sábado, 12 de marzo de 2022

El “gran ruso malo”, fantasía tenaz y duro cliché en la pantalla (I)

Sociópatas de acento punzante, hombres sin corazón, mujeres tan bella como letales, espías escalofriantes... Los estereotipos del enemigo ruso en las películas y en las series tienen largos colmillos. Y no es la tragedia de la guerra en Ucrania lo que cambiará esta situación. Una antología.
Es el más sádico, el más fatal, el más malvado de todos los villanos de James Bond: en Sin tiempo para morir (No Time to Die, 2021), Lyutsifer Safin (Rami Malek) también marca el regreso rotundo de una amenaza ignorada durante mucho tiempo por la famosa franquicia: el enemigo ruso. El oligarca sociópata del Este, seguido de toda una procesión de viejas fantasías y nuevas obsesiones. El 007 encarnado por Daniel Craig se codeaba allí por primera vez, y “Lyustisfer” (tradúzcase Lucifer, y todo dicho) parece traer de vuelta al demonio de la Guerra Fría a las puertas de Occidente. ¿Signo de los tiempos? 
Lyutsifer Safin (Rami Malek) en Sin tiempo para morir (2021)
En este trágico período, cuando Ucrania se desmorona bajo las bombas, sólo podemos mirar atrás con otros ojos a las películas y series de los últimos años, que han devuelto a los rusos el lugar que una vez ocuparon, armados hasta 'hasta los dientes', como en El telón de acero (The Iron Curtain AKA Behind the Iron Curtain, 1948). Veamos una serie de recreaciones -películas como Gorrión rojo (Red Sparrow, 2018), El espía inglés (The Courier, 2020), o infiltrados en el oeste (desde la serie The Americans (2013-2018) -tema ya tratado en 1988 con la película Espías sin identidad (Little Nikita), con Sidney Poitier y River Phoenix-, hasta la 3ª temporada de Stranger Things (2016-...)-. Incluso la serie Homeland (2011-2020) , aunque centrada en Oriente Medio, acaba… en Moscú.
Benedict Cumberbatch en El espía inglés (2020)
“Creo que es porque desde la llegada al poder de Vladimir Putin, el endurecimiento del régimen, y en particular los problemas con Ucrania, la Rusia poscomunista se ha vuelto a convertir una vez más en una amenaza geopolítica y una potencia hostil”, explicaba en 2014 (¡ya!) a la BBC James Chapman, profesor de cine en la Universidad de Leicester.
Sin embargo, en una inspección más cercana, hay una cierta continuidad en la representación de los rusos en las pantallas en Occidente. Como dice la académica Nina Khrushcheva (bisnieta de Nikita Khrushchev), "culturalmente, la Guerra Fría nunca terminó realmente", citando el ejemplo de Air Force One (El avión del presidente) (Air Force One), El pacificador (The Peacemaker) y El santo (The Saint), tres películas estrenadas en 1997. En un momento en que la las relaciones eran mucho más distendidas, los rusos seguían siendo "los villanos perfectos".
George Clonney y Nicoled Kidman en El pacificador (1997)
(cont.)

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