viernes, 18 de octubre de 2019

Alice et le maire, reflejo cinematográfico de nuestra época (II)

(cont.)
El alcalde, Julien Dechaumes (Pascal Greggory), socialista puro y duro, tan sincero, es un poco ridículo en su atuendo caballero-agricultor cercano a las personas con su deseo de construir, en campo abierto, una biblioteca de medios destinada a llenar los anhelos culturales de sus futuros conciudadanos. Pero al menos sabe escuchar: la novelista Bérénice Beauregard (Arielle Dombasle) que, a pesar de algunas exclamaciones esnobs ("¡Oh, son bonitas, estas ensaladas!", "Son extraordinarias, estas vacas"...), Tiene más sentido que él. Escuche también a la hija del director de la escuela: Zoé, de 10 años, le sugiere muy seriamente que privilegie los "espacios verdes en el campo", lo que le sorprende, luego lo deleita ... Y luego, tan torpe como es, Julien Dechaumes todavía lo cree. Lo intenta, se droga, hierve con ideas y proyectos. "Un alcalde es un pionero", proclama. Debe ser seguido, debe mostrar el camino... "
Desencantado(s)
Veinticinco años después, en Alice et le maire, estrenada en Francia el 2 de octubre de 2019, Nicolas Pariser (su segunda película, después de Le grand jeu en 2015) parece estar jugando con la película de Éric Rohmer. En El árbol, el alcalde y la mediateca, Fabrice Luchini juró nunca involucrarse en política. Como si hubiera cambiado de opinión y de vida, se convierte en la película de Pariser en el alcalde de Lyon, y está considerando presentarse a las elecciones para presidente de la República. Y tal vez Alice (Anaïs Demoustier), su nueva consejera, no es como Zoé (Galaxie Barbouth), hecha adulta: la niña que, en la cima de sus 10 años, sorprendió a Julien Dechaumes (el alcalde) por la audacia de sus puntos de vista.
Fabrice Luchini en Alice et le maire (2019)
Después de un cuarto de siglo muchas cosas han desaparecido, entre ellas el entusiasmo. El alcalde no tiene más ideas, ya no quiere tener ideas. Y si el ardor de Alice le fustiga lo suficiente para volver a despertar su ambición, ella y él sospechan que este impulso será breve e inevitablemente condenado al fracaso por el tiempo, en el verdadero sentido de la palabra, ya que es un momento mal calculado que será el instrumento del destino.
Fabrice Luchini y Anaïs Demoustier en Alice et le maire (2019)
Al igual que El árbol, el alcalde y la mediateca, la película de Nicolas Pariser refleja su época mostrando su cansancio. Los representantes electos de los franceses, que les hacen pagar caro por este afecto, a veces, dudan, aunque sabemos, que buscan un nuevo mandato en 2020. Surgen, para evitar ser liberados... Desencantados, la película parece ser la epílogo de una larga obra teatral, ahora irrisoria.

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