el director Clarence Brown, "era como trabajar con barro para moldear. Se encontraban los dos en este estado de feliz enamoramiento tan parecido a una nube de color de rosa tras la que creían permanecer ocultos a los ojos de los demás". Pero sólo interpretaron cuatro películas juntos, y de ellas tres en el momento álgido de su relación amorosa: El demonio y la carne, la versión muda de Anna Karenina (Love), ambas de 1927, y La mujer ligera (A Woman of Affairs, 1928).
John Gilbert y Greta Garbo en La mujer ligera (19289
Una  vez, finalizado su romance, la Garbo siguió ascendiendo, mientras la popularidad de John Gilbert comenzaba a desvanecerse. No obstante, en 1933 cuando él se encontraba con graves problemas tanto en su vida personal como artística, la Garbo insistió en que protagonizara con ella La reina Cristina de Suecia (Queen Christina), dirigida por Rouben Mamoulian, a pesar de que había dado su aprobación a un candidato más joven y adecuado para el papel, Laurence Olivier. El hecho de que accedieran a su petición demuestra la sólida posición dentro de la Metro, pues todo Hollywood sabía que Mayer odiaba a John Gilbert y que la decisión de la Garbo fue claramente ofensiva para él. 
Greta Garbo en La reina Cristina de Suecia (1933)
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