sábado, 25 de noviembre de 2017

El cine soviético en la era silente (IV)

(cont.)
En marzo de 1928, una conferencia del Partido sobre el cine bosquejó las tareas de la industria cinematográfica y, en 1929, un decreto definió las responsabilidades de los cuadros de trabajadores del cine. A pesar de la reorganización de la industria en 1930, el control político directo demostró ser sorprendentemente difícil de implantar. El intento de imponerlo creo sus propios problemas, que se vieron además agravados por las dificultades relacionadas con el advenimiento del sonoro y la negativa por parte de muchos cineastas a admitir que el sonido era algo más que una simple novedad pasajera. El sonoro creó también problemas en Occidente, pero la estructura organizativa altamente centralizada del cine soviético convirtió esos mismos problemas en auténticas pesadillas.
Vida y muerte del teniente Schmidt AKA
La insurrección de la Flota del Mar Negro
(1917),
de Aleksandr Razumny y  Ia. Poselski
Al igual que las autoridades políticas habían reconocido la capacidad propagandística del cine mudo, una nueva generación de artistas aclamó al cine como un nuevo medio de expresión artística, como un nuevo arte propio de una nueva época. Inicialmente, la perspectiva política se confundió con la artística, pero la exigencia política de un medio de comunicación de masas comenzó a entrar en conflicto con la necesidad de experimentación artística, y la noción de que había al fin una vanguardia que contaba con el pleno apoyo de los poderes constituidos  demostró pronto ser sólo una ilusión. 
El rