viernes, 6 de septiembre de 2013

Biogarfías de cine: Edward Dmytryk

Edward Dmytryk (Grand Forks, Canadá, 4 de septiembre de 1908 – Encino, Estados Unidos, 1 de julio de 1999) fue un director de cine estadounidense de origen ucraniano. Dmytryk fue uno de los componentes de los Diez de Hollywood, la Lista negra de la industria del cine que se creó durante la caza de brujas del maccarthismo.
Aunque nacido en Grand Forks, Canadá, Dmytryk creció en San Francisco cuando sus padres ucranianos se trasladaron a los Estados Unidos. No fue hasta los 31 años cuando se nacionalizó norteamericano.
Sus mejores películas antes del periodo maccarthista fueron:
  • Los hijos de Hitler (Hitler’s Children, 1942). Se basa en el libro Education For Death, de Gregor Ziemer, y en hechos reales que la Posguerra confirmó que habían sido más graves de lo que se sospechaba. Es una de las obras realizadas como contribución de Hollywood a la condena del nazismo, la justificación de la IIGM y la animación de la moral ciudadana. La acción, que comienza con un prólogo situado en 1933, tiene lugar en el período 1940-42. Narra la historia de la joven Anna Miller/Muller (Bonita Granville), americana, nacida en Alemania, de padres que emigraron a EEUU y que desean que ella se eduque en su país natal. Es atractiva, desenvuelta, valiente y de fuertes convicciones democráticas. A los 13 años estudia en un colegio americano situado junto a uno alemán, lo que le permite demostrar su arrojo peleando con chicos, especialmente Karl Bruner, por el que siente cierta simpatía. En 1940, a los 20 años, siendo profesora de su antiguo colegio, es reclamada y retenida por la Gestapo para el programa Liebenshorn, para jóvenes de tipología aria prevalente y convicciones nazis. Debían engendrar 4 hijos, que se entregaban en adopción a familias seleccionadas. El autor, con acierto, glosa la monstruosidad del nazismo mediante hechos.. La película es en si misma un documento de interés histórico.

  • Historia de un detective (Murder, My Sweet, 1945), protagonizada por Dick Powell, Claire Trevor, Anne Shirley, Otto Kruger, Mike Mazurki, Miles Mander, Douglas Walton, Don Douglas, que adapta la novela de Raymond Chandler Farewell, My Lovely (1940). El relato se desarrolla en un largo flashback, característico del cine negro clásico, que arranca del presente narrativo (1944) para al final regresar al tiempo y lugar del inicio. Hace uso de la figura del narrador mediante la voz en “off” del protagonista, que explica los hechos en primera persona del singular y desde el punto de vista propio. El lenguaje verbal, próximo al de la novela, es austero, sencillo, directo y, en general, abundante. Presenta la particularidad de una curiosa abundancia de expresiones figuradas o parabólicas, como es el caso de “me siento como pichón en un tiro al blanco”, “dedos como plátanos”, “como sapo sobre una roca seca”, “le dejó la cabeza como si se la hubiera pisado un elefante”, "echas corderos a los lobos", etc. El uso frecuente de este recurso aporta un aire de artificiosidad y de cierta extrañeza al relato, que el autor refuerza con elementos adicionales. Por lo demás, los diálogos, en especial las intervenciones que se ponen en boca del protagonista, Philip Marlowe (Powell), contienen una dosis elevada de ironía, cinismo y burla, que enriquecen la narración y le confieren un brillo singular. El aire burlesco se ve ampliado mediante detalles fugaces de carácter visual, como el encendido de una cerilla mediante el roce de la misma con las nalgas de una imagen de Cupido. En 1975 se hizo una nueva versión con Adiós, muñeca (Farewell, My Lovely) de Dick Richards, con Robert Mitchum como Marlowe.

