lunes, 26 de agosto de 2013

Biografía de cine: Sara Montiel

Sara Montiel

María Antonia Abad Fernández, artísticamente Sara Montiel (Campo de Criptana, Ciudad Real, 10 de marzo de 1928) es una actriz de cine y cantante española. Saltó a la fama internacional al protagonizar la película más taquillera de la historia del cine español: El último cuplé, y posteriormente La violetera. Los honorarios que cobró la actriz por esta última, la convirtieron en la actriz mejor pagada del mundo hasta la fecha, firmando un contrato de exclusividad valorado en más de un millón de dólares por película. Célebre por su espectacular y voluptuosa belleza, sigue siendo una figura de culto e inspiración para varias generaciones de artistas. Es una de las pocas leyendas supervivientes de la Época de Oro del Cine Mexicano, país en el que trabajó durante sus primeros años de carrera.
En una España gris y necesitada de fantasía bajo la censura de la dictadura franquista y las limitaciones económicas, Sara Montiel fue la cara más barroca y atrevida del espectáculo, gracias a sus papeles melodramáticos y a su sensual manera de cantar y vestir. Actriz de gran éxito comercial, mayormente en las décadas de 1950 y 1960, ha protagonizado o participado en unas 60 películas, varias de las cuales alcanzaron enormes recaudaciones. Estuvo casada con el director de cine Anthony Mann, y fue la primera española en triunfar en Hollywood, donde trabajó con varias de las máximas estrellas de la época, como Gary Cooper, Burt Lancaster, Joan Fontaine, Mario Lanza, Vincent Price, Charles Bronson.
Desde muy pequeña María Antonia destacó por su belleza y sus dotes artísticas, las cuales impresionaron a Vicente Casanova, un influyente productor (uno de los dueños de la compañía Cifesa) y agente de publicidad, quien la vio cantando una saeta durante una procesión de Semana Santa en Orihuela. Don Vicente procuró que la joven recibiera un entrenamiento básico en declamación y canto.
La primera película de Sara fue Te quiero para mí, donde apareció como actriz secundaria en el reparto haciendo el papel de María Alejandra. Pero fue a partir de Empezó en boda dónde usaría el nombre artístico de Sara Montiel.
Su primer papel de importancia fue en Locura de amor (1948), gran éxito de Juan de Orduña protagonizado por Aurora Bautista y Fernando Rey, a la que siguieron Bambú (con Imperio Argentina y Fernando Fernán Gómez), La mies es muchaPequeñeces y El capitán veneno (1951) de Luis Marquina (igualmente protagonizada por Fernando Fernán Gómez). Su gran belleza y talento le permitirían lograr grandes éxitos años después, pero el cine español de entonces se le quedaba pequeño pues la encasillaba en papeles de cara bonita, y Sara proyectó su ambición hacia el extranjero, concretamente a México y a EE. UU., donde llegaría a trabajar en Hollywood.


Gracias al éxito de Locura de amor, Sara Montiel llamó la atención a la industria de habla hispana más importante del mundo, el México del Cine de Oro, y pronto se convertiría en una de las estrellas del momento, junto con Dolores del Río, María Félix, Miroslava y Katy Jurado. También trabajaría con los grandes actores de la época: Agustín Lara, Arturo de Córdova, Pedro Infante.... Así fue que llegó a filmar más de una decena de producciones, destacando: Cárcel de mujeres (con Katy Jurado), Piel canelaFuria salvaje y Se solicitan modelos, entre otras.
Debido a su belleza y su talento pronto llamó la atención de la industria cinematográfica estadounidense, que se hallaba necesitada de estrellas hispanas en la línea de Rita Hayworth. Interpretaciones como Cárcel de mujeres y Piel canela le abrieron las puertas para entrar a Hollywood en 1954 como una nueva Gilda.
Su primera interpretación fue de la mano, nada más y nada menos, que del mítico Gary Cooper en Veracruz de Robert Aldrich, junto a estrellas tan importantes de la época como el citado Cooper, Burt Lancaster, Denise Darcel, Cesar Romero, Ernest Borgnine y un joven Charles Bronson. Los títulos de crédito de esta película, uno de los mejores western de la historia, presentaban a Sara (al público estadounidense) con la frase: «and introducing Sarita Montiel». Aunque su papel no era protagonista, Sara terminaba eclipsando a su oponente femenina, Denise Darcel, por su belleza y porque su papel era el de la chica buena. De hecho, es Sara y no Denise quien protagoniza la última escena de la película con Gary Cooper. Con Veracruz, Sara Montiel logró índices de popularidad que jamás había tenido una artista española.

