viernes, 20 de septiembre de 2013

Biografía de cine: Greta Garbo (segunda parte)

(cont.)
El estudio hizo la primera película hablada con ella cuando no pudo demorarlo más. El tema de cómo hablaba la Garbo preocupaba enormemente a los accionistas de la compañía, al tiempo que intrigaba mucho a sus fans. Cuando hizo su debut sonoro en 1930, Greta Garbo tenía 25 años. Tras una carrera ascendente basada en una serie de historias convencionales, la elección de la obra de teatro de Eugene O'Neill, Anna Christie, se debió menos al hecho de que hubiese sido escrita por un gran autor, como al de que Anna fuese sueca, con lo que el acento de la Garbo encajaría perfectamente con el personaje. “¡La Garbo habla!”, anunciaba la publicidad por todo el país. Sus primeras palabras en la pantalla: “¡Dame un whisky con ginger ale” y “no seas pegajoso”, fueron muy repetidas a lo largo de todo aquel año. 
Se tuvo mucho cuidado de asegurar el éxito; pero, como precaución extra, y dado que era una estrella favorita de los europeos, se encargó al director belga Jacques Feyder que dirigiese una versión simultánea (aunque algo distinta, más sombríamente realista) hablada íntegramente en alemán. Ambas versiones tuvieron un gran éxito.
Y, aunque no volvió a rodar versiones en otros idiomas, sus películas posteriores demostraron que su acento no constituía ningún obstáculo para el tipo de personajes que interpretaba. Fue:
Inglesa en:
El velo pintado (The Painted Veil, 1934) de Richard Boleslawski. Katrin es una atractiva mujer que realiza un viaje por China mientras atraviesa una etapa de soledad. Decide casarse con el doctor Walter Fane, pero éste, debido a su profesión, no puede dedicarle mucho tiempo a su esposa, y ella comienza un romance secreto con un amante. Basada en la obra de Somerset Maugham.
Rusa en: 
Gran Hotel (Grand Hotel, 1932) de Edmund Goulding. Las diferentes historias de los huéspedes de un elegante hotel es el argumento de este film de brillante reparto. Obtuvo tan sólo un Oscar, pero fue el de mejor película.
Anna Karenina (1935) de Clarence Brown. Basada en la novela homónima de León Tolstói. Anna Karénina (Greta Garbo) es la esposa del oficial zarista Karenin (Basil Rathbone). Mientras trata de inducir a su hermano Stiva (Reginald Owen) de llevar una vida liocensiosa, ella se siente atraída por un militar el Conde Vronsky (Fredric March). Esta relación indiscreta arruina su matrimonio y posición en la sociedad rusa del siglo XIX; y hasta se le prohíbe ver a su hijo Serguéi (Freddie Bartholomew).Premio Copa Mussolini 1935: a la mejor película extranjera (Clarence Brown).Premio NYFCC 1936: a la mejor actriz (Greta Garbo).
Ninotchka (1939) de Ernst Lubitsch. 
Polaca en:
María Walewska (Conquest, 1937) de Clarence Brown y Gustav Machatý. Basada en la novela de Waclaw GasiorowskiMelodrama histórico que narra la historia de amor entre una aristócrata polaca (Maria Walewska) y Napoleón Bonaparte. Algunas de sus secuencias fueron dirigidas por el famoso director checo Gustav Machatý (Extasis).
Italiana en 
Romance (1930) de Clarence Brown. Cuando Harry se enamora de una actriz, le confiesa su intención de casarse con ella a su abuelo, el obispo Tom Armstrong, pero éste trata de disuadirlo contándole su propia experiencia: cuando era estudiante, conoció en una fiesta a Rita Cavallini, una célebre cantante de ópera, y tuvo un romance con ella, convencido de que por él abandonaría su frívola y escandalosa vida. Pero Rita era la amante de un hombre muy poderoso y no parecía dispuesta a dejarlo.2 nominaciones al Oscar: Mejor actriz (Greta Garbo), director (Clarence Brown). National Board of Review (NBR): 10 mejores films.
Como tú me deseas (As You Desire Me, 1932) de George FitzmauriceZara es una mujer que sufre amnesia desde hace años y se reencuentra con su marido Bruno sin saber la relación que les une. Poco a poco ella vuelve a enamorarse de él.
Francesa en: 
Inspiración (Inspiration, 1931) de Clarence Brown. Yvonne es una bella modelo que adora frecuentar los ambientes de la vida bohemia parisina, pues le encanta codearse con los artistas. Antes no se había avergonzado nunca de su pasado, pero ahora intentará borrarlo por amor.
La dama de las camelias AKA Margarita Gautier (Camille, 1936) de George Cukor. Adaptación de la novela de Alejandro Dumas. La vida en Paris en 1847 es tan animada como el champagne y tan implacable como la siguiente mañana gris. En la guarida del juego y las veladas lujosas, hombres mezquinos ejercen su voluntad y las mujeres se convierten en cortesanas regocijándose de placer. Nominada la Oscar como mejor actriz (Greta Garbo). Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actriz (Greta Garbo).
Una espía holandesaindonesia en:
Mata-Hari (1932) de George Fitzmaurice. Año 1917. Mata Hari es una seductora bailarina que vive en París y que ejerce de espía para los alemanes.
Norteamericana en:
Susan Lenox (Her Fall and Rise) (1931) de Robert Z. Leonard. La historia comienza cuando Helga, más tarde rebautizada con el nombre atístico de Susan Lenox, la joven muchacha huérfana que interpreta Greta Garbo, huye durante una noche de tormenta de la casa de su tosco padre, obsesionado con la idea de casarla cuanto antes con el aborrecible Mondstrum, Alan Hale, y encuentra refugio al lado de Rodney (Clark Gable). Estos se enamoran, duermen juntos y planean casarse, pero el capricho del destino aleja a uno del otro.
En su crítica de Romance, la revista Picture-Play comentaba: “¿Qué importa si el acento de la Garbo sugiere de cuando en cuando los esfuerzos de una italiana por hablar en inglés? Las inflexiones de la voz de la Garbo no son italianas; pero, por lo que al público se refiere, el personaje que interpreta, Rita Cavallini, podría ser igualmente portuguesa o rumana; pues lo que le importa al espectador son las emociones que la actriz transmite...”John Mosher comentó en el New Yorker, sobre su trabajo en la película Gran Hotel lo siguiente: “A pesar de la brevedad de su aparición, la Garbo domina totalmente la película, logrando que los otros intérpretes parezcan sólo actores y actrices competentes, dotando a una película tan astuta y llena de trucos de una elevación y una grandeza como jamás podrán poseer otras películas sin ella, sin esa vitalidad tan nerviosa e intensa que la Garbo hace gala”.
El estilo de la Garbo se había visto hasta cierto punto influenciado por el de la celebrada estrella danesa Asta Nielsen, con la que había trabajado en Berlín y posteriormente por el de Jeanne Eagels, quien se encontraba bajo contrato en la Metro, cuando Greta Garbo inició su carrera norteamericana en dichos estudios.
Compartía con ambas una forma casual y casi indiferente de decir los

Greta Garbo como Nina Ivanovna "Ninotchka" Yakushova 
y Melvyn Douglas como el Conde d'Algou 
en una escena de la película.
diálogos, acompañada de un cierto nerviosismo e inquietud en los modales y los movimientos, que ejemplificaban el espíritu de la mujer moderna. Pocas de sus películas lograron crear una atmósfera totalmente satisfactoria para su personalidad, pero en todas ellas había momentos que le permitían mostrarla, como el principio de 
Anna Karenina, cuando se aparece al grupo que la está esperando en la estación entre una nube de vapor y niebla. En Gran Hotel, donde interpreta a la bailarina Grusinskaya, le dice al ladrón de joyas que ama: “¿Es dinero lo que quieres? Yo lo tengo”, con tal inocencia y sencillez que él se siente obligado a rechazar su oferta aunque le cueste la vida. En Mata-Hari, su manera de tomar entre las manos el rostro de un joven oficial para besarle significa un secreto entendímiento, compartido por el espectador, de que, al aceptar un amor humano, está asumiendo con él un destino humano que terminará exigiendo su sacrificio.
La reina Cristina de Suecia (Queen Christina, 1933).Suecia, siglo XVII. Durante la guerra de los Treinta Años (1618-1648) muere, en la batalla de Lutzen, el rey Gustavo Adolfo de Suecia. Hereda el trono su hija Cristina, que desde la infancia se entrega en cuerpo y alma a los problemas de estado, lo que la lleva a renunciar al matrimonio con el principe Carlos Gustavo, héroe nacional y el pretendiente preferido por todos. Sin embargo, Cristina se enamora profundamente de Don Antonio, Conde de Pimentel y embajador del rey de España en Suecia. La única película de la Garbo con Rouben Mamoulian, contiene dos de sus escenas más memorables. La primera ocurre cuando, a solas con su amante en la posada, vaga por el dormitorio acariciando suavemente los muebles con el fin de fijar para siempre la habitación en su memoria. La otra es el final de la película: una vez muerto su amante, Cristina se sitúa en la proa del barco que la conduce a España. Mientras la música sube en un marcado crescendo, la cámara se centra en un prolongado primer plano del rostro inmóvil de la Garbo, en una imborrable demostración de su capacidad como actriz para, sin renunciar a la sobriedad, suscitar y sugerir emociones a los espectadores.
Graham Greene comentó en The Spectator (1935) que en Anna Karenina “... La base de la película la constituye la personalidad de la Garbo, que consigue trasladar algo de la grandeza de la novela a una adaptación simplemente correcta y respetuosa. Ninguna otra actriz de cine es capaz de transmitir la pasión física de manera que haga que el espectador crea en su importancia; y, sin embargo, no hay ninguna actriz que se apoye tan poco en sus propios encantos sexuales”.

