miércoles, 15 de julio de 2015

Clásicos de libro: La fundación

La fundación

Antonio Buero Vallejo
Austral
Barcelona
1999
256 págs.
La fundación es una de las obras de Buero Vallejo que han alcanzado mayor éxito de público y crítica, tanto por el dramatismo de su trama argumental como por la novedad de los procedimientos técnicos utilizados. Presentada como una fábula, plantea al lector-espectador un choque entre realidad y ficción, que se resuelve paulatinamente a favor de la verdad. Cuando, identificados con el protagonista de la obra, creemos que nos encontramos cómodamente instalados en una Fundación, descubrimos que estamos en una cárcel. Es el reflejo de nuestro mundo y de nuestra sociedad. La Introducción y la Guía de lectura de Javier Díez de Revenga, catedrático de la Universidad de Murcia, explican cómo no se trata aquí tan solo de una lección ética, social o filosófica, sino de cómo, a través del arte, llegamos a integrarnos en el conflicto y a buscar una solución.
Estrenada el 16 de enero de 1974 en el Teatro Fígaro de Madrid, cinco personajes que parecen trabajar para un centro de investigación llamado La Fundación comparten espacio en lo que parece ser una agradable habitación con bonitas vistas. Según se avanza en el desarrollo de los diálogos, se descubre que tal situación no es sino la percepción subjetiva de uno de los personajes, Tomás, a través de cuyos ojos, el espectador conoce que la habitación es en realidad una celda, que La Fundación es la prisión y que los cinco personajes son cinco reclusos condenados a muerte. Se encuentran allí porque el propio Tomás, bajo tortura, los delató y el sentimiento de culpa le hizo perder el sentido de la realidad. Finalmente, la escena queda vacía, retornado su aspecto de habitación lujosa en la que se instalarán nuevos huéspedes.
Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara en 1916. Su primera vocación fue la pintura y cursó estudios de Bellas Artes en Madrid. En 1937 se alista en el ejército republicano, y terminada la guerra, es detenido y condenado a muerte por su participación en actividades clandestinas. Finalmente se le conmuta la pena por la de treinta años de cárcel, y en 1946, sale en libertad condicional. Consigue el Premio Lope de Vega en 1949 con Historia de una escalera, que es representada en el Teatro Español y con la que obtiene un rotundo éxito. Desde entonces, y pese a los problemas con la censura, los escenarios más importantes se abren al dramaturgo. Obtiene, entre otros, el Premio Nacional de Teatro en dos convocatorias sucesivas: en 1956, por Hoy es fiesta  y en 1957 por Las cartas boca abajo. En 1980 se le otorga un tercer Premio Nacional de Teatro por el conjunto de su producción. En 1971 fue elegido miembro de la Real Academia, en 1986 se le concedió el Premio Cervantes y en 1996 el Premio Nacional de las Letras Españolas, ambos otorgados por primera vez a un autor teatral. De entre sus obras destacan En la ardiente oscuridad, El concierto de San Ovidio, El tragaluz o La fundación. Murió en Madrid en el año 2000.

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