Según varias fuentes, la actriz recibió un «contrato estándar de siete años» de manos de Harry Cohn, magnate de la Columbia Pictures, uno de los grandes estudios de Hollywood, pero lo rechazó temiendo que un acuerdo de exclusividad la encasillase en papeles de hispana. Por ello, sus siguientes trabajos fueron como actriz «free-lance» o independiente para diferentes productoras, y llegado el momento Sara tendría libertad para regresar a España.
Su segunda película en Estados Unidos fue Serenade (Serenata o Dos pasiones y un amor), una producción de eminente contenido musical para el lucimiento del tenor Mario Lanza, que contó con dos estrellas ya legendarias: Joan Fontaine y Vincent Price. También en esta película, Sara interpretaba un papel de chica buena, ingenua pero con coraje, que se oponía a la pérfida Joan Fontaine. Hay que recordar una escena de enfrentamiento entre ellas, cuando Sara da unos pases de toreo y, ante un desplante de Fontaine, la amenaza con una espada. En este rodaje Sara conoció al que sería su primer marido, Anthony Mann, el director de la cinta, así como a Elizabeth Taylor, quien rodaba Gigante con James Dean en un plató cercano.

Como su último trabajo en Hollywood, en esta ocasión para la compañía RKO Pictures, la actriz española rodó Yuma de Samuel Fuller (película que también fue llamada Run of the Arrow), junto a Rod Steiger. Este actor, que había trabajado con Marlon Brando en la magistral La ley del silencio, volvería a ser popular en la década de 1990 por dos papeles: el de malo en El especialista, película de acción con Sylvester Stallone y Sharon Stone, y encarnando a un juez en Crazy in Alabama, debut de Antonio Banderas como director. En Yuma, Sara hizo el papel de una india sioux que se casa con el protagonista, y se reencontró con un musculoso Charles Bronson, que encarnaba al jefe de su tribu. Otro dato curioso es que según algunas fuentes, la voz de Sara fue doblada por Angie Dickinson, un dato poco conocido entre el público hispano que ha visto generalmente la película doblada en español.
Sara Montiel (conocida entonces como Sarita Montiel) tenía su lugar asentado en Hollywood; mantuvo cierta amistad con personalidades tan relevantes del cine internacional como Marlon Brando, James Dean o la hija de Alfred Hitchcock. Una fotografía de Sara con James Dean es la última que se conoce del mítico actor; con ella se anunció en los periódicos la muerte de James Dean -en accidente de tráfico- en todo el mundo. También conoció a la cantante de jazz Billie Holiday; en una ocasión acudieron juntas al restaurante Four Seasons de Nueva York, y como no dejaron entrar a Holiday por racismo, Sara protestó arrojando unos platos.
Aunque la Montiel tenía proyectos para realizar otras películas como The American o Burning Hills, uno de ellas junto a Paul Newman... el destino le deparó otro rumbo a su carrera y se marchó de Hollywood.
Tras unas vacaciones, rodó en España una película de bajo presupuesto bajo las órdenes de Juan de Orduña, que realizó más por amistad y gratitud que por dinero: El último cuplé (1957). A pesar de sus modestos medios, la película fue un éxito de taquilla inmenso, en parte porque Sara incluía números musicales con una peculiar voz, susurrante y más bien grave, totalmente opuesta al estilo atiplado de Raquel Meller y otras estrellas españolas de la canción. Sus interpretaciones de "Fumando espero" y "El relicario" serían recordadas durante generaciones.

