jueves, 3 de marzo de 2022

De “Furia” a “Arthur Rambo”: un sinfín de películas donde la manada es implacable (III)

(cont.)

La jauría humana (The Chase, 1966), de Arthur Penn

Nada parece cambiar en Estados Unidos. Treinta años después de Furia de Fritz Lang, Arthur Penn retoma el tema. Consideremos a un falso culpable (Robert Redford), fugado de una penitenciaría, que se refugia en su ciudad natal, en Texas, donde, por muchas razones, todos quisieran verlo muerto. Casi estática al principio, la puesta en escena parece intensificarse, secuencia a secuencia, para desembocar en pura fantasmagoría, cuando el sheriff local (Marlon Brando) es atacado por sus desatados ciudadanos.
La degradación moral de la sociedad americana es magníficamente radiografiada a través de los personajes de un pequeño pueblo de Texas en plena fiebre del sábado noche. Lucha de clases, envidias, crisis matrimoniales, culto al dinero... todo va embruteciendo el sueño americano en esta interesante historia que gira en torno a un preso fugado -un primerizo Robert Redford- y al honrado sheriff -impresionante Marlon Brando- que lo persigue. Para acentuar esta sangrienta pesadilla, Penn decide filmar a cámara lenta los golpes en el rostro cada vez más hinchado de Brando, y luego proyectarlos a cámara rápida para aumentar su velocidad y brutalidad... Reparto de lujo para un film emblemático de los años 1960.

Cometieron dos errores (Hang 'Em High, 1968), de Ted Post

Oklahoma, 1889. Unos hombres acusan injustamente a Jed Cooper (Clint Eastwood) de haber robado ganado y no dudan en ahorcarlo. En el último instante, lo salva un comisario que trabaja a las órdenes del juez Fentom. Aclarados los hechos y demostrada su inocencia, el juez aconseja a Cooper que olvide lo ocurrido y le ofrece un puesto como comisario. Su misión será capturar vivos a los que intentaron lincharlo para que sean juzgados por el juez. 
Se trata de una historia de una venganza, de una implacable caza del hombre, pero también es una historia de amor, y una historia sobre la ambigüedad de la Justicia, y una historia sobre el perdón y el arrepentimiento.

Canoa: memoria de un hecho vergonzoso (1976), de Felipe Cazals

Basada en hechos reales sucedidos en México en septiembre de 1968, cinco jóvenes empleados de la Universidad Autónoma de Puebla intentan escalar el volcán La Malinche pero, debido al mal tiempo, no tienen éxito y tienen que refugiarse en un pueblo cercano llamado San Miguel Canoa. Debido a la paranoia religiosa vivida en el pueblo en gran medida incitada por el párroco local, el pueblo los confunde con radicales comunistas... 
Considerada como una de las películas que devolvió vida al cine mexicano, Canoa constituye uno de los títulos más señeros del directo Felipe Cazals. El mayor mérito del film consiste en el poder de su denuncia social a pocos años del suceso acaecido en 1968.

Haz lo que debas (Do the Right Thing, 1989), de Spike Lee

En Bedford Stuyvesant, uno de los barrios más humildes de Brooklyn, viven varias familias de raza negra, algunos hispanos, una pareja de comerciantes vietnamitas y una familia italoamericana que tiene una pizzería. Mookie, un chico que trabaja de repartidor de pizzas, conoce bien a los vecinos y es testigo privilegiado no sólo de la vida cotidiana del barrio, sino también de las tensiones y del racismo de algunos de sus habitantes.
Segunda película del siempre controvertido Spike Lee, con la que participó en la Sección Oficial de Cannes, y la que sigue siendo considerada como su mejor película hasta la fecha. Una intensa y feroz crítica social al racismo aún latente en los años 1980, y también hoy en día, en la cultura y vida norteamericana. El título de la película toma inspiración de una célebre frase de Malcolm X, "You've got to do the right thing".

El odio (La haine, 1995), de Mathieu Kassovitz 

Tras una noche de disturbios en un barrio marginal de las afueras de París, tres amigos adolescentes, Vinz, Saïd y Hubert (un judío, un árabe inmigrante y un boxeador amateur negro, respectivamente), son testigos de un hecho, en el que su amigo Abdel resulta herido por la policía. El deambular por la ciudad, la violencia entre bandas y los conflictos con la policía son las constantes en las 24 horas siguientes de la vida de estos jóvenes.
En esta película, Kassovitz, sabe retratar a la perfección esa marginalidad y los prejuicios sociales contra los que también tienen que combatir los habitantes de estas zonas como el racismo.
(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario