miércoles, 6 de octubre de 2021

Hemos revisado todos los "James Bonds", desde el villano de pequeño calibre hasta el encanto de la destrucción masiva (I)

En el momento del estreno en las pantallas de la esperada Sin tiempo para morir (No time to Die, 2021), que lleva muy bien su título después de un año y medio. Repasamos en imágenes las 25 películas canónicas de James Bond, un agente secreto al servicio de su majestad, de Ian Fleming y, claro, de la taquilla.. Un top 25 con algunas sorpresas y un primer lugar que llegó hasta el final.
Para Daniel Craig, la llegada a la cartelera de Sin tiempo para morir no es un simple estreno. Esta será su despedida de como James Bond quince años después de haber logrado su licencia para matar en la magnífica Casino Royale (2006), de Martin Campbell a la que siguieron Quantum of Solace (2008), de Marc Forster, Skyfall (2012), de Sam Mendes y Spectre (2015), de Sam Mendes para, finalmente, cerrar su etapa con Sin tiempo para morir (2020), de Cary Joji Fukunaga. Teniendo en cuenta que hasta el momento las que brillan son sus entregas impares, puede que nos vuelva a tocar gozar del agente 007 en todo su esplendor, subrayando su impronta en una saga en la que ha marcado un agradecido cambio en una franquicia que cumplirá sesenta años en 2022, convertida en un pilar indiscutible de la cultura popular.
En 1962, los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman hicieron buen uso de los derechos recién adquiridos por su Eon Productions y estrenaron Agente 007 contra el Dr. No, la primera adaptación cinematográfica de una franquicia que ya cuenta con seis encarnaciones diferentes de su protagonista y veinticinco títulos.
Y antes de sumergirnos en todos ellos, y para calmar a los completistas de la última fila que ya están levantando la mano, recordemos que al hablar de “listado canónico” estamos reconociendo la existencia de los siempre interesantes títulos apócrifos, es decir, la televisiva Casino Royale (1954), de William H. Brown Jr., la divertida Casino Royale (1967), de John Huston, Ken Hughes y Val Guest y Nunca digas nunca jamás (1983), de Irvin Kershner, 1983), el segundo regreso de Sean Connery en mitad de la etapa de Roger Moore, obra y gracia de un conflicto de derechos con uno de los creadores de la historia que ya adaptó Operación Trueno (1965), de Terence Young.
¿Qué diferencia a un James Bond de otro James Bond? El intérprete, por supuesto, ¿el primer lugar tiene que ir al cine con nuestro querido Sean Connery?-, el antagonista más perversamente sabroso, la chica Bond menos "florero" (no es fácil, ese...), los artilugios más locos, las escenas de acción más espectaculares, los créditos musicales más geniales... pero también nuestros recuerdos personales, necesariamente subjetivos, a menudo asociados a la infancia y la adolescencia: los James Bonds en la televisión, el primer 007 visto en una sala familiar, luego los siguientes, con amigos… ¡Todo cuenta!

1.- Agente 007 contra el Dr. No (Dr. No, 1962), de Terence Young

Nunca un casting erróneo tuvo mejor suerte: James Bond era sofisticado, british, elegante y aristócratamente mortal. Sean Connery era escocés, ex candidato a Mister Universo, de origen obrero y rudo... 007 tendría su rostro. El cuerpo en esta primera entrega fue el de Ursula Andress, entonces esposa de John Derek. Los productores la contrataron sin saber si podía actuar. Su aparición en pantalla tenía que ser como el nacimiento de la primavera. Lo que nació fue el mito de Bond.

2.- Desde Rusia con amor (From Russia with Love, 1963), de Terence Young

Las apariencias engañan: para Ian Fleming Sean Connery no era más que un especialista venido a más. El escocés no era el actor preferido del autor de 007 –David Niven era su Bond ideal– pero eso no impidió que, después, cambiase de opinión e incluso que hiciesen buenas migas en el set de Estambul.

3.- James Bond contra Goldfinger (Goldfinger, 1964), de Guy Hamilton

007 se hizo de oro en la taquilla mundial con la tercera entrega, el primer blockbuster de la saga. Shirley Eaton le birló el protagonismo a Honor Blackman con su toque Midas: 90 minutos de maquillaje y un desnudo recatado que copó portadas. Es una de las mejores de la serie. Fue la primera que dirigió Guy Hamilton, sustituyendo al realizador de las dos anteriores, Terence Young. El papel de Pussy Galore, interpretado por la actriz Honor Blackman (que dejó su personaje televisivo de Cathy Gale en Los vengadores para aparecer en Goldfinger) es homosexual en la novela de Ian Fleming. Por ello se muestra tan fría e indiferente con Bond, al principio de la película. Para compensarlo, los productores se sacaron de la manga a una de las chicas Bond más recordadas de la serie: Shirley Eaton, que en la película moría asfixiada al ver toda su piel recubierta por una fina capa de oro. Inolvidable, igualmente, es el tema que interpreta la cantante Shirley Bassey, Goldfinger, uno de los más famosos en la historia de las bandas sonoras de las películas de 007.
(cont.)

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