Greta Garbo y  Fredric March en Anna Karenina
Cecil Beatón en un comentario aparecido en Scrapbook, en 1937, señaló que en “su interpretación como Margarita Gautier conseguía insuflar algo de humor y vitalidad a una melodramática historia de amor... Una actriz dotada de tales cualidades debería aparecer sólo en papeles que únicamente ella podría interpretar. Pero quizá su magia sea sólo una ilusión de la naturaleza que lleva a nuestra imaginación a hacer de ella un ideal que nunca podrá ser”. 
Greta Garbo y Robert Taylor en La dama de las camelias
Desde el punto de vista crítico era inatacable. Los críticos de cine de Nueva York le otorgaron dos veces su galardón a la mejor actriz por Anna Karenina y Margarita Gautier. Los guionistas escribían grandes diálogos para ella y empezaron a limitar así sus capacidades a la profundidad de su voz, a costa de las amplias posibilidades de rica mímica, al mismo tiempo dejaron de materializarse las películas que le habrían dado oportunidades de mostrarse visualmente expresiva.
Una película representativa de las que se le hizo interpretar es María Walewska, espectacular saga de dos horas de duración, con sólo algunos momentos dramáticos. Para finales de la década de los treinta, la Garbo se había convertido en el cliché de la mujer fatal: poética y trágica, pero también modesta. 
Charles Boyer en Maria Walewska con Greta Garbo
De haberlo deseado, la carrera de la Garbo podría haber continuado; pero, para mantenerse en la cima, tendría que haber mejorado sus rendimientos de taquilla, lo que habría exigido un cambio de imagen en relación con el estereotipo en que se había convertido.
Dándose cuenta de la necesidad de iniciar uncambio de rumbo, la Metro Goldwin Mayer asumió el riesgo de hacerle interpretar una comedia dirigida por Ernst Lubitsch y titulada Ninotschka. Tres representantes del gobierno de la URSS llegan a París con la intención de vender unas joyas pertenecientes a la Gran Duquesa. Tras conocer la noticia, la Gran Duquesa le envía a su amante y bon vivant el conde d'Algou que muestra a los tres rusos las ventajas y placeres del capitalismo. Sin noticias alentadoras de París, Moscú decide enviar una persona para averiguar la razón de que la venta no avance. La enviada especial será Ninotchka, una convencida comunista, práctica, pragmática y analítica. Casualmente una tarde conoce al conde que se siente fascinado por ella, sin saber que ella es el enemigo. Poco a poco el conde va derritiendo la frialdad de Ninotchka y ambos se enamoran. Pero la intervención de la Gran Duquesa que está celosa de Ninotchka provoca que tenga que volver a la URSS. Una vez allí, no puede recibir noticias de su amado, pero cuando tiene que ir a Constantinopla por trabajo, se encuentra con que su amado está allí esperándola. Recibió cuatro nominaciones a los Oscar por mejor película, mejor actriz principal, mejor guion y mejor historia original. La publicidad decía: “¡La Garbo rie!”, como antes había anunciado: “¡La Garbo habla!”, a pesar de que llevaba más de diez años riéndose en sus películas.
 A propósito de la película, Frank S. Nugent señaló al New York Times, que: “La Ninotchka de la Garbo es una de las mejores comedias del año, un espectáculo alegre, impertinente y malicioso que no abusa de los golpes bajos y nos muestra a la gran dama del cine dramático en una comedia disparatada, que interpreta con la imperturbabilidad de un Buster Keaton...” Ninotchka fue un gran éxito de taquilla, el primero de la Garbo en los últimos años. 
Eso animó a la Metro a incluirla en el reparto de una segunda comedia: La mujer de las dos caras (Two-Faced Woman, 1941). Karin Borg Blake es una instructora de esquí que da clases a un playboy americano llamado Larry Blake. Poco a poco se van enamorando, pero resulta que Larry tiene una novia en New York que espera su vuelta...La película fue masacrada por los críticos: “Un vehículo absurdo para Greta Garbo”, señaló la revista Time, provoca la misma sensación de embarazo que causaría ver a Sarah Bernhardt golpeada con un matamoscas. 

Tras completar La mujer de las dos caras, la Garbo se tomó un año sabático, que no terminaría nunca. Persistieron los rumores sobre las películas que se disponía a rodar y sobre las historias de amor que supuestamente vivía, pero nunca se casó ni volvió a la pantalla. Sólo volvió a ponerse delante de la cámara en una ocasión, para una prueba de maquillaje muda y en blanco y negro realizada en 1948 con destino al proyecto de Max Ophuls de rodar La Duchesse de Langeais. Toma tras toma, se limita a mover la cabeza hacia un lado y otro sin más gestos que una leve sonrisa divertida. Parece no haber nada de interés hasta que, al  final del rollo, el operador le pide al parecer que se quite una especie de gorrito pequeño que llevaba. Sus manos entran en el campo y echa la cabeza hacia atrás, alguien debió decir entonces algo divertido, pues se ríe. Y la pantalla se ilumina de repente, el espectador se siente excitado y lleno de expectativas. Sin la ayuda de diálogos o de la más sencilla de las motivaciones, se produce un momento mágico. Este rodaje revela mejor que cualquier otra cosa lo característico de la Garbo, su capacidad para trascender los guiones que escribían para ella y las películas en las que actuaba. El único guionista que necesitaba era la cámara.
Greta Garbo en Inspiración

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