El último cuplé marcó un hito en el cine español por su recaudación, un récord que mantuvo durante años, e hizo de la Montiel una de las artistas más taquilleras del mundo. Por consiguiente firmó un contrato multimillonario para realizar películas de producciones europeas (hispano-francesas-italianas) que la convirtieron en la actriz de habla española mejor pagada de la década.
Al Último Cuplé le siguieron varias producciones de éxito con importantes galanes europeos, como La Violetera (con Raf Vallone) y Carmen la de Ronda (con Maurice Ronet). Estas películas redoblaban su atractivo gracias a números musicales donde Sara cantaba con su peculiar estilo y luciendo exuberantes vestidos que tentaban a la censura.


A los dos filmes citados, siguieron Mi último tangoPecado de AmorLa bella LolaLa dama de BeirutLa reina del ChanteclerNoches de CasablancaLa mujer perdidaVarietés (dirigido por Juan Antonio Bardem) y Cinco almohadas para una noche (1973).
Con la llegada de la Transición y el predominio del cine de destape, Sara Montiel decidió dejar este medio para volcarse en su faceta musical, mayormente en espectáculos de variedades en teatros y televisión como Ven al Paralelo. Mantuvo una extraordinaria popularidad y también la admiración de nuevas generaciones de músicos; prueba de ello fue su disco Purísimo Sara, con colaboraciones de José María Cano (del grupo Mecano), Joaquín Sabina y Javier Gurruchaga.
Como cantante ha cosechado importantes éxitos en su carrera, sobre todo al volver a poner de moda el cuplé con su insinuante forma de cantar. Rompiendo con la tradición de voces atipladas impuesta por Raquel Meller y otras divas, Sara cantaba con una voz de tesitura más grave. Es conocida su anécdota durante los ensayos vocales para El último cuplé: como no llegaba a las notas, pedía al pianista que bajase de escala, a lo que él respondió «Si sigo bajando más, me agacho debajo del piano».
Su personal estilo es inconfundible; boleros como "Contigo aprendí" o "Bésame mucho" dieron la vuelta al mundo con su voz. Pero sin duda la canción con la cual será siempre identificada es "Fumando espero", con la que Sara Montiel hizo que el fumar, hoy un hábito mal visto, se considerara entonces algo elegante.
Su última película, Cinco almohadas para una noche, no consiguió el éxito de las anteriores. El cine español vivía la época del destape. Sara Montiel decidió entonces apartarse de ese tipo de cine y se entregó por entero al teatro, como ya hicieran otras grandes estrellas. Espectáculos musicales como Doña Sara de la Mancha demostraban la increíble capacidad para enamorar al público, esta vez desde un escenario, con lo que el público podía ver a la diva en directo. Saritísima o Saritízate son dos ejemplos de los muchos espectáculos teatrales que Sara Montiel presentó con éxito.
En televisión protagonizó dos programas: Sara y punto, realizado por Eduardo Stern y Ven al Paralelo con el cual estuvo dos temporadas, siendo por entonces la indiscutible reina del espectáculo barcelonés y del canal La 2.
En 2002, Sara reapareció en televisión grabando un chocante anuncio para los premios MTV Europe Music Awards de ese año, y en 2009 grabó con el grupo Fangoria una versión de su nueva canción "Absolutamente" y su correspondiente videoclip.
Sara ha sido galardonada con la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha (2008) y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2010). También ha recibido la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
En 1994, el actor Burt Lancaster entregó a su amiga Sara el Golden Eagle, el premio más importante del "showbussines" hollywoodiense.
En 2011 recibe una Estrella en el Paseo de la Fama de Madrid y en 2012 regresa a Estados Unidos para ofrecer una pequeña gira de conciertos y charlas. En su aparición en Nueva York, la actriz atrajo tantos periodistas como Mario Vargas Llosa y el alcalde Michael Bloomberg le envió una elogiosa carta.

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