jueves, 31 de marzo de 2022

Los recuerdos de Jacques Doillon, el cineasta de la infancia (I)

Cuatro películas de "juventud"- el más reciente data de 1985-, de  Jacques Doillon, se pueden volver a ver gracias a copias restauradas. El cineasta, que en la actualidad cuenta con 78 años de edad, evoca la felicidad de ver ralentizarse la hermosa mecánica del cine cuando los niños actores llegan a deslizar en ella su naturalidad.
Las películas de Jacques Doillon se están volviendo raras, por falta de productores lo suficientemente valientes como para financiar sus audaces proyectos y, siempre, con presupuestos ajustados. Cinco años después de Rodin (2017), su anti-biopic del afamado escultor interpretado por Vincent Lindon, esperamos poder contemplar su nuevo largometraje, rodado con niños -su especialidad-. 
Mientras tanto, es un placer redescubrir, y gracias a copias restauradas, sus grandes películas del inicio de su carrera: Les doigts dans la tête (1974), Una bolsa de canicas (Un sac de billes, 1975), La golfilla (La drôlesse, 1979), La mujer que llora (La femme qui pleure, 1979), La pirata (La pirate, 1984), La vie de famille (1985), La chica de quince años (La fille de quinze ans,1988), Le Petit criminel (1990), Le Jeune Werther (1993),  Ponette (1996), Trop peu d'amour (1998) y Petits Freres (1999). 

1.- Les doigts dans la tête (1974)

Chris, aprendiz de panadero, tiene 18 años y se aloja por algún tiempo en la habitación del servicio de sus jefes. Tiene un amigo, León, mecánico, y una novia, Rosette, dependienta de la panadería. Chris conoce a Liv, una sueca independiente que busca alojamiento. Él, entonces, se lo ofrece. La joven acepta la oferta sin vacilar. Liv y Chris pronto se convierten en amantes. Una mañana, Chris llega tarde al trabajo. Después de una acalorada discusión con su jefe, éste le despide. Como no recibe indemnización alguna, Chris, con el apoyo de sus amigos, decide "ocupar" la habitación.. Jacques Doillon firmó esta crónica adolescente, una película seria, pero alimentada por la misma convicción: deconstruir para reconstruir mejor. Quiere reconciliar el cuerpo y el espíritu, tanto en el trabajo como en el amor. Brotes jóvenes libres pero acomplejados, los héroes están patas arriba: leen las líneas de sus pies, se besan en los ojos... "No sabe en qué pierna se va a quedar", dice la sueca sobre su rival , que, en realidad, no sabe con qué pie bailar. Con su gramática frívola, la extranjera canta las virtudes del desorden verbal, demostrando que las palabras a veces dicen más cuando están fuera de lugar.

2.-  Una bolsa de canicas (Un sac de billes, 1975)

Narra las peripecias de una familia judía que vive en París y que, al ser ocupada la capital, marchan al sur, donde las cosas parecen estar tranquilas. Pero también esa zona es ocupada y dos de los chicos tienen que intentar primero salvarse de la persecución de los judíos y después ganarse la vida con su ingenio. Adaptación del "best seller" del mismo nombre. La película se embebe del naturalismo francés de la época de los Truffout o Goddard y trastoca el tono inocente del relato original. Se interpreta un despertar sexual que no aparece en la novela y cambia la mirada inocente y esperanzada del libro por una visión más pesimista de la familia, de los hermanos, de los amigos. 

3.- La golfilla (La drôlesse, 1979)

François tiene 20 años y ha secuestrado a la pequeña Mado, de once, llevándola al sórdido granero en el que vive. Ni la viola ni pide dinero por su rescate. Lo más extraño es que ella podría intentar fugarse, pero no lo hace. ¿Qué sucede? ¿Por qué el secuestrador parece inofensivo y la secuestrada parece estar segura y tranquila? Cada uno intentará dar al otro un poco del inmenso amor, dulzura y ternura que anida dentro de ellos... La película ha sido comparada con la de William Wyler El coleccionista (The Collector, 1965), que también trata acerca de un hombre introvertido que secuestra a una mujer, si bien La golfilla está basada en hechos reales.​ El crítico de The New York Times Vincent Canby definió la película como una «dulce y excéntrica historia de amor».

4.- La pirata (La pirate, 1984)

Alma es una mujer insegura; no se quiere mucho a sí misma y siente que sólo existe a través de la mirada de los otros. Sufre una necesidad imperiosa de que las otras personas la deseen. Necesita desesperadamente ser amada y le da igual que ese amor provenga de un hombre o de una mujer. De esta manera se convierte en víctima consciente de un triángulo amoroso formado por ella, su marido Andrew y Carol, una mujer de la que se enamora locamente. Laure Marsac interpreta su primer papel a la edad de 14 años en esta películas, que  ganó en 1985 un Premio Cesar como Actriz Revelación por su actuación. 

5.- La mujer que llora (La femme qui pleure, 1979) 

En una aislada casa en los Alpes franceses, Dominique llora cuando Jacques vuelve tras una larga ausencia. Ella llora y se deprime, tal vez por que se da cuenta de que esta vez no se trata de una infidelidad fugaz. Dominique se derrumba, sin poder apoyarse en nadie, ni siquiera en su adorada hija. Lo que es peor, se aterroriza al darse cuenta que empieza a odiar a la niña. Nada la puede calmar y se convierte en una situación que la asusta más y más... Una hermosa película de Jacques Doillon, que marca mucho después su visión, por su dureza y su amargura. Con una puesta en escena muy sobria (muchos planos estáticos) y casi sin música, esta obra aborda con brillantez las dificultades de las relaciones amorosas. El éxito de la película se debe en gran parte a la formidable composición de la desaparecida actriz Dominique Laffin, en el papel de una madre frágil y sensible que tiene una gran necesidad de amor, irradia cada escena con su presencia y la conexión que se puede establecer con su propia historia es aún más dolorosa de ver para el espectador. Jacques Doillon se interpreta a sí mismo en su película y resulta convincente. También involucró a su propia hija, Lola. Haydee Politoff completa este hermoso elenco aportando todo su encanto.
(cont.)

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