domingo, 6 de diciembre de 2020

Mank, en Netflix: hemos clasificado todas las películas de David Fincher, de peor a mejor (II)

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6.- Mank (2020)

Biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de "Ciudadano Kane", que repasa el proceso de rodaje de la obra maestra de Orson Welles dirigida y estrenada en 1941.
En Mank, David Fincher disecciona una de las polémicas más famosas de la historia del cine: quién escribió realmente el guion de Ciudadano Kane (1941), una de las mejores películas del séptimo arte -quizá la más legendaria de todas, como decía la crítica de cine Pauline Kael- con un por aquel entonces jovencísimo Orson Welles detrás de las cámaras. Este provenía del mundo del teatro y acababa de cumplir los 25 años cuando empezó a filmar este, su primer largometraje. Al lado de Welles estuvo Herman J. Mankiewicz, el Mank que da nombre al título, un guionista de estudios, hermano mayor del director Joseph L. Mankiewicz, descrito como el hombre más divertido de la época en Nueva York, que luchó y luchó contra el director para que se le concediera un crédito como autor del libreto. La cinta, tremendamente revolucionaria a un nivel estético y muy crítica con el ‘establishment’ del momento, fue nominada a nueve estatuillas de la Academia y se llevó sólo un Oscar, precisamente en la categoría de mejor guion original para Welles y Mankiewicz, que ya había colaborado en películas como Un hombre de mundo (1931), Cena a las ocho (1933) o El mago de Oz (1939), pero que siempre consideró Ciudadano Kane como su mejor obra. Él se inventó aquello de "Rosebud", supuestamente tras apostar en las carreras a un caballo llamado Old Rosebud. Aunque hay otras teorías, como que así era como llamaba el inventor de la prensa amarilla William Randolph Hearst a cierta parte íntima de su querida. Tom Burke interpreta a Welles, mientras que el oscarizado Gary Oldman hace de Mankiewicz. Juntos crearon a Charles Foster Kane, el megalómano magnate de la prensa que, en realidad, parodiaba al todopoderoso Hearst, que incluso llegó a prohibir que sus periódicos mencionaran la película. Mank, por tanto, es un ácido retrato del Hollywood de los años 30 y 40, la era dorada del cine, y, por supuesto, un análisis sobre cómo se hacía magia entre bambalinas cuando los titiriteros que movían los hilos en el celuloide eran hombres como Louis B. Mayer, presidente de los míticos Metro-Goldwyn-Mayer; Irving G. Thalberg, vicepresidente y jefe de producción de MGM, o David O. Selznick, productor de Lo que el viento se llevó (1939) y Rebeca (1940), sustituto de Thalberg en MGM y ex de Paramount y de RKO, distribuidora de Ciudadano Kane, antes de volverse independiente. Todos ellos, Mayer (Arliss Howard), Thalberg (Ferdinand Kingsley) y Selznick (Toby Leonard Moore), salen en Mank. Y lo mismo ocurre con Hearst (Charles Dance) o con la actriz de Amores en Hollywood Marion Davies (Amanda Seyfried), amante en la vida real del célebre prohombre y empresario, con quien tuvo un romance hasta la muerte de él en 1951. Hearst creía que el personaje de Susan Alexander Kane -interpretado por Dorothy Comingore-, segunda mujer del protagonista de Ciudadano Kane, estaba inspirada en Davies -pese al desmentido de Welles. Y ese fue el motivo por el que intentó destruir la cinta a toda costa.

5.- El juego (The Game, 1997)

Nicholas Van Orton (Michael Douglas) es un hombre de negocios multimillonario que lo tiene todo. El día de su cumpleaños, su hermano Conrad (Sean Penn) le regala una tarjeta de invitación de CRS; una compañía que, según afirma el hermano de Nicholas, te hace la vida divertida. Nicholas descubre que la compañía ha instalado una oficina en una planta del edificio donde él trabaja. Acude allí a aclararse sobre el regalo de su hermano, y le explican que lo que le ofrecen consiste en participar voluntariamente en un juego especialmente diseñado "para que se divierta"; Nicholas accede y le someten a una serie de exámenes psicológicos y físicos de rutina, con el objeto de medir sus reacciones. Poco después de abandonar su lugar de trabajo ese día, empieza a verse envuelto en un incidente o suceso extraño tras otro, con la permanente sospecha de que tratan de capturarlo y de que todo (salvo algunas cosas), sin importar las circunstancias, parece preparado para que no pueda escapar. Cruza la línea de lo real y lo irreal mientras el juego avanza y cada vez peligra más la vida de los participantes, se verán las verdaderas intenciones de este juego, diseñado especialmente para cada persona. El juego es una especie de yincana de pruebas físicas y psicológicas que Nicholas tendrá que ir superando.

