La inolvidable París, bajos fondos (Casque d'or, 19852), dirigida por Jacques Becker, con su incomparable potencia interpretativa, aceptó plenamente los desafíos de la vida y no dudó en imponerse en la arena política. Un modelo para la actual generación de artistas, que la elogian sin reservas.
El 30 de septiembre de 1985, Simone Signoret (Wiesbaden, Alemania, 25 de marzo de 1921-Autheuil-Authouillet, Eure, 30 de septiembre de 1985) falleció. Cuarenta años sin "Simone", como la llamaban simplemente y cariñosamente, quienes, sin ser sus íntimos, la admiraban como actriz, pero también como mujer comprometida, activista de izquierdas y escritora fallecida, con, en primer lugar, un libro de recuerdos con un título sublime que muchos cineastas podrían haber envidiado: La nostalgie n’est plus ce qu’elle était (1976). En vísperas del estreno en cines de Moi qui t'aimais (2025), de Diane Kurys, sobre la pareja Signoret-Montand y el amor inquebrantable de Simone a pesar de la fidelidad vacilante de Yves.




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