viernes, 31 de agosto de 2018

Sauvage, una opera prima bajo influencias (I)

El primer largometraje de Camille Vidal-Naquet es la obra de un cinéfilo tan sensible al cine experimental de Paul Morrisey como al realismo de los hermanos Dardenne. Una gira en su compañía en ocho películas que le han influido particularmente. 
El joven prostituido de la película Sauvage, que no posee nada y busca el amor en un mundo brutal, ha nacido, en parte, de una larga investigación de Camille Vidal-Naquet. El cineasta acompañó durante dos años, una noche a la semana, a una asociación que ayuda a los prostitutos de la región de París. Pero este personaje es también, bastante, el fruto de un cinéfilo múltiple y entusiasta -el director enseña regularmente análisis fílmico en una escuela parisina, l’Esec. Vidal-Naquet destaca ocho películas que concretamente le han inspirado, desde el guión al rodaje de Sauvage.

Sin techo ni ley (Sans toit ni loi, 1985), de Agnès Varda

Mona, la vagabunda interpretada por Sandrine Bonnaire en esta obra maestra de la audacia, le inspiró por su desprecio por la posesión y los bienes materiales. Ella es una auténtica rebelde, una ex secretaria que ya no podía soportar las órdenes. Está tan lejos de las reglas sociales que el mundo parece casi fantástico. De ahí una escena increíble, donde es violada por atacantes misteriosamente disfrazados de pájaros. Si su héroe, Leo, es más difícil de entender que Mona, no es abiertamente rebelde, el director también quería flirtear con lo fantástico. Por ejemplo, la ciudad donde vagabundea no es para nada identificable...

La leyenda del indomable (Cool Hand Luke, 1967), de Stuart Rosenberg 

Hay mucho de homoerotismo en este mundo de presidiarios que trabajan la tierra a pleno sol. Pero, es ante todo una película brutal, violenta, casi una prueba para el espectador. Paul Newman interpreta a un convicto más frágil que los demás. Sin embargo, siente aversión por la autoridad, tanto a la disciplina carcelaria como a las reglas no escritas que rigen la vida de los encarcelados. Castigado sin cesar, hasta la escena antológica: una larga pelea con otro prisionero mucho más fuerte que él. Cada vez más destrozado y desfigurado, se vuelve a levantar después de cada golpe. El contrincante acaba por no atreverse a pegarle. Es Paul Newman el paradójico vencedor de la pelea. En Sauvage, el personaje acab también por iluminar, con su dulzura y su resistencia, a un mundo extremadamente duro. 

Delicias turcas (Turks Fruit AKA Turkish Delight, 1973) y Showgirls (1995), de Paul Verhoeven

Paul Verhoeven logra crear unas imágenes que parecen al mismo tiempo muy bellas y muy feas. La fotografía de Delicias turcas es magnifica mientras que el tema raya en lo más sórdido, y que él puede tratar, en la pantalla, a base de toda clase de humores corporales. Para Sauvage, Vidal-Naquet reflexionó sobre esta cuestión. No quería volver demasiado pictórico el universo precario y degradante, pero, inversamente, tampoco quería privar a sus personajes de su belleza y fortaleza. Por otro lado, Paul Verhoeven cultiva una relación muy singular con  la falta de pudor. En un rapport très singulier à l’impudeur. En Showgirls, que los personajes estén vestidos o no no tiene ninguna importancia. Curiosamente, los actores ganan un increíble energía, un poder absoluto. 
(cont.)

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