martes, 12 de abril de 2022

Biografías de cine (VI): Bette Davis

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En 1945 Davis se casó con el artista William Grant Sherry, que ocasionalmente trabajaba como masajista.​ Se sintió atraída por él cuando supo que Sherry nunca había oído hablar de ella y, por lo tanto, no se sentía intimidado.​ Ese mismo año rechazó el papel principal de Alma en suplicio (Mildred Pierce, 1945), de Michael Curtiz, por el que Joan Crawford ganó un premio de la Academia, y en su lugar participó en El trigo está verde (The Corn is Green, 1945), basada en una obra de Emlyn Williams.​ Davis interpretó a la señorita Moffat, una profesora de inglés que salva a un joven minero galés (John Dall) de vivir confinado en las minas de carbón al ofrecerle educación.​ La obra había sido estrenada en teatro por Ethel Barrymore, pero Warner Bros. consideró que la versión cinematográfica debía contar con una mujer joven en el personaje femenino principal y eligió a Davis. Sin embargo, la actriz no estuvo de acuerdo e insistió en hacer el papel tal como estaba escrito y llevar una peluca gris y relleno debajo de la ropa para crear una apariencia desaliñada. La película fue bien recibida por la crítica y obtuvo una ganancia de 2,2 millones dólares.​ El crítico E. Arnot Robinson observó que «sólo Bette Davis podría haber luchado con éxito contra la intención evidente de los adaptadores de la obra, interesados en hacer del sexo frustrado el motivo principal de interés del personaje principal con el joven minero».​ Llegó a la conclusión de que «la interpretación sutil que Davis insistió en dar» mantiene el enfoque en «la alegría que sintió la profesora al transferir sus conocimientos».
El trigo está verde (1945)
Su siguiente película, Una vida robada (A Stolen Life, 1946), de Curtis Bernhardt, fue la primera y única que Davis hizo con su propia compañía de producción, BD Productions.​ En ella interpretó dos papeles: las gemelas Kate y Patricia Bosworth.​ A pesar de las malas críticas y de que Bosley Crowther la describiera como «una pieza inquietantemente vacía»,​ la película recaudó 2,5 millones USD y fue uno de sus más grandes éxitos de taquilla. La primera película en la que intervino que fracasó en términos económicos en este período fue Engaño (Deception, 1946), de Irving Rapper. 
Una vida robada (1946)
El próximo proyecto de Davis iba a ser Amor que mata (Possessed, 1947), que se había adecuado a sus pretensiones,​ pero quedó embarazada y pidió licencia por maternidad,​ por lo que fue reemplazada por Joan Crawford, que fue nominada para un premio de la Academia como Mejor Actriz. En 1947, a la edad de 39 años, Davis dio a luz a una niña, Barbara Davis Sherry (conocida como BD). Más tarde escribió en sus memorias que se sintió absorbida por la maternidad y consideró poner fin a su carrera, pero su matrimonio empezó a deteriorarse y siguió haciendo películas. Su popularidad, sin embargo, fue en constante declive.
En 1948, Davis fue elegida para protagonizar el melodrama Reunión de invierno, con el joven Jim Davis. A pesar de que inicialmente estuvo entusiasmada, pronto supo que Warner había dispuesto una iluminación «más suave» para disimular su edad. Recordó que había visto «la misma técnica de iluminación en los sets de Ruth Chatterton y Kay Francis, y sabía lo que eso suponía». Comenzó a arrepentirse de haber aceptado el papel y, como añadidura a su desilusión, no confiaba en las habilidades de su compañero Jim Davis.​ Tampoco estuvo de acuerdo con las modificaciones introducidas al guion debido a restricciones de censura y descubrió que muchos de los aspectos de su papel que la habían atraído inicialmente, habían sido quitados.​ La película fue descrita por Bosley Crowther como «interminable» y señaló que «de todos los dilemas miserables en los que la señorita Davis intervino... este es probablemente el peor». La película fracasó rotundamente y el estudio perdió casi un millón de dólares.​
Las novias de junio (1948)
Mientras rodaba el papel protagonista de La novia de junio (June Bride, 1948), de Bretaigne Windust,  Davis se enfrentó con su coestrella Robert Montgomery y lo describió como «un Miriam Hopkins masculino... un excelente actor, pero adicto al robo de escenas».​ La película fue una de las pocas comedias que realizó en su carrera y le valió algunas críticas positivas, pero no fue especialmente popular entre el público y recaudó solo una pequeña ganancia.​ A pesar del poco éxito de sus últimos trabajos, en 1949 negoció un contrato de cuatro películas con Warner Bros., que le pagó 10285 de dólares por semana y la convirtió en la mujer mejor remunerada en los Estados Unidos.
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