Interpretó varias veces a Hitler y a muchísimos vampiros, pasó del cine de arte y ensayo al cine de serie B, trabajó con Fassbinder, Lars von Trier y Madonna… El actor alemán que no le tenía miedo a nada falleció el 23 de noviembre a los 81 años. Ejerció su oficio como actor y doble de acción, asumiendo todo lo que podía, a veces incluso cualquier cosa, durante más de cincuenta años. El fenomenal Udo Kier Ha fallecido dejando tras de sí una filmografía única que abarca desde papeles secundarios hasta papeles principales con una gran sensación de libertad. Reflexionando sobre esta maratoniana carrera de papeles secundarios, declaró a Variety en 2024: "Hay 100 películas malas, 50 que puedes ver con una copa de vino y 50 buenas".
Con un rostro modesto pero una mirada inquietantemente felina y un carácter temperamental y caótico, este actor alemán, nacido en Colonia en 1944, interpretó a menudo personajes amenazantes, villanos o incluso sádicos, aceptando con gusto el papel de Hitler en varias ocasiones, sobre todo en la serie Hunters . También fue capaz de transformarse, como en Swan Song (2021), de Todd Stephens: Pat Pitsenbarger es un excéntrico peluquero gay ya retirado que se escapa del asilo en el que está ingresado para cumplir con un último encargo: peinar y maquillar a una antigua celebridad, amiga y clienta que ha fallecido, para que esté perfecta en su velatorio.
Marginalidad y cine de género
Estrella por derecho propio, Udo Kier convirtió su excentricidad en una fortaleza, una forma de afirmarse no solo como gay, sino como completamente atípico. Su audacia fue recompensada desde el principio: cuando se unió al director Paul Morrissey en la barroca aventura de sus películas de terror producidas por Andy Warhol, Carne para Frankenstein (Flesh for Frankenstein, 1973) y Sangre para Drácula (Dracula cerca sangue di vergine... e morì di sete!!!, 1974), se convirtió en una figura de culto. Compañero de viaje de la modernidad artística, de los márgenes y del cine de género, desde películas de serie B hasta películas comerciales -como Blade (1998), de Stephen Norrington, su aura era considerable. Incluso impresionó a la propia Madonna, quien, a principios de los años 1990, lo llamó para Sex, su libro de fotografías publicado con el álbum Erotica, y lo invitó a aparecer en el videoclip de la canción Deeper and Deeper.
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| Udo Kier y Dalila Di Lazzaro en Carne para Frankenstein (1973) |
Una energía creativa une esta carrera a veces oscura pero abierta, marcada por películas sumamente originales, a menudo rebosantes de ideas. Por ejemplo, La sombra del vampiro (Shadow of the Vampire, 2000), de E. Elias Merhige , recreó el rodaje de Nosferatu (Nosferatu – Eine Symphonie des Grauens, 1922) de F. W. Murnau, dándole a Udo Kier el papel de Albert Grau, el famoso escenógrafo y productor de esta obra maestra del cine mudo. El actor también destacó en la fábula futurista Johnny Mnemonic (1995), de Robert Longo, donde se reencontró con Keanu Reeves, su coprotagonista en Mi Idaho privado (My Own Private Idaho, 1991) de Gus Van Sant. Más recientemente, el rostro de Udo Kier apareció en el tráiler del misterioso OD, un videojuego dirigido por Hideo Kojima a partir de un guion de Jordan Peele. Y lo esperamos en diciembre en El agente secreto (O Agente Secreto, 2025), del brasileño Kleber Mendonça Filho, quien ya lo había elegido para Bacurau (2019).
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| Udo Kier en Sangre para Drácula (1974) |
Dos cineastas marcaron especialmente la vida de este actor de espíritu libre internacional. Primero, Rainer Werner Fassbinder, quien nació un año después de Udo Kier y lo conoció a temprana edad. Lo dirigió en La mujer del ferroviario (Bolwieser, 1977), La tercera generación (Die dritte Generation, 1979) y Lili Marleen (Una canción... Lilí Marlen) (Lili Marleen, 1981). Luego, Lars von Trier, quien convirtió al alemán (quien se había establecido en Palm Springs y se había convertido en una especie de californiano) en un rostro familiar en su universo a partir de Epidemic (1987), contratándolo nuevamente para Europa (1991), Rompiendo las olas (Breaking the Waves, 1996), Bailar en la oscuridad (Dancer in the Dark, 2000), Melancolía (Melancholia, 2011) y Nymphomaniac. Volumen 1 (2013). Estos dos grandes directores encontraron en Udo Kier un conducto para sus visiones de una humanidad atormentada, la encarnación de una violencia oculta bajo apariencias aparentemente mundanas, un hombre capaz de explorar cuestiones del bien y del mal, y los excesos ideológicos o morales. Acostumbrado a traspasar los límites, Udo Kier supo explorarlos en todas sus dimensiones.