miércoles, 24 de septiembre de 2014

Efemérides de cine: El unicornio

El 24 de septiembre de 1975 se estrenó la película francesa El unicornio (Black Moon), dirigida por Louis Malle. Protagonizada por Therese Giehse, Cathryn Harrison, Joe Dallesandro, Alexandra Stewart. Coproducción Francia-Italia-Alemania.
Sinopsis argumental: Huyendo de una guerra mundial entre hombres y mujeres, la joven Lily persigue a un unicornio que la lleva a una casa donde viven una anciana que habla con las ratas, una joven que da de mamar a la anciana y el hermano mellizo y mudo de la joven, que tala árboles que sangran... 
Nominaciones y premios: Premios César: Mejor fotografía, Mejor sonido.
Comentario: Atípica obra de Louis Malle. 
En la película aparecen animales mitológicos inexistentes (unicornio), flores que lloran, árboles que sangran, gallinas carnívoras, un ratón que habla, etc. El autor, a través de personajes extraños y de sus comportamientos absurdos, presenta una retahíla de preguntas, encaminadas a provocar la reflexión. La guerra mundial entre hombres y mujeres, plantea interrogantes sobre el sinsentido del machismo, la violencia doméstica, la marginación de la mujer en el trabajo y las variadas formas de explotación de que es víctima. Es absurda la guerra de la película, pero más absurdas son las guerras reales de género, que requieren la asunción universal de una cultura de igualdad. Las plantas no lloran y los árboles no sangran, pero ¿no sufre daño la flora por la contaminación creciente del planeta? Las ovejas simbolizan la mansedumbre y la sumisión al pastor que las cuida. Es ofensivamente absurdo que se amotinen contra él y le ahorquen, pero ¿no es más absurdo que los fuertes sometan y exploten a los débiles? Los niños y niñas que juegan y comen desnudos ¿no son el símbolo de la inocencia natural que la Humanidad ha perdido? El encuadre en el que se muestran de cara más de doscientos pavos y una cifra similar de ovejas, ante la fachada de la casa. La imagen, de pose, forma parte de la historia gráfica del cine.
La música, escasa, incluye fragmentos del acto II de Tristán e Isolda (Wagner), canciones del coro infantil de Radio France y solos de piano. La fotografía ofrece una brillante narración visual, de estética realista. Sven Nykvist manifestó que éste era uno de los trabajos de los que se sentía más orgulloso (obtuvo un Oscar). El guión desborda fantasía, imaginación y sentido del humor. La interpretación es muy correcta. Destaca Therese Giehse, en su papel de despedida del cine. La dirección construye una obra insólita y compleja, que sorprende y, en ocasiones, desconcierta.
La película glosa los absurdos de la vida e invita a la reflexión, la autocrítica y la cordura. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario