viernes, 2 de marzo de 2018

El cine de Samuel Fuller (I)

En 1997 falleció el implacable guionista y director de cine Samuel Fuller en su casa de Los Ángeles (California) a los 85 años "por causas naturales", según comunicaron sus allegados. Soldado, reportero, trashumante, fumador de puros, Fuller dio su pleno significado al término "auténtico" aplicado al cine y luego se marchó de Hollywood y se convirtió en un polémico héroe en Francia, donde residía hasta hace poco. Autor de películas como La casa de bambú (House of bamboo, 1955) o Uno Rojo, división de choque (The Big Red One, 1980)  o La casa de bambú, hizo su última aparición en la pantalla como actor en la película de Wim Wenders El final de la violencia (The End of Violence, 1995).
Fuller nació en Worcester (Massachusetts), hijo de Benjamin Rabinovitch (un inmigrante judío de Rusia) y Rebecca Baum (una inmigrante judía de Polonia). Antes de su nacimiento, la familia había adoptado el apellido Fuller. 
Aunque desde 1982 no trabajaba en EEUU [El perro blanco (White Dog, 1982), fue la última película que rodó allí, y por la que le acusaron de racista ya que trataba de un perro entrenado para atacar a negros], la desaparición de Samuel Fuller supuso un triste subrayado a la aparentemente irreversible tendencia del cine americano a polarizarse en extremos: la superproducción o el cine de ínfimo presupuesto, dejando vacío el terreno del cine intermedio, de carácter, a veces identificado con el llamado cine de serie B. En ese terreno fue donde Sam Fuller, que estaba casado y tenía una hija, desarrolló su filmografía, antes de verse obligado a salir de los Estados Unidos y refugiarse en Europa. El crítico de cine Leonard Maltin lo definió como el pionero de los independientes: "Escribía, producía y dirigía sus películas, es decir, era una triple amenaza". Entró a trabajar en el desaparecido periódico The New York Journal cuando tenía 12 años y a los 17 estaba cubriendo sucesos para el rotativo californiano New York Graphic y The San Diego Sun. Posteriormente, mientras John Steinbeck narraba las durezas de la vida rural en plena depresión económica, Sam Fuller se dedicaba a recorrer el país a bordo de trenes de mercancías y empezó a escribir novelas y guiones. Fuller también se convirtió en un escritor fantasma (o negro) de guiones y en entrevistas posteriores nunca reveló qué guiones escribió anónimamente. Durante este período escribió varias novelas pulp como Burn Baby Burn y empezó a trabajar como guionista.  
Durante la II Guerra Mundial, Fuller se unió a la infantería del Ejército de los Estados Unidos. Fue asignado al 16th Infantry Regiment, 1.ª División de Infantería. Participó en desembarcos en África, Sicilia y Normandía. También estuvo en Bélgica y Checoslovaquia. Por sus servicios, recibió la Estrella de Bronce, la Estrella de Plata y el Corazón Púrpura. Fuller usó su experiencia militar como material en sus filmes, especialmente en la película de 1980, ya citada, Uno Rojo, división de choque.
Después de la guerra, regresó a Hollywood y dirigió su primera película Balas vengadoras (Yo maté a Jesse James) (I shot Jesse James, 1949), que no fue la historia de Jesse James, sino la caída en desgracia de su asesino, el tristemente famoso Bob Ford, que traicionó a su amigo para conseguir el indulto del gobierno y casarse con su novia Cynthy. En lugar de ello, se vio condenado al ostracismo y al desprecio de todos, incluida su novia.
John Ireland en Balas vengadoras (Yo maté a Jesse James) (1949)
Su segunda película, como director, fue El Barón de Arizona (The Baron of Arizona, 1950), basada en las aventuras de James Addison Reavis (al que interpreta Vincent Price), uno de los estafadores más ambiciosos e inteligentes del siglo XIX, que llegó a elaborar un plan para quedarse con el territorio de Arizona.
La tercera película, Casco de acero (The Steel Helmet, 1951), hizo a Fuller conocido en la industria cinematográfica. Fue una de las primeras películas acerca de la Guerra de Corea y Fuller se basó en su propia experiencia militar así como en testimonios de los veteranos de la guerra. La siguiente también se refería a la Guerra de Corea y su título fue A bayoneta calada (Fixed Bayonets!, 1951)
(cont.)

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