  • Venganza (Cornered, 1945), protagonizada por Dick Powell, Walter Slezak, Micheline Cheirel, Nina Vale, Morris Carnovsky, Edgar Barrier, Steven, Geray, Jack La Rue, Gregory Gaye. La historia se basa en un argumento, de gran actualidad en su momento, escrito por John Wexley y Ben Hecht (no acreditado). Focaliza la atención en la amenaza nazi y su vigencia. Jerarcas alemanes y destacados colaboracionistas se trasladan a Sudamérica, en busca de refugio y de nuevas bases de operaciones, ante la proximidad de la derrota del III Reich. Los personajes quedan poco desarrollados en beneficio de la descripción minuciosa de los ambientes oscuros y tenebrosos en los que habitan los criminales. Éstos se amparan en la destrución de pruebas de su identidad y de su pasado y en una densa maraña de chantajes, sobornos, amenzas y asesinatos a sangre fría. El personaje principal, el piloto de aviación canadiense recién licenciado, Laurence Gerard (Dick Powell), se mueve por ansias de vengar la muerte de su esposa, una muchacha francesa de 20 años, con la que compartió 20 días de matrimonio. A causa de la delación de un colaboracionista nazi, en grupo de la Resistencia del que formaba parte la chica, cae víctima de la furia nazi.

  •  Hasta el fin del tiempo (Till the End of Time, 1946),  protagonizada por Dorothy McGuire, Guy Madison, Robert Mitchum y Bill Williams.  Narra el retorno de tres soldados y las dificultades que encontrarán para reintegrarse a la vida civil: Perry no puede aceptar el hecho de haber perdido las piernas en combate, William tiene problemas económicos, y Cliff no sabe qué hacer con su vida, pero cuenta con el apoyo de una joven viuda de guerra.

  • Encrucijada de odios (Crossfire, 1947), protagonizada por Robert Mitchum, Robert Young, Robert Ryan, Gloria Grahame, Sam Levene, Paul Kelly, Jacqueline White, Steve Brodie, adapta la novela de Richard Brooks. Un hombre aparece muerto en su apartamento, después de haber recibido una paliza mortal. Una amiga suya le confiesa al policía encargado del caso, que, poco antes de su muerte, había visto a la víctima en compañía de tres soldados, bebiendo en un bar. Precisamente la documentación de uno de ellos había aparecido junto al cadáver. El caso se presenta sumamente denso y turbio. 5 nominaciones al Oscar: Mejor película, director, actor secundario (Ryan), actriz secundaria (Grahame) y guión. Festival de Cannes: Mejor película social. Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a mejor director. Premios BAFTA: Nominada a mejor película.  

Compareció ante la Comisión de Actividades Antiamericanas (HUAC), donde rechazó cooperar por lo que fue enviado a la cárcel. Después de permanecer varios meses en prisión, Dmytryk tomó la decisión de testificar nuevamente y dar nombres de miembros del Partido Comunista Americano. El 25 de abril de 1951, Dmytryk aparecería en la HUAC por segunda vez confesando su pertenencia al partido comunista durante un breve periodo de 1945 y donde también confesó el nombre de 26 miembros de grupos de izquierdas como John Howard Lawson, Adrian Scott, Albert Maltz. Respecto a estos últimos, Dmytryk denunció sus presiones para incorporar mensajes propagandísticos de izquierdas en sus películas.
Después de estos hechos, Dmytryk se trasladó a Inglaterra, donde trabajaría junto a Stanley Kramer como productor en la realización de El motín del Caine (The Caine Mutiny, 1954). Protagonizada por Humphrey Bogart, José Ferrer, Van Johnson y Fred MacMurray y cuyo guion está basado en la novela del mismo nombre de Herman Wouk, ganadora del Premio Pulitzer en 1952, y cuya versión teatral había sido un éxito en 1953 con Henry Fonda en el papel del capitán neurótico. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, es un relato ficticio acerca de un motín en una nave de la Armada de los Estados Unidos, el USS Caine, y el consecuente consejo de guerra a dos oficiales de la nave. Obtuvo siete nominaciones al Oscar: Mejor película, guion, actor, actor de reparto, montaje, música y sonido. A pesar del entorno de la guerra, la película que realizó Edward Dmytryk no trata de ninguna batalla y ni siquiera aparecen los enemigos a los que se enfrenta la Marina aliada en ninguna de sus secuencias. Es, más bien, una historia de orden moral y lo que pone en escena es la legitimidad de unos oficiales de amotinarse.
A pesar de su exilio, trabajó para los grandes estudios como Columbia, 20th Century Fox, MGM y Paramount Pictures, en películas como, entre otras: 
  • Obsession AKA The Hidden Room (1949). Basada en la novela de Alec Coppel (A Man about a Dog), quien también se encargaría del guión. Un doctor londinense, Clive Riordan, está cansado de las continuas infidelidades de su mujer, Storm Riordan, una atractivísima Sally Gray. Ella, además de ejercer el adulterio con asiduidad, profesa un odio visceral hacia su marido que en ningún momento esconde. Una noche la sorprenderá con el americano Bill Kronin mientras vuelven a casa juntos. Más allá de hacer la vista gorda, el Dr. Clive saca a relucir la última promesa que hizo a su mujer: “el próximo hombre con el que me engañes lo mataré”. Tras no producirse el irracional y esperado ataque de celos que hubiera acabado con la vida del americano, el doctor idea un plan para cometer el asesinato perfecto, sin huellas, sin sospechas, dejando para ello cautivo a Bill hasta encontrar el momento apropiado para su ejecución. Encadenado a una pared, Bill será visitado todos los días por su captor quien no vacilará a la hora de contarle pormenorizadamente sus siniestros planes. 

