viernes, 20 de abril de 2018

Para ver: Mes provinciales

El director francés Jean-Paul Civeyrac firma una película con la grandeza novelística y una intensidad inéditas. Sus jóvenes actores como Corentin Fila, descubierto en la película Cuando tienes 17 años (Quand on a 17 ans, 2016), de André Téchiné, colorean esta película en blanco y negro. Apasionados por el cine o la filosofía, unos jóvenes provincianos se encuentran en París  en busca de sí mismos y de lo absoluto, recordando el estallido desgarrador y el nihilismo existencial de La madre y la puta (La Maman et la Putain, 1973), de Jean Eustache.
La nueva película del director Jean Paul Civeyrac, sobre un joven estudiante francés de cine, se estrenó en la sección Panorama del Festival de Internacional de Cine de Berlín (estreno en Francia el 18 de abril de 2018). Al principio de la película, al estilo de una bildungsroman (novela de formación) del escritor y director Jean Paul Civeyrac, Mes Provinciales, un estudiante se queja a uno de sus amigos: "Ya he tenido suficiente de películas francesas lloronas. Quiero ver películas que hablen de la vida real".
Podría decirse que esto no es lo que ofrece Civeyrac, de 53 años [autor de obras tales como A través del bosque (À travers la forêt, 2005), Young Girls in Black (Des filles en noir, 2010), entre otras], en su último largometraje, que sigue las tribulaciones de un joven de provincias que viaja a París para estudiar en la escuela de cine. Rodado en pantalla ancha en blanco y negro y con una duración superior a las dos horas, con muchas escenas dedicadas a extensas discusiones sobre películas, libros y la desesperación de la existencia, Mes provinciales, puede parecer la típica película francesa "llorona" por excelencia.
Sin embargo, eso no la hace menos convincente, y con su estética simplificada y sus actuaciones naturalistas fundamentadas, Mes provinciales recuerda a algunos clásicos del cine francés como La mamá y la puta (La maman et la putain, 1973), dirigida por Jean Eustache y Los amantes habituales (Les amants reguliers, 2005), de Philippe Garrel, ambas películas sobre jóvenes intelectuales que pasan sus días y noches fumando, teniendo sexo, sentados alrededor de cafés y discutiendo mucho sobre arte y política. 
Eso es lo que le sucede la mayor parte de tiempo a Etienne (al relativamente actor novel Andranic Manet), que viaja desde su casa de clase trabajadora en Lyon para estudiar cine en la Universidad París 8 (Universite Paris 8 o Université de Vincennes à Saint-Deni), suburbio al norte de la capital. Rápidamente se hace amigos de dos compañeros de clase: el alegre y preparado Jean-Noel (Gonzague Van Bervesseles) y el vanidoso y seductor Mathias (Corentin Fila), que habla de películas como si fuera el próximo Jean-Luc Godard, pero que aún tiene que poner su palabras en práctica.
Con sus diatribas sobre el cine y el estilo de vida incoformista, Mathias se convierte en una figura parecida a un gurú para Etienne, que se esfuerza por ser un gran director, a lo Robert Bresson y lee Cinema 1: The Movement-Image del filósofo Gilles Deleuze en el metro. pero que cuestiona demasiado su propio trabajo. También se distrae con una vida amorosa típicamente francesa, que involucra a su novia (Diane Rouxel), una compañera de cuarto (Jenna Thiam) que está enamorada de él, una segunda compañera de cuarto, Anabelle (Sophie Verbeeck), que no lo ama; y una chica de la escuela con la que duerme al lado.
Civeyrac describe el primer año de Etienne en la escuela de forma episódica, desvaneciéndose en negro después de cada secuencia e insertando encabezados de los capítulos que dividen la historia en cuatro secciones y un breve epílogo. Hay algo de drama a partir de la mitad de la película que va afectar al triángulo amoroso formado por Etienne, Mathias y Anabelle, pero tales conflictos parecen menos importantes que las canndentes preguntas que mantienen a Etienne y sus amigos despiertos por la noche: ¿Se convertirán en grandes realizadores algún día? ¿Llegarán a dirigir películas? ¿O sus sueños se verán frustrados por la realidad?
Es la típica novela de formación o aprendizaje al estilo de Balzac o Flaubert (el título francés, Mes Provinciales, se refiere a un libro de Blaise Pascal, Lettres provinciales), en el que un joven que llega a París y encuentra sus esperanzas puestas a prueba por la gran ciudad. Pero aquí, todo se destila a través de la mirada muy específica de un amante del cine francés, Etienne y el propio Civeyrac, que parece vivir en una burbuja de literatura clásica y películas artísticas de antes de los años 1960, sin olvidar, y la música de Johann Sebastian Bach, que impregna la banda sonora.
El efecto puede ser desorientador, como si estuviéramos viendo un fragmento de una época precedente. Sin embargo, a pesar de lo anacrónico que puede parecer Mes provinciales (la duración de la película es algo excesiva), existe una convicción en la narración que no se puede negar, y no importa cuáles sean nuestros gustos, no es difícil conmoverse por la lucha de Etienne para encontrar su sitio entre tanta duda y desilusión. 
Puede que ocurra al final, pero lo que es evidente que Civeyrac definitivamente ha encontrado el suyo, narrando un tipo de cuento para mayores de edad, sincero y muy específico, que está fundamentado en las actuaciones de un reparto joven y comprometido, muchos de ellos relativamente desconocidos. El resultado parece un poco fuera de tiempo, pero fiel a sus propias intenciones, recuerda a algunas de las mejores películas francesas, especialmente las de la Nouvelle Vague, marcadas por un intenso amor por el cine y las ardientes pasiones de la juventud. De hecho, en Mes provinciales, la cinefilia puede convertirse, aveces, en una cuestión de vida o muerte.
Ficha técnico-arística  
Dirección: Jean-Paul Civeyrac. País: Francia. Año: 2018. Duración: 137 minutos. Género: Drama. Interpretación:  Andranic Manet, Diane Rouxel, Jenna Thiam, Gonzague Van Bervesseles, Corentin Fila, Nicolas Bouchaud, Charlotte Van Bervesseles, Sophie Verbeeck. GuionJean-Paul Civeyrac. FotografíaPierre-Hubert Martin. Montaje: Louise Narboni. Vestuario: Claire Dubien. ProductoraMoby Dick Films. Sinopsis: Etienne llega a París para realizar estudios de cine en la universidad. Y allí encuentra a Mathias y a JeanNoël que comparten la misma pasión que él. Pero, el curso trastocará sus ilusiones...
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Bildungsroman: La novela de formación o novela de aprendizaje es un género literario que retrata la transición de la novela como lo explica. El término alemán original, Bildungsroman significa literalmente novela de formación o novela de educación y fue acuñado por el filólogo Johann Carl Simon Morgenstern en 1819. La temática de esta novela es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico y social de un personaje, generalmente desde su infancia hasta la madurez. En esta evolución se suelen diferenciar tres etapas: la primera es el aprendizaje de juventud (Jugendlehre), la segunda son los años de peregrinación (Wanderjahre) y por último el perfeccionamiento (Läuterung).

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