martes, 29 de enero de 2019

Las seis claves para comprender el mundo encantado de Hayo Miyazaki (I)

Naturaleza, infancia, divinidades... los seis temas preferidos de Hayao Mizaki

Con motivo de celebrarse, este año, el 40º aniversario del estreno de El castillo de Cagliostro (Rupan sansei: Kariosutoro no shiro, 1979), tenemos la ocasión de constatar la increíble coherencia de la obra del cineasta japonés, volviendo sobre seis temas que no han cesado de impregnar sus películas. El castillo de Cagliostro, lleno de aventuras trepidantes y lúdicas en un principado de opereta se inspira directamente en las proezas del personaje francés Arsène Lupin. 
El castillo de Cagliostro (Rupan sansei: Kariosutoro no shiro, 1979)
La versión animada del caballero ladrón es tan malvado y encantador como su modelo, pero lleva ya el sello del futura maestro de la animación: su trazo, sus aficiones y sus colores, esa mezcla única de poesía y epopeya. Todo está ya, en esta obra para volver a ver o descubrir por primera vez, a partir de los 7 años. Repasemos ahora algunos de los temas favoritos del genio japonés.

Elogio de la mecánica

Pistones, cigüeñales y artefactos con hélices: desde siempre, el señor Miyazaki le ha gustado perdidamente las máquinas. Con una preferencia destacada por los sistemas complejos y fabulosos, los sueños a vapor como en El castillo ambulante (Hauru no ugoku shiro, 2004), verdadera aldea sobre patas (mecánicas), que camina hacia la esencia de la poesía (con el diseño de un adorable demonio del fuego de nombre Calcifer.
El castillo ambulante (Hauru no ugoku shiro, 2004)
Este amor de relojero por los mecanismos, lo encontramos desde su primera película, en los subterráneos del primer "castillo", el de Cagliostro,  al igual que la otra pasión del artista: las máquinas voladoras. Grandes cargadores puntiagudos y amenazadores, El castillo en el cielo (Tenkū no Shiro Rapyuta, 1986), planeadores elegantes, Nausicaä del Valle del Viento (Kaze no Tani no Naushika, 1984) o fuselajes realistas, pájaros de la Primera Guerra (Porco Rosso (Kurenai no buta, 1992) o para los famosos cazadores japoneses del Cero de la Segund, El viento se levanta (Kaze tachinu, 2013). El trabajo de Miyazaki es un bricolaje perpetuo, conquistando el cielo.
El viento se levanta (Kaze tachinu, 2013)
(cont.)

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