  • La mano izquierda de Dios (The Left Hand of God, 1955), protagonizada por Humphrey Bogart,Gene Tierney, Lee J. Cobb, Agnes Moorehead y E. G. Marshall en los papeles principales. Basada en la novela homónima de William Edmund Barrett. Jim Carmody (Humphrey Bogart) es un piloto estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Es derribado en China, y rescatado por el señor de la guerra, el general Yang (Lee J. Cobb), llegando a ser su consejero de más confianza. Pero un día uno de los soldados del general Yang, mata a un sacerdote, el Padre O'Shea (Richard H. Cutting), y Carmody decide abandonar las tropas del general Yang y abandona el lugar simulando ser el Padre O'Shea. Huyendo por las montañas llega a una remota aldea donde viven los misioneros Beryl (Agnes Moorehead) y David Sigman (E.G. Marshall), y la enfermera Anne Scott (Gene Tierney). Simulando ser un sacerdote, no puede evitar enamorarse de la enfermera. Ella a su vez se siente desorientada al sentirse atraída por él. Para terminar con su juego, Carmody decide escribirle al obispo de la región y confesarle que es un impostor. Un día, llega a la aldea el general Yang, y al reconocer a Carmody, le ordena regresar con él, en caso contrario quemará la aldea. Carmody le propone resolver la situación con un juego de dados.

  • El francotirador (The Sniper, 1952). En San Francisco, Eddie Miller, un modesto empleado, armado con un fusil de precisión mata desde un tejado a cuatro mujeres. A continuación se quema una mano para poder ingresar en un hospital y atraer la atención de los médicos sobre su estado mental.Nominada al Oscar: Mejor historia. 

  • Motín (Mutiny!, 1952). Angela Lansbury coprotagoniza esta aventura en alta mar con Mark Stevens. Durante la guerra de Independencia de las colonias americanas contra Inglaterra (1775-1783), un oficial americano (Mark Stevens) recibe la orden de embarcar en Le Havre (Francia) un importante cargamento de oro destinado a financiar la guerra contra la metrópoli. Pero, cuando la tripulación se entera, se amotina.

  • Hombres olvidados (The Juggler, 1953). Hans es un judío superviviente de los campos de exterminio. Al acabar la guerra emigra a Israel donde trata de rehacer su vida, pero su equilibrio psicológico es frágil, lo que le lleva desde a ocultar su triste pasado, a atacar a un policía. Emprenderá una huida por todo el país con la curiosa creencia de que ha matado a un hombre. A partir de la novela de Michael Blankfort, que él mismo transforma en guión, Edward Dmytryk ofrece una conmovedora mirada a los trastornos que produce el horror humano. Kirk Douglas es el actor ideal para encarnar al protagonista, sabe capturar la idea de que se encuentra ahora prisionero, no en un campo, sino en la celda de los horrores que guarda su mente enferma.

