viernes, 30 de enero de 2015

Clásicos de libro: Historia de la vida del Buscón, llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños

Historia de la vida del Buscón, llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños

Francisco de Quevedo
S. A. de Promoción y Ediciones
Circulo Internacional del Libro
Madrid 
1983
189 págs.
El libro se publicó por primera vez en 1626, aunque circuló antes en copias manuscritas algunas de las cuales se conservan hoy en día. Quevedo nunca reconoció haber escrito El Buscón, probablemente para esquivar problemas con la Inquisición, y su silencio sobre esta obra, pese a estar la autoría fuera de toda duda, ha incrementado los problemas en la datación de su composición. Se han propuesto fechas que van de 1604 a 1620 y un proceso de reelaboración posterior en el que Quevedo estaría trabajando hasta cerca de 1640.
La obra se divide en tres libros. El primero de ellos tiene siete capítulos. El segundo, seis. El tercero y último, diez.
Libro I
El protagonista, Pablos, es segoviano, hijo de Clemente Pablo, un barbero ladrón y de Aldonza de San Pedro, dada a brujerías. Tenía un hermano de siete años que robaba a los clientes de su padre y que murió el angelico de unos azotes que le dieron en la cárcel. Entra a la escuela, donde conoce a don Diego Coronel, hijo de don Alonso Coronel. Allí Pablos hace amistad con su maestro el cual después de una relación estable, decide, después de un incidente en el tiempo de las carnestolendas, y la vergüenza que pasó de que todo el pueblo lo juzgara por la condición de sus padres, hace que entre al servicio de don Diego, al cual su padre, don Alonso, decide poner bajo el pupilaje del licenciado Cabra, clérigo avaro que los mata de hambre. Salen de allí delgadísimos y enfermos, hasta el punto de que los médicos mandan que "nos limpiasen con zorras el polvo de las bocas, como a retablos, y bien lo éramos de duelos". Don Diego es enviado a Alcalá de Henares, "a estudiar lo que le faltaba de la Gramática", y Pablos lo acompaña como sirviente. Allí Pablos es víctima de las novatadas de los estudiantes, algunas bastante sucias, y se vuelve experto en engañar a los demás para conseguir lo que desea. Al saberlo don Alonso le pide a su hijo que vuelva a Segovia sin Pablos ya que ha oído de sus travesuras. El tío de Pablos, Alonso Ramplón, verdugo de Segovia, le comunica a éste que ha ajusticiado a su padre. Añade que su madre está presa en la Inquisición de Toledo, y probablemente será quemada en un auto de fe. Le invita a volver a Segovia, para aprender el oficio de verdugo con él. Pablos decide entonces volver a su ciudad, con "el fin de cobrar mi hacienda y conocer mis parientes, para huir de ellos".
Libro II
Relata el camino desde Alcalá hasta Segovia, donde va encontrando personajes disparatados: un "loco repúblico y de gobierno", esto es, un arbitrista que cree conocer los remedios para enderezar la marcha del país y quiere aconsejar al Rey para que, conquistando Amberes, seque el mar con esponjas. Luego, un "diestro verdadero" o maestro de esgrima loco, que habla constantemente de estocadas pero acaba huyendo ante un mulato. Topa después con un clérigo viejo, autor de malos versos, que ha hecho un librillo "a las once mil vírgenes, adonde a cada una he compuesto cincuenta octavas, cosa rica". Después de despedirse del poeta, al pasar el puerto de Fuenfría, de Madrid hacia Segovia, se encuentra con un soldado matón y un ermitaño en un borrico. Llegan a la posada en Cercedilla y el ermitaño les gana, haciendo trampas en el juego. Luego se encuentran con un genovés rico, lo cual aprovecha Quevedo para burlarse de los banqueros genoveses que prestaban dinero a la Corona Española y luego se quedaban con la plata de América al exigir el pago del dinero. A la entrada de Segovia, ve a su padre al borde del camino, "aguardando ir en bolsas, hecho cuartos, a Josafad", esto es, ajusticiado y descuartizado. Era costumbre en la época descuartizar a los reos a fin de que sirviesen de ejemplo y dejar sus restos a la entrada de los pueblos o villas. Llega donde su tío, pero no se hace verdugo, sino que recoge su herencia y se decide marchar a Madrid.
Libro III
Don Toribio presenta a Pablos a una cofradía de pícaros y rufianes, con los que vive. Delatado el grupo, los detienen y llevan a la cárcel. Logra salir después de sobornar a todos, desde el carcelero hasta el escribano. Va entonces a una posada, donde se hace pasar por rico "que lo disimulaba". Usa nombres falsos (don Ramiro de Guzmán, don Felipe Tristán). Pretende casarse con una dama (doña Ana), pero es descubierto por su antiguo amo, don Diego Coronel y acaba apaleado. Determina entonces ir a Toledo, donde nadie lo conocía. Forma parte de una compañía de cómicos, destacando en papeles de carácter y malvados. Después de dejar la compañía, se hace galán de monjas. De Toledo pasa a Sevilla, donde se gana la vida gracias a sus "principios de fullero y los dados cargados". No obstante, acaba teniendo un incidente con la ley y tiene que acogerse a sagrado. Estando en la iglesia, intima con “la Grajales” a la que propone ir a las Indias, a ver si mejoraba su suerte. No obstante, la novela concluye diciendo que no le fue mejor allí:
Y fueme peor, como v.m. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres.
Adaptaciones al cine:
El Buscón (1979). España. Guión y dirección: Luciano Berriatúa. Protagonizada por Francisco Algora, Ana Belén, Juan Diego, Pepe Armengol, Ketty Ariel, Javier de Campos, Antonio Iranzo, Kiti Manver, Francisco Olmo, Francisco Rabal, Josele Román, Laly Soldevila, Biel Noll, Juan Lombardero. Productora: Lourdes María Martínez Aronson/N.G. Films. Distribuidora: Juan Luis Renedo Sinovas. Drama. Siglo XVII. Color: Eastmancolor. Duración: 94 minutos. Estrenada el 27 de noviembre de 1979.
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Carnestolendas: Del latín. caro, carnis, carne, y tollendus, de tollĕre, quitar, retirar. Dícese Los tres días que preceden al comienzo de la Cuaresma. Fiesta popular que se celebra en tales días, y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos.
Fullero: Astucia, cautela y arte con que se pretende engañar. Trampa y engaño que se comete en el juego.
V. M. (Vuesa Merced): Úsase para designar a la persona destinataria de la comunicación, como tratamiento de cortesía. Sinónimos: usted, voacé (anticuado), vucé (anticuado), vuced (anticuado), vuesa merced (anticuado), vuesançed (anticuado), vuesarced (anticuado), vusted (anticuado)

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