lunes, 23 de abril de 2018

Primavera y cine (II)

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Un Buen Año (A Good Year, 2006), Estados Unidos, de Ridley Scott. Nominada a Critics' Choice Awards: Mejor actor joven (Freddie Highmore).

Basada en la novela homónima de Peter Mayle narra como Max Skinner (Russell Crowe), un corredor de bolsa exitoso residente en Londres, recibe en herencia un viñedo francés de su tío Henry (Albert Finney). Cuando viaja hasta allí se encuentra con un château para restaurar; conoce a la dueña de un restaurante, de la que se enamora (Marion Cotillard) y a una californiana (Abbie Cornish) que dice ser la hija ilegítima de Henry. Max llega con la clara intención inicial de vender el viñedo lo más rápidamente, pero poco a poco empieza a recordar los buenos tiempos que pasó de niño en el "Chateau", disfrutar de la vida más calmada y mejor alejado de la presión diaria de los negocios, lo que hará que dude de su idea original. Al fin y al cabo, la vida es vivir bien, amar, comer bien y tener un buen año.

Cerezos en flor (Kirschblüten - Hanami, 2008), Alemania, de Doris Dorrie. 3 Premios del cine Alemán: 2ª mejor película, actor y vestuario.

Una comedia dramática en la que Trudi es la única que sabe que su marido Rudi está gravemente enfermo de cáncer. Siguiendo el consejo de su médico, deciden hacer un último viaje juntos. Trudi convence a su marido y van a visitar a sus hijos y nietos en Berlín. Sin embargo, éstos están demasiados inmersos en sus propias vidas para ocuparse de ellos. Tras ir al teatro a ver un espectáculo de danza Butoh, Trudi y Rudi deciden marcharse y pasar unos días en un hotel en la costa del mar Báltico.


Las vidas posibles de Mr. Nobody (Mr. Nobody, 2009), Bélgica, de Jaco Van Dormael. Festival de Venecia: Mejor contribución técnica (escenografía); Festival de Sitges: Mejor maquillaje; Premios del Cine Europeo: Premio del público a la mejor película europea.


El conocido director, gracias a la película Toto le Héros, invita una vez más a los amantes de la ficción a emprender un viaje por la mente humana con personajes profundos y escenas surrealistas cargadas de sentimientos reales. Es el año 2092, Nemo Nobody, que tiene 120 años, es el último ser humano mortal de la Tierra y vive rodeado de hombres que han alcanzado la inmortalidad gracias a increíbles avances científicos. Cuando Nemo se encuentra en su lecho de muerte, recuerda varias posibles existencias y matrimonios que no llegó a vivir. 

Algunas horas de primavera (Quelques heures de printemps, 2012), Francia, de Stephane Brize. Premios César: 4 nominaciones, incluyendo mejor director.


Este drama familiar gira en torno al personaje de Alain, un hombre que sale de la cárcel tras una condena de 18 meses por haber intentado pasar 50 kg de cannabis en su camión. Alain no es un sinvergüenza; sólo un hombre cansado. La prisión le salvó de encontrarse en un callejón sin salida e hizo que la gente se olvidase de él. Sin embargo, una vez en libertad, se ve obligado a irse a vivir con su madre, Yvette, una mujer modesta e desde hace tiempo incapaz de manifestarle su cariño. Su madre está en fase terminal de un cáncer y desearía acabar con su vida dignamente en Suiza, donde una asociación estaría siempre a su lado.

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