lunes, 28 de enero de 2019

En "La buena esposa", Glenn Close es la más bella de la fiesta

Glenn Close acaba de ser nominada a los Oscar por esta película que sale directamente en VBD (Vídeo Bajo Demanda). Un merecido reconocimiento: ella está genial en el papel de una esposa dedicada enteramente a la carrera de afamado escritor de su gran esposo. 
¿Dónde estaría sin ella? Joan es una "creadora de reyes": la esposa perfecta del gran hombre, la leyenda viva, el novelista estadounidense en camino de recibir el Premio Nobel. En su connivencia, su amor travieso y bien arraigado, creemos adivinar una vida de dedicación, orgullo y sacrificios alegremente consentidos.
Sin embargo, al llegar a Estocolmo para recoger la recompensa suprema, en el torbellino de honores, protocolo y frivolidad, esta hermosa imagen se está agrietando. La "primera dama" está tensa, está un poco en otra parte, parece cansada. ¿Cansada de qué, exactamente?

Un Globo de Oro merecido

Glenn Close ha obtenido un más que merecido Globo de oro por su deslumbrante interpretación de este digno personaje, fuerte y complejo. La "esposa" se revela poco a poco, en este de estudio de una "veterana pareja" unida, en la que todas las apariencias son engañosas...

Un poco como la película en sí, que, detrás de una sagaz narrativa, muy clásica, casi demasiado cómoda, desarrolla con profundidad muchos asuntos: historia del amor, la familia, la literatura y la creación, los secretos, la dependencia y la mutua manipulación, La buena esposa (The Wife, 2017) también es una poderosa y sutil fábula feminista.

Encuadre psicológico

Desde flashbacks sobre su primer encuentro, hace décadas, hasta estos días peligrosos y decisivos, lejos de casa, al final de su camino común, estos dos "cómplices" (en todos los sentidos de la palabra) se enfrentan casi íntimamente, apenas perturbados, en su representación privada, con algunos personajes secundarios bien dibujados: un periodista tenaz (Chritian Slater), un hijo complejo y perdido, rivales, editores falocráticos...
En el centro de este encuadre psicológico, la relación directa entre Glenn Close y Jonathan Pryce, un "matrimonio" maravilloso entre la emoción y la sobriedad, la simulación y la verdad de los sentimientos.

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