jueves, 16 de septiembre de 2021

Desde "Al final de la escapada a "Tal vez...", Belmondo en diez personajes (II)

(cont.)

6.- Louis Mahé en La sirena del Mississipi (La Sirène du Mississipi, 1969), de François Truffaut

Una gran película que no gustó mucho, un thriller disfrazado de venenosa y fatal historia de amor. Donde Belmondo compone un héroe stendhaliano, frágil, víctima consentida en la extraña pareja que forma con Catherine Deneuve, más hitchcockiana que nunca. -Tu belleza es un dolor-, le dice. - Ayer dijiste que era una alegría- contesta ella; -Es una alegría y un dolor- afirma de nuevo él. Truffaut reutilizaría este intercambio once años después en El último metro (Le dernier métro, 1980). 
7.- Serge Alexandre Stavisky en Stavisky (1974), de Alain Resnais
Un fracaso comercial que, lamentablemente, marcó la ruptura definitiva entre Belmondo y el llamado cine de "autor". Un año después, hizo Pánico en la ciudad (Peur sur la ville, 1975), de Henri Verneuil, es decir, una película en las antípodas. Stavisky reconstruye un escandaloso asunto del gran fraude de la Tercera República, en el que a Resnais le preocupa menos diseccionar los hechos que crear una atmósfera de especulación y extraña decadencia. Donde Belmondo es como un pez en el agua, brillante, coqueto, casual, pero también peligroso, para los demás y para él mismo.

8.- Alexandre Dupré en El rey del timo (Le guignolo, 1980), de Georges Lautner

Podríamos haber elegido entre Cómo destruir al más famoso agente secreto del mundo (Le magnifique, 1973), Philippe de Broca; El profesional (Le professionnel, 1981), de Georges Lautner o El marginal (Le marginal, 1983), de Jacques Deray, todas se parecen un poco. Era la época en la que toda Francia todavía iba en masa al cine para ver "el último Belmondo". Convertido en Bébel, es decir, más bien en una caricatura de sí mismo, era entonces el rey de la taquilla pero también del truco, el actor más popular y rentable sin duda alguna que había creado el cine francés. De la película guardamos el vago recuerdo de una aventura vodevilesca, que pasa por Venecia. Curiosamente, fue el cartel lo que quedó: él con sombrero de copa y calzoncillos rojos de lunares.

9.- Sam Lion en El imperio de un león (Itinéraire d’un enfant gâté, 1988), de Claude Lelouch

Una secuencia antológica. En la que Belmondo, como un viejo león que ha visto a otros, un ex artista de circo convertido en empresario, da una conferencia a un joven novicio (Richard Anconina), enseñándole a decir "hola". Manera de decir que todavía puede ser un jefe.

10.- Ako en Tal vez... (Peut-être, 1999), de Cédric Klapisch

Una película de ciencia ficción bastante original, donde París está enlodada. Y donde Belmondo, un patriarca de larga melena plateada, interpreta al hijo mayor de Romain Duris, en un viaje futurista. La película es un homenaje bastante tierno a Belmondo y sobre todo brinda la oportunidad de un agradable encuentro con el joven actor francés, flexible, fino, alegre, uno de los pocos que claramente puede ser visto como su heredero.

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