  • Laza rota (Broken Lance, 1954). El barón Matt Deveraux (interpretado por Spencer Tracy) es un pendenciero pero hábil ganadero, que maneja con mano de hierro su vasto imperio. Tiene una familia a la que adora, compuesta por su mujer de origen indio Princesa (interpretada por Kathy Jurado) y su hijo en común Joe, que provoca los celos entre los tres hijos procedentes del anterior matrimonio de Matt. Joe se autoinculpa de un crimen cometido por su padre, y como consecuencia ingresa en prisión, donde permanece por espacio de tres años. Cuando regresa a casa, se encuentra con muchos cambios, puesto que su querido padre ha fallecido y son sus vengativos hermanos los que controlan las tierras. La mejor adaptación del relato House of Strangers del escritor Philip Yordan. En esta ocasión la acción se traslada al oeste, gracias a una hábil maniobra del guionista Richard Murphy, que obtuvo el Oscar al mejor guión en el año 1954. El resultado es un western psicológico que figura entre las mejores cintas de Edward Dmytryk, y con uno de los mejores actores de la historia, Spencer Tracy, en el papel protagonista con el que roza, una vez más, la perfección. Junto al veterano Tracy, un extraordinario plantel de actores dotan a este largometraje de una gran intensidad dramática. Del reparto destaca el joven Richard Widmark, que se especializó en personajes conflictivos. Globos de Oro: Mejor película para promover el entendimiento internacional.

  • Vivir un gran amor (The End of the Affair, 1955), con Deborah Kerr, Van Johnson, John Mills, Peter Cushing, Michael Goodliffe, Stephen Murray. Adaptación de la novela de Graham Greene El final de la aventura. Inglaterra, II Guerra Mundial. Sarah Miles (Deborah Kerr) es la aburrida esposa de un funcionario británico. Cuando, durante una fiesta, su marido le presenta al escritor americano Maurice Bendrix (Van Jonson), Sarah no puede evitar sentirse atraída por él. Entre ambos nace un amor apasionado que los lleva a soñar con un futuro común, pero, inexplicablemente, Sarah pone fin a la relación. Con la ayuda de un detective privado (Albert Parks), Maurice intenta averiguar por qué. BAFTA: Nominada a mejor actriz británica (Deborah Kerr).


  • Cita en Hong Kong (Soldier of Fortune, 1955), con Clark Gable,  Susan Hayward,  Gene Barry,  Alexander D'Arcy,  Michael Rennie,  Tom Tully,  Anna Sten,  Russell Collins,  Leo Gordon,  Jack Kruschen,  Robert Quarry. Hank Lee es un inteligente contrabandista algo cínico, que vive a costa de realizar turbios negocios en la ciudad de Hong-Kong. Su inteligencia ha impedido hasta el momento que le atrapen. Mientras tanto, Jane Hoyt es una mujer desesperada, que busca a su marido desaparecido en la China comunista. Tras la negativa de las autoridades a ayudarle, decide contratar los servicios del contrabandista, puesto que se da cuenta de que es el hombre con mayor experiencia en la zona, y por lo tanto el más indicado para guiarle en su tarea. En un principio, parece que Lee sólo le ayuda por interés, pero poco a poco se da cuenta de que en el fondo es una buena persona e incluso surge cierta atracción sentimental entre ellos. Edward Dmytryk rueda uno de sus mejores productos, repleto de apasionantes escenas de acción que se combinan perfectamente con la trama romántica. Clark Gable era considerado en Hollywood como El Rey debido a interpretaciones como las de este filme en el que aparece junto con una de las mejores actrices de la época, Susan Hayward. Ambos combinan a la perfección sus cualidades interpretativas, por lo que surge la magia que sólo desprenden las grandes parejas de actores. El guión original es obra de Ernest K. Gann, basado en su propia novela.

  • El árbol de la vida (Raintree County, 1957), protagonizada por la célebre pareja Montgomery Clift y Elizabeth Taylor, secundada por Eva Marie Saint, producida por David Lewis. Adapta la novela de éxito Raintree County (1948), de Ross Lockridge Jr. (1914-48). Fue un intento de la Metro-Goldwyn-Mayer por intentar repetir el éxito de Lo que el viento se llevó. Bastante maltratada por la crítica, recibió las siguientes candidaturas al premio Oscar: mejor actriz protagonista (Elizabeth Taylor recibió su primera candidatura por su papel de Susanna Drake); mejor dirección artística; mejor banda sonora original y mejor diseño de vestuario. La acción comienza en 1862, en Raintree County (Indiana), donde John Wickliff Shawnessy (Montgomery Clift) acaba de graduarse en la escuela superior. Su sueño es descubrir el legendario árbol de la vida del que se dice "abre todas las cerraduras y cierra todas las heridas". Su novia, desde que ambos eran niños, es Neil Gaither (Eva Marie Saint), pero ambos jóvenes no llegan a contraer matrimonio, dado que en el camino de John se cruza una hermosa sureña, Susanna Drake (Elizabeth Taylor) quien se las arregla para llevar a John ante el altar simulando un embarazo. Susanna padece un deterioro mental que la conducirá finalmente a la locura. Dicho deterioro la lleva a repudiar el abolicionísmo y temer al cruce de razas, John tiene, sin embargo, unas ideas muy distintas. Susanna y John tienen un hijo y, al estallar la guerra de Secesión, aquella huye al sur con el niño, alistándose su marido en el ejército para poder encontrar a ambos. Se dice que durante el rodaje de la película, el actor Montgomery Clift sufrió el famoso accidente que le desfiguró la cara cuando volvía de casa de Elizabeth Taylor, su gran amiga desde que trabajaron juntos en Un lugar en el sol. Ella fue la primera persona en llegar al lugar del accidente y cuentan que le practicó los primeros auxilios, evitando que muriese asfixiado. Luego Taylor evitó que los periodistas hicieran fotografías de Clift durante la estancia en el hospital, mientras su rostro no fuese operado y tratado. Dicen también que Montgomery apostaba con sus amigos si eran capaces de adivinar las escenas que fueron rodadas antes y después del accidente.

  • El baile de los malditos (The Young Lions, 1958). Protagonizada por Marlon Brando, Montgomery Clift, Dean Martin, Hope Lange, Barbara Rush, May Britt, Maximilian Schell, Dora Doll y Lee Van Cleef en los papeles principales. Basada en la novela homónima de Irwin Shaw, esta adaptación cinematográfica logra reproducir fielmente el espíritu antibelicista de la novela.Las vivencias contrapuestas de dos militares de honor, uno estadounidense y otro alemán (nazi), cada uno desde su bando, durante la Segunda guerra mundial. A estos dos contrapuntos se une un tercer hombre, un soldado estadounidense judío perseguido simplemente por su fe. El oficial estadounidense y el judío acabarán por cruzar sus destinos en el campo de concentración que dirige el oficial alemán. Marlon Brando obtuvo  el premio Laurel de Oro 1958, al mejor actor dramático y fue candidato en los Premios Oscar como mejor actor y también estuvo nominado en los Premios BAFTA como mejor actor extranjero. La película obtuvo otras dos candidaturas a los premios Oscar: mejor fotografía en blanco y negro: Joseph MacDonald y mejor banda sonora: Hugo Friedhofer. En los premios BAFTA, la película también fue candidata en la categoría de mejor película extranjera. Nominada en los Premios Globo de Oro como mejor película en promover la tolerancia internacional. Basada en la novela homónima de Irwin Shaw. Galardonada con el premio Laurel de Oro 1958 : al mejor actor dramático (Marlon Brando).

  • El hombre de las pistolas de oro (Warlock, 1959).El pequeño pueblo ganadero de Warlock es aterrorizado continuamente por una banda de forajidos que no respetan la ley. Reunidos en un comité, un grupo de ciudadanos decide contratar a un famoso pistolero y nombrarlo comisario para que imponga la paz en el pueblo. Cuando el mercenario llega al pueblo, se trae sus más preciados compañeros: dos relucientes colts con empuñaduras de oro y su eterno y leal amigo, un tullido jugador con mala fama en la región. Un excelente western de maravilloso reparto (inmenso Anthony Quinn) y con secuencias memorables. El argumento esconde sin disimulo (los miedos de la gente, las amistades y traiciones, las advertencias sobre el abuso del poder) más de una feroz crítica contra dicho comité y la gente que lo promovió.

