jueves, 7 de agosto de 2014

Efemérides de cine: El hombre del traje blanco

El 7 de agosto de 1951 se estrenó la película británica El hombre del traje blanco (The Man in the White Suit), dirigida por Alexander MacKendrick. Protagonizada por Alec Guinness, Joan Greenwood, Cecil Parker, Michael Gough, Patric Doonan, Ernest Thesiger, Howard Marion-Crawford. Productora: Ealing Studios.
Sinopsis argumentalSydney Stratton (Alec Guinness) es un joven investigador que, tras arduos esfuerzos, consigue inventar un tejido tan revolucionario que no se puede romper ni manchar. Sin embargo, a la alegría inicial pronto le sigue la decepción, pues tanto los empresarios como los trabajadores de la industria textil llegan a un acuerdo para impedir la fabricación y difusión del nuevo tejido. La razón es obvia: los primeros temen la ruina de sus empresas y los segundos la pérdida de sus puestos de trabajo. 
Nominaciones y premiosNominada al Oscar: Mejor guión. Premios BAFTA: Nominada a mejor película y mejor película británica.
ComentarioUno de los clásicos indiscutibles del cine británico, rodado por Alexander McKendrick, uno de los más grandes talentos de la británica productora Ealing, junto a Charles Crichton y Robert Hamer. Protagoniza un actor emblemático, el mítico Alec Guinnes, que da el tipo perfecto de personaje apasionado por su trabajo, siempre sin un penique en el bolsillo y pelín despistado. El actor tiene escenas geniales, bien subrayadas gracias a la puesta en escena, como en el primer momento en que se descubre un extraño aparato en un rincón de una sala, y Guinness, que asomaba con un carrito con material, se retira oportunamente; o la noche en que irrumpe en casa de un industrial, para presentarle su invento. También es brillante el desenlace en que la masa popular exhibe toda su crueldad.
El argumento realiza una inteligente parábola sobre el sector industrial, los intereses económicos y los avances tecnológicos, y conjuga bien comedia y drama. Y es que las apariencias engañan. Pese a su aspecto amable, esta película con guión de John Dighton no es nada inocente. Pues plantea cómo intereses de distinto tipo ponen freno a lo que se diría un gran invento. Lo que sirve para lanzar diatribas al capital -los dueños de las fábricas pasan de un entusiasmo inicial a temer que se paralice la demanda de ropa, con la ruina consiguiente- y a los trabajadores -que ya se ven en la calle, si no es necesario fabricar ropa-, que presentan una llamativa cortedad de miras. Pero también reciben lo suyo los científicos, que en su afán de descubrir e inventar no entran a considerar las posibles consecuencias negativas de sus hallazgos.

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