martes, 3 de abril de 2018

Biografías de cine: Gloria Swanson (I)

Gloria Swanson es una leyenda del cine. Sobrevivió a los rigores de una vida de superestrella, amasó y perdió grandes fortunas, se casó en repetidas ocasiones (en total 6) y trabajó con los nombres más importantes de Hollywood. Era ingeniosa, elegante, encantadora, inteligente y uno de los personajes buscados y apreciados del cine del pasado. 
La gente identifica siempre a Gloria Swanson con Norma Desmond, la enloquecida ex estrella de cine que interpreta en El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950), la famosa película de Billi Wilder; pues, al igual que ella, la Swanson fue una de las grandes estrellas del mundo, dirigida por Cecil B. DeMille y Erich von Stroheim (que aparecen los dos en la película como figuras del pasado de Norma Desmond).
Por si fuera poco, el fragmento de La reina Kelly (Queen Kelly, 1928), que ilustra como acostumbraba a trabajar Stroheim con la Desmond, pertenece realmente a una película realizada por él y para la productora de la Swanson. De este modo, la identificación resulta completa; con la única diferencia de que Norma Desmond vive en el pasado y está totalmente desconectada del mundo moderno, mientras que la Swanson fue siempre una figura del presente, una triunfante mujer de negocios, una actriz que, aún con una avanzada edad, siguió trabajando regularmente en el teatro y el cine, una ardiente defensora de la comida macrobiótica y miembro destacado de la llamada "jet set". 
Gloria Swanson y Erich von Stroheim en El crepúsculo de los dioses

Segunda oportunidad

No obstante, El crepúsculo de los dioses fue indudablemente la película que la convirtió en una figura conocida entre el público "contemporáneo", así como la que contiene su mejor interpretación, debido a que, en conjunto, es la de mayor calidad de toda su larga carrera. Se trata también del "comeback" (regreso a los platós) más famoso y espectacular de toda la historia del cine; pues, en 1950, la Swanson sólo había intervenido en tres películas durante los últimos diecisiete años, y su último éxito había sido La intrusa (The Trespasser, 1929). De repente, se encontró con un papel por el que la mayoría de las actrices hubiesen vendido su alma, y se adueñó de él con tanto ímpetu y deleite que lo convirtió en suyo, hasta el punto de que se la llegase a identificar con él. 
Gloria Swanson en un fotograma de La intrusa (The Trespasser, 1929)
La auténtica Gloria Swanson no tenía nada de personaje trágico, como Norma Desmond, y había destacado, sobre todo, como "actriz ligera" y de comedia. Era también famosa por la forma en que lucía el vestuario; y, cuando los guionistas no le ofrecían un papel al que se le pudiera realmente hincar el diente, la Swanson conseguía dejar sin respiración a los espectadores, apareciendo en algún suntuoso vestido. 
Gloria Swanson en Madame Sans-Gêne (1925)
(cont.)

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