lunes, 23 de diciembre de 2013

Efemérides de cine: La bestia humana

El 21 de diciembre de 1938 se estrenó La bestia humana (La bête humaine), dirigida por Jean Renoir y protagonizada por Jean Gabin, Simone Simon, Fernand Lenoux, Blanchette Brunoy, Gérard Landry. Producción: Paris Film. Distribución: Lux Film.
Sinopsis argumental:El maquinista de tren Lantier (Jean Gabin) es un hombre solitario marcado por el estigma hereditario de la locura. No puede reprimir su misoginia y su trato con las mujeres es muy violento. Solo es feliz mientras conduce su locomotora que cubre el trayecto desde Le Havre hasta París. Su gran error será hacerse amante de Sévérine (Simone Simon), que querría inducirlo a matar a su marido.
Nominaciones y premios: Nominado al mejor film en el Festival de Venecia.
Comentario: Inspirada en la novela homónima de Emile Zola. 
La acción dramática tiene lugar en las estaciones ferroviarias de Le Havre y París, en sus proximidades y en las ciudades de Paris y Le Havre, a lo largo de varios meses de un tiempo presente o equivalente a él. 
Renoir oscila entre la obra ligera, festiva, de apariencia superficial e intrascendente, y obras densas, sólidas y de gran calado dramático. El film que comentamos pertenece al segundo grupo, del que es una de las obras más representativotas. El relato adopta un estilo realista, de tonos naturalistas, que explica unos hechos duros y crueles, de difícil comprensión en sus causas originarias, próximas y remotas. Para explicar lo inexplicable, el realizador recurre a primeros planos en una filmación general desde la media distancia. Los planos próximos tratan de dejar en manos del espectador la tarea de penetrar en unos interiores humanos que encierran tensiones patológicas y síndromes psicológicos ajenos a la comprensión del público. Aborda lo inexplicable mediante el uso de elipsis, sobreentendidos y tomas fuera de campo, que llevan al ánimo sensaciones y sentimientos de que ni con el conocimiento ni con la imaginación se puede penetrar en el arcano íntimo de algunas personas a las que no mueve la racionalidad, sino la locura.
La dimensión inquietante del personaje central se da asociada a la ambigüedad de los motivos que mueven a su amante a actuar como lo hace. Los interrogantes y las dudas que platea su conducta añaden tensión, inseguridad y angustia al desarrollo del relato, que deviene complejo y rico en referencias que elevan el suspense a niveles propios de las obras de los grandes maestros.

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