jueves, 16 de febrero de 2023

15 películas infantiles para ver y volver a ver (I)

1. Lunana, un yak en la escuela (Lunana: A Yak in the Classroom, 2019), dirigida por Pawo Choyning Dorji

Ugyen es un joven profesor en Bután, que elude sus deberes mientras planea ir a Australia para convertirse en cantante. Como reprimenda, sus superiores le envían a la escuela más remota del mundo, una aldea glacial del Himalaya llamada Lunana. Tras un agotador viaje, Ugyen llega a Lunana, donde se encuentra sin electricidad ni calefacción, en una escuela sin ventanas ni pizarra. Aunque pobres, los aldeanos dan una cálida bienvenida a su nuevo maestro, pero él se enfrenta a la abrumadora tarea de enseñar a los niños del pueblo sin ningún material. Desesperado, quiere abandonar y marcharse cuanto antes pero, poco a poco, se ve conquistado por la sencillez, bondad y ganas de aprender de los pequeños y sus familias.
Esta película (la primera de la historia que ha representado a Butan en los Oscar) una luminosa oda al cambio de actitud gracias a la altura y los encuentros humanos en un escenario del fin del mundo.

2. La fortuna sonríe a Lady Nikuko (Gyokō no Nikuko-san, 2021), realizado por Ayumu Watanabe

Adaptación de la novela Gyokō no Nikuko-chan. El fuerte espíritu natural, apasionado y ordinario de Nikuko avergüenza a Kikuko, su hija de 11 años. Sin nada en común más allá de vivir juntas en un barco encallado en el puerto, ocurre un milagro cuando se desvelan sus secretos. 
Por amor, Nikuko tomó todas las decisiones equivocadas, moviéndose constantemente. En su equipaje, su hija Kikuko, de 14 años, tan reservada como atronadora es su madre. Dividida entre la vergüenza que siente cuando la alegre gordita hace de las suyas en público y la ternura que le inspira esta mujer simple, generosa y nada calculadora, la adolescente oscila como la aguja de un sismógrafo. 

3. Ícaro y el minotauro (Icare, 2022), dirigido por Carlo Vogele

Icare es un largometraje de animación luxemburgués, belga y francés. En la isla de Creta, cada rincón es un terreno de juego para Ícaro, el hijo del gran inventor Dédalo. En una de sus exploraciones, junto al palacio de Cnosos, el niño descubre algo extraño: un niño con cabeza de toro vive encerrado bajo las órdenes del rey Minos. A escondidas del padre, Ícaro se hace amigo del joven minotauro, llamado Asterión. Pero el destino va a cambiar las cosas, cuando Asterión es encerrado en un laberinto. ¿Podrá Ícaro salvar a su amigo y cambiar el curso de la historia que han escrito los dioses?
¿Qué sabemos de Ícaro, excepto que se quemó las alas? En esta bella reinterpretación del mito, el joven, hijo de Dédalo, se hace amigo del Minotauro, prisionero del laberinto. Una verdadera tragedia animada para niños, delicada y poderosa.

4. El tigre que vino a tomar el té (The Tiger Who Came to Tea, 2019), de Robin Shaw

En un día lluvioso, una madre y su hija renuncian a un viaje al parque para hornear pasteles y participar en una fiesta de té para dos personas, cuando un invitado inesperado se invita amenazadoramente a entrar en la casa y saquea la comida y la bebida en la casa.
Un programa de cuatro cortometrajes de animación, adaptación de un clásico de la literatura infantil británica. Fresco, delicioso y digerible, incluso para espectadores a partir de 3 años.

5. La petite bande (2022), realizado por Pierre Salvadori

Narra Las aventuras de un grupo de jóvenes apasionados y valientes. La pequeña banda está formada por Cat, Fouad, Antoine y Sami, cuatro escolares de 12 años. Por orgullo y provocación, se embarcan en un loco proyecto: volar la fábrica que contamina su río desde hace años. Pero en el grupo recién formado, los desacuerdos son frecuentes y los votos empatados constantemente paralizan la acción. Para decidir entre ellos, deciden traer a Aimé, un niño rechazado y solitario, a su pequeña banda. Tan emocionados como angustiados por la magnitud de su misión, los cinco cómplices aprenderán a convivir y luchar juntos en esta divertida e incierta aventura que los superará por completo.
Cinco niños decididos a prender fuego a la fábrica que está contaminando el río local. Salvadori hace maravillas al filmar sin sentimentalismo, pero con una ternura contagiosa, a esta minipandilla incendiaria, divertida y a veces cruel. ¡Un auténtico placer de cine!

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