martes, 28 de diciembre de 2021

"No mires arriba" en Netflix, cuando el cine advierte sobre el estado del planeta (II)

(cont.)
La ciencia ficción
Todavía sentiremos un poco de náuseas al final del año. Por una Nochevieja muy festiva... o porque nos vamos a acercando al 2022. Es decir, el año en el que se desarrolla la acción de Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, 1973), de Richard Fleischer, la adaptación del libro de Harry Harrison. En ese 2022, el mundo ha agotado los recursos naturales, Nueva York está superpoblada, la temperatura nunca baja de los 33 grados. Para ser impecables, los autores podrían haber tenido que apostar por el 2032. Pero su sentido de anticipación, seamos sinceros, es notable. Por otro lado, son menos buenos denunciantes: ya que para tener tanta razón, nadie debe haberlos escuchado. No mires hacia arriba con sus humanos que imaginan el gran guijarro corriendo hacia ellos como una riqueza para ser explotada, está más cerca de la metáfora -Donald Trump ha estado más preocupado por preservar la economía que por la salud de los estadounidenses en tiempos de Covid- que la precisión visionaria de un sol verde. Finalmente, debemos esperar que sí. 
Película de desastres
Cuando el destino nos alcance es un producto de la década de 1970, una década que generó preocupaciones ecológicas. Y ha visto florecer "películas de desastres": La aventura del Poseidón (The Poseidon Adventure, 1972), El coloso en llamas (The Towering Inferno, 1974), Terremoto (Earthquake, 1974)... Más de veinte años después, Roland Emmerich se ha esforzado por sintetizar estos aspectos en muchos éxitos de taquilla: lo suyo son las películas de desastres con alcance ecológico (Independence Day (1996), Godzilla (1998), El día de mañana (The Day After Tomorrow, 2004), 2012 (2009)…). Nos explicó en 2019: “Creo que cada película debe expresar una opinión, echar un vistazo al mundo. El día de mañana es sin duda mi película más política: una verdadera advertencia sobre el cambio climático.” Estas películas están por encima de todas las películas de ‘mensaje’, muy fácil de leer, muy pesado, no siempre convincente (especialmente si empezamos a hacer preguntas sobre el peso de carbono de la sesión). Si hay una voluntad demostrativa en No mires arriba, es menos plana. Será interesante ver cómo los dos universos chocan en la próxima película de Emmerich, Moonfall, donde esta vez se acerca la Luna (en cines a partir del 9 de febrero de 2022).
El drama
¿Y si le ponemos un pequeño pero? ¿Y si las películas más atractivas fueran las que parecen tener lugar en nuestro mundo? Son poco numerosas: El show de Truman (The Truman Show, 1999), de Peter Wei; Contagio (Contagion, 2011), de Steven Soderbergh Her (20139, de Spike Jonze… La segunda ha experimentado un resurgimiento en popularidad con la crisis de Covid, por haber anticipado tan bien esta situación. El guionista Scott Z. Burns incluso cree que la han subestimado. "Nunca hubiera pensado que una de las variables sería un gobierno que no cree en la ciencia y luego desinforma a la población" , dijo a la revista estadounidense Vulture cuando Trump manejaba la epidemia. Aquí es No mires arriba tiene éxito: la línea parece ampliada, pero cuando lo piensas...
El documental
En 2000, George W. Bush fue elegido presidente con 537 votos por delante de Al Gore (en el decisivo estado de Florida). Privado de poder pero ansioso por alertar al mundo sobre el cambio climático, Al Gore se dedicó a realizar un documental, Una verdad incómoda, en 2006. Con quince años de retrospectiva, es difícil dudar: para actuar sobre el clima, mejor ser presidente que director. La causa climática no se ha convertido, por así decirlo, en la prioridad de los estadounidenses. Ahora que la situación es dramática, Adam McKay continúa con su advertencia, pero en forma de metáfora: la casa está en llamas, es obvio, es deslumbrante y es tan deslumbrante que miramos hacia otra parte. Debe tenerse cuenta que en el género del documental ecológico, Francia se público en 1999, La Tierra vista desde el cielo, con las fotos de Yann -Arthus Bertrand, que en 2004 se convirtió en una película documental. La idea era decir "mira, debemos preservar nuestro hermoso planeta". Desde entonces, hemos pasado a,"¿cómo decirlo?", Mañana (Demain, 2015), de Cyril Dion y Mélanie Laurent, acumula más de un millón de espectadores. El cine documental no hace las leyes sino que alerta y sensibiliza. Sin duda tiene algo que ver con la conciencia ecológica de los últimos años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario