lunes, 25 de abril de 2022

Shôhei Imamura, un cineasta obsesionado con el deseo (I)

Una mirada retrospectiva al trabajo de esta punta de lanza de la nueva ola japonesa.

1.- Deseo robado (Nusumareta yokujo, 1958)

El joven Shinichi, graduado de Universidad, trabaja como director artístico de un grupo de teatro ambulante desastroso donde siente que está desperdiciando su talento. Para colmo se ve atrapado en un conflictivo amor entre Chidori y Chigusa, las hijas de Taminosuke Yamamura, el retrógrado y estoico jefe de la compañía con quien siempre discute por rechazar sus ideas innovadoras. 
Deseo robado (1958)

2.- Endless Desire (1958)

Una banda de pícaros intenta hacerse con un cargamento de medicamentos que fue enterrado durante la Segunda Guerra Mundial. Endless Desire era la tercera película que Imamura había sido asignada por los estudios Nikkatsu. En una entrevista posterior, Imamura declaró que esta película presagiaba su Pigs and Battleships de 1961, siendo una de las razones el "dinamismo formal" que ambas películas tienen en común. También fue su primera colaboración con el director de fotografía Shinsaku Himeda, quien fotografió muchas de las películas del director.
Endless Desire (11958)

3.- Intento de asesinato (Nusumareta yokujo, 1964)

Los impulsos sexuales están en el corazón del cine de Imamura. Prueba de ello es la recurrencia de la palabra "deseo" en sus títulos, y ello, de su primer largometraje, Deseo robado (Nusumareta yokujo, 1958), donde una compañía de teatro kabuki debe iniciar su actuación con un número de striptease para atraer a los espectadores... Intento de asesinato anticipa en medio siglo Elle (2016), de Paul Verhoeven, con su heroína violada que afirma su poder entablando una relación adúltera con su agresor. Con un tema escandaloso, una puesta en escena inventiva, con una mezcla explosiva de estilización (fotogramas congelados) y técnicas documentales. 
Intento de asesinato (1964)

4.- El profundo deseo de los dioses (Kamigami no Fukaki Yokubo, 1968)

Esta nueva historia de deseo más o menos frustrado es una fábula colorista pero inquietante sobre una comunidad isleña con costumbres arcaicas (incluido el incesto…). A través de la relación entre un ingeniero de Tokio y una joven ninfómana, Imamura muestra cómo este Japón primitivo, en contacto con la naturaleza, es superado y saneado por la modernidad triunfante de la civilización. Una historia y una puesta en escena a medio camino entre la investigación etnográfica y la narración, con un trabajo de color asombroso.
El profundo deseo de los dioses (1968) narra la singular vida de una comunidad isleña

5.- La venganza es mía (Fukushû suruwa wareniari, 1979)

Basada en la historia real de Iwao Enokizu y su raid criminal, que mantuvo en vilo a la sociedad japonesa y originó una caza del hombre de 78 días, esta gema poco vista en la filmografía de Imamura está marcada por su compleja estructura, donde pasado y presente se mezclan inexorablemente. “Imamura pertenece al mismo grupo integrado por realizadores como Lang, Buñuel, Fuller, Douglas Sirk y Claude Chabrol: los ‘objetivistas sardónicos’. Típicamente, La venganza es mía no gasta su aliento en compasiones, ni calorías en decoro, ni tiempo en explicaciones” (Michael Atkinson).
La venganza es mía (1979)
(cont.)

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