domingo, 10 de agosto de 2014

Efemérides de cine: David y Betsabé

El 10 de agosto de 1951 se estrenó la película estadounidense David y Betsabé (David and Bathsheba), dirigida por Henry King. Protagonizada por Gregory Peck, Susan Hayward, Raymond Massey, Kieron Moore, James Robertson Justice, Jayne Meadows, John Sutton, Dennis Hoey. Productora y distribuidora: 20th Century-Fox.
Sinopsis argumentalDespués de matar al gigante Goliath y salir victorioso de innumerables batallas, David (Gregory Peck) es proclamado rey de Israel. Subyugado por la hermosa Betsabé (Susan Hayward), decide enviar a su marido Uriah (Kieron Moore) a participar en una difícil batalla en la que probablemente perecerá. 
Nominaciones y premios5 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor historia y guión y dirección artística color
Comentario: El guión se inspira en un relato del segundo libro de Samuel, del Antiguo Testamento. Drama romántico de la época clásica del cine, que explica una historia tomada del Antiguo Testamento. La cinta no desarrolla sólo un relato convencional de reyes, príncipes, héroes e intrigas palaciegas. Todo parece indicar que el realizador desea, sobre todo, construir el análisis psicológico de un personaje humano. David es un hombre respetado por la Corte y el pueblo, de pasado heroico y muy activo y de ascenso rápido desde pastor a general del ejército y de ahí a rey. Se encuentra en la cumbre de la vida. El trabajo rutinario de su cargo, el desamor de sus esposas y concubinas y la fatiga que le produce sentirse encerrado en palacio, hacen mella en su ánimo, que reacciona generando sentimientos de insatisfacción y desmoralización. Los indicios que el realizador y el guionista dejan en el relato parecen apuntar que la situación psicológicamente incómoda del protagonista se agrava tras el primer intento de resolverla (relación y boda con Betsabé). A partir de entonces aparecen sentimientos de culpa y agudos remordimientos religiosos, que posiblemente reflejan un estado interno de depresión. Ante el mismo puede reaccionar de diversas maneras. El film propone la que probablemente es la mejor las posibles. Por lo demás, el film parece cuestionar la imagen del Antiguo Testamento de un Dios irascible y vengativo, enfrentado al concepto de divinidad del Nuevo Testamento. También subraya en tono aparentemente crítico el hecho de que algunos crean que los pecados del marido los ha de expiar la mujer. Son escenas memorables la danza exótica, el maltrato que recibe Michal (lanzada en plancha sobre un sofá) y la lapidación de una adúltera (vestida de rojo).
La música, de Alfred Newman, es vibrante, solemne y épica. Incorpora melodías descriptivas de carácter lírico y melancólico. La fotografía, de Leon Shamroy ofrece un espléndido technicolor, movimientos de cámara pausados y precisos y una grata profundidad de campo. Se beneficia de un vestuario espléndido, unos decorados imaginativos y unos escenarios amplios y cómodos.

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