4.- El curiosos caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button, 2008)

Un hombre (Brad Pitt) nace con ochenta años y va rejuveneciendo a medida que pasa el tiempo; es decir, en lugar de cumplir años los descumple. Esta es la historia de un hombre extraordinario, de la gente que va conociendo, de sus amores y amistades, pero sobre todo de su relación con Daisy (Cate Blanchett), la mujer de su vida. . Dejando de lado la tensión psicológica de cintas como " el director David Fincher se embarcó en este monumental proyecto cinematográfico. Un drama fantástico con un colosal presupuesto de 120 millones de euros y una premisa muy original basada en un relato de Francis Scott Fitzgerald. El proyecto había ido dando tumbos desde los 80, cuando se compraron los derechos de la narración. Tras considerarse directores como Frank Oz o Steven Spielberg y actores de la talla de Tom Cruise o John Travolta, finalmente se optó por el tándem Fincher-Pitt. El resultado fue un excelente éxito de taquilla y 13 nominaciones a los Oscar de 2009. Pese a ello, la cinta fue una de las grandes perdedoras de los premios de la Academia. Slumdog Millionaire le arrebató la mayoría de estatuillas y solo se quedó con tres galardones (dirección artística, maquillaje y efectos visuales), que premiaban las increíbles proezas técnicas del filme. No fue nada fácil, puesto que Brad Pitt tuvo que someterse a sesiones de maquillaje de hasta cinco horas diarias.

3.- Perdida (Gone Girl, 2014)

Perdida ahonda en la historia de Nick (Ben Affleck), un ex periodista casado con Amy Dunne, cuyo matrimonio hace aguas por todas partes. En un acto por intentar reflotarlo, ambos deciden montar un restaurante con ayuda de una de las hermanas de Nick, aunque la idea no prospera. En el día del quinto aniversario de bodas, Amy desaparece misteriosamente. Rápidamente, todas las sospechas sobre quién lo ha llevado a cabo caen sobre Nick. Ante los medios aparece impasible. Adaptación del best-seller Perdida, de Gillian Flynn. La actuación de Rosamund Pike fue particularmente elogiada, y recibió nominaciones para un premio Óscar, BAFTA, Globo de Oro y un Premio del Sindicato de Actores a la Mejor Actriz. Otras nominaciones incluyeron un Globo de Oro al mejor director para Fincher y un Globo de Oro, un BAFTA y un Premio de la Elección de la Crítica para el guion adaptado de Flynn, recibiendo el premio por este último. La película más taquillera hasta la fecha del cineasta de culto David Fincher. La cinta está protagonizada por un Ben Affleck  que para poder trabajar en la película aplazó sus proyectos como director (aunque no como actor, como atestigua el cambio físico que experimenta a lo largo del metraje, debido al duro entrenamiento que siguió para convertirse en Batman) y una Rosamund Pyke.

2.- El club de la lucha (Fight Club, 1999)

Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. l. Basado en la primera novela de Chuck Palahniuk, "El club de la lucha" es un filme sorprendente, con una historia inquietante sobre las frustraciones que provoca el mundo capitalista y consumista que nos rodea. Con un guion tremendamente agudo, que levantó ampollas por su nihilismo, violencia, provocación e incorrección política, el director David Fincher consiguió una película que atrajo más a la crítica que al público, pero que con el tiempo se convirtió en una cinta de culto. Edward Norton se consolidó como uno de los mejores actores del momento, bordando el papel de joven falto de ideales y perdido en el consumismo (su mayor aspiración es poseer una casa amueblada en Ikea). Brad Pitt también logró una convincente interpretación en el papel de Tyler. Asimismo, se puede vislumbrar en un papel secundario a Jared Leto, quien termina desfigurado.

1.- Seven 

Somerset es un veterano detective que se encuentra a punto de jubilarse y que conoce al joven policía Mills. Juntos deberán investigar el asesinato de un hombre obeso que ha sido atado y obligado a comer hasta la muerte. Los crímenes se suceden mientras los dos detectives muestran sus talantes opuestos, uno paciente y racional, y el joven más impetuoso. Pronto averiguan que los crímenes son obra de la misma persona, ya que ésta deja numerosas anotaciones procedentes de diversas lecturas que ha ido realizando de una serie de libros de temática religiosa. De este modo, Somerset y Mills no tardan mucho en descubrir que la serie de asesinatos está inspirada en los siete pecados capitales: cada uno de los muertos había incurrido en éste u otro pecado, y había sufrido un terrible castigo en consonancia. La pareja de detectives, pese a sus grandes diferencias, tendrá que trabajar duro para conseguir detener a un asesino fanático y meticuloso que siempre parece ir un paso por delante de ellos, pues los asesinatos no dejan de sucederse y la lista de pecados se va acortando dramáticamente. Un intenso, claustrofóbico y angustioso thriller cuya estética y narrativa sirvieron de fuente de inspiración posterior hasta la saciedad. Fue la segunda película del director David Fincher, cuya ópera prima, Alien 3, había recibido más críticas que alabanzas. Sin embargo, en su nuevo trabajo, el cineasta realizó una película que supo alejarse de todos los tópicos del género y construir un universo propio, tanto a nivel estético como narrativo (un tratamiento de personajes más profundo del habitual y un villano a la altura de los mejores del género). Todo ello convirtió a Seven en un inmenso éxito de taquilla que sirvió, además, para demostrar que su única intérprete femenina, Gwyneth Paltrow, era bastante más que la entonces novia de Brad Pitt.

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