  • El hombre que no quería ser santo (The Reluctant Saint, 1962). Giuseppe de Cupertino fue un joven italiano, corto de entendederas, al que todo el mundo despreciaba apodándolo "el idiota", porque se dedicaba a vagar por las calles con la boca abierta y era incapaz de estudiar y aprender dos líneas seguidas; además era torpe y rompía cosas con bastante asiduidad. Cuando los monjes franciscanos lo acogieron finalmente en el convento, Giuseppe demostró ser habilidoso en una sola cosa, y era en todo aquello relacionado con Dios. A Él le imploraba y le rezaba con gran devoción y con el tiempo se produjeron en él numerosos éxtasis y levitaciones. Sentida biografía de este santo, interpretado por Maximilian Schell, en uno de los mejores trabajos de su carrera. Le acompañan Ricardo Montalbán y Akim Tamiroff.
  • La gata negra (Walk on the Wild Side, 1962). Dove (Laurence Harvey) emprende un viaje a Nueva Orleans con el fin de encontrar a Hallie (Capucine). Su intención es rescatarla de su dudosa vida en el Dolf House Café, un local regentado por la experimentada Jo Courtney (Barbara Stanwyck). Pero en su camino, Dove conoce a la atractiva Kitty (Jane Fonda), que nada más llegar a Nueva Orleans engrosa las filas del equipo de chicas de Courtney. Dove está empeñado en sacar a Hallie del Dolf House, se ponga quien se ponga por delante. Un arriesgado drama que retrata con crudeza el sórdido mundo de las chicas de alterne. Cuenta con un magnífico equipo de actrices, donde destaca la imponente Barbara Stanwyck y una jovencísima Jane Fonda. La dirección es sobria aunque algo densa, pero hará las delicias de los aficionados al drama romántico. Una de las primeras películas en la que se aludía claramente al lesbianismo.

  • Los insaciables (The Carpetbaggers, 1963). Melodrama que antecede a los seriales televisivos, dirigido por Edward Dmytryk y donde Alan Ladd –en su último papel en pantalla– interpreta al personaje de Nevada Smith, que en la película de mismo título había encarnado Steve McQueen. Tanto Nevada Smith (1966) como Los insaciables, están basadas en la novela de Harold Robbins, The Carpetbaggers, que relata los entresijos de una familia de ambiciosos repletos de mentiras, sexo y ansias de poder. Concretamente el filme que nos ocupa guarda más de un punto en común con la vida real de Howard Hughes, ya que trata la historia de un millonario amante de los aviones que decide involucrarse en el mundo de Hollywood durante los años 30. Repleta de excesos, lo mejor es la briosa partitura de Elmer Bernstein.

  • Espejismo (Mirage, 1965). Junto a Recuerda (1945) y Arabesco (1966), Espejismo forma una peculiar trilogía en la carrera de Gregory Peck: la del hombre atrapado en diabólicos juegos de verdades y mentiras. Aquí encarna a un físico cuya amnesia le hace impedir saber los motivos por los cuales pretenden asesinarle, aunque todo está relacionado con asuntos atómicos (muy de moda por aquellos tiempos). Sin embargo, este título está muy lejano en cuanto a calidad de los otros dos largometrajes antes citados. Rodada en Nueva York, está basada en una novela de Walter Ericson. Además de Peck, resulta interesante el resto del reparto, entre el que destaca especialmente Walter Matthau. Sobresale la música inquietante de Quincy Jones, así como la fotografía en blanco y negro de Joseph MacDonald. Festival de San Sebastián: Concha de Oro (mejor película).
  • Alvárez Kelly (1966). Alvarez Kelly es un ganadero mexicano que aprovecha la Guerra de Secesión (1861-1865) para ganar dinero. Es contratado por el ejército de la Unión para transportar 2.000 cabezas de ganado desde México a Virginia. Pero, durante el camino, el rebaño de Kelly es interceptado por el coronel confederado Tom Rossiter, que quiere apoderarse de las reses para alimentar a sus hambrientas tropas.
  • La batalla de Anzio (Lo sbarco di Anzio AKA Anzio, 1968), codirigida con Duilio Coletti. Segunda Guerra Mundial. Italia, 1944. Estamos en la gran ofensiva aliada que pondría fin al conflicto. Robert Mitchum interpreta a un corresponsal de guerra estadounidense, que está encargado de cubrir el desembarco de las tropas británicas y norteamericanas en Anzio. El poderoso ejército nazi trata de resistir la invasión, y está atrincherado en una situación privilegiada. Pero las tropas alemanas son prácticamente inexistentes en Roma. Contra lo esperado, sin embargo, el general británico Jack Lesley decide inexplicablemente no marchar hacia la capital de Italia, sino que prefiere atrincherarse en la playa de Anzio. Eso dará tiempo a los alemanes, que sembrarán la región de defensas fortificadas... Ambos bandos saben que del resultado de la batalla puede que salga el vencedor definitivo de la guerra. Película bélica con una elevada dosis de acción, aunque no recoja la batalla real propiamente dicha. La narración sigue más bien la aventura en solitario de algunos hombres en terreno alemán. El acertado personaje del periodista, interpretado por Mitchum, ayuda al espectador a introducirse en la tensa situación y además aporta un inusual tono pacifista a la película. Destacan el estupendo papel de Peter Falk, quien poco tiempo después se convertiría en el inolvidable Colombo, y la evocadora banda sonora.
  • Shalako (1968). Un choque entre dos mundos. Un western diferente, ya que da una visión del Oeste Americano a través de los ojos del viejo mundo. Se trata de la adaptación de la conocida novela homónima de Louis L'Amour, que se inspira en hecho reales bien documentados, son conocidas las incursiones en el Oeste de gente como el gran duque ruso Alexis, o de escritores como Charles Dickens y Oscar Wilde. Shalako es un ex-oficial de la caballería de Estados Unidos, que escolta a un grupo de aristócratas europeos que viajan por Nuevo México en lo que podría denominarse el turismo de la época. Se entretienen cazando, lo que supone romper el tratado con los indios, lo que no parece importarles, al fin y al cabo, dicen, "son unos salvajes". Inducidos por el guía para refugiarse en una reserva apache, el grupo es atacado por los indios... ¿Quién sobrevivirá? Se trata de un western que insiste en el tema tan querido al género, de la frontera, donde serían los decadentes aristócratas y sus anfitriones los que colisionan con los indios y el guía, representantes de un estilo de vida que se resiste a desaparecer. En el reparto, dos nombres legendarios en el Séptimo Arte: un joven Sean Connery y una Brigitte Bardot resplandeciente.

En la década de los 70, su carrera entraría en un cierto declive. De esta década podemos destacar:
  • Barba Azul (Bluebeard, 1972). Adaptación del clásico de Perrault acerca de un cruel asesino en serie de mujeres.  El Barón Von Sepper (Burton) es un excéntrico y frustrado aristócrata, que vive recluido en un siniestro castillo. Acaba de contraer matrimonio por octava vez, con Anne, de la que parece estar muy enamorado. Un día, ella descubre casualmente, el espeluznante final que tuvieron las siete esposas que la precedieron. El filme, deudor del momento de desnudos que se estaba viviendo en el cine tras la desaparición de la censura, presentaba al protagonista como una especie de nazi chiflado que vivía en un castillo de los horrores y utilizaba sofisticados métodos para acabar con sus amantes: a Marilù Tolo la ahogaba, Virna Lisi moría guillotinada, Karin Schubert era asesinada de un disparo, Raquel Welch enterrada viva, y a Sybil Danning y a Nathalie Delon las empalaba. 

  • Victimas del terrorismo (The Human Factor, 1975). John Kindsdale, experto en electrónica al servicio de la OTAN intenta vengar a su familia, asesinada por un grupo terrorista. Le ayuda Mike McAllister, que trabaja con él como asesor técnico. Acertado thriller con un buen trabajo de George Kennedy y John Mills. Basada en la obra de Graham Greene.

Al final optó por impartir clases en la Universidad de Texas, y en la Universidad de California del Sur a la vez que escribió numerosos libros de dirección hasta su muerte ocurrida en 1999 a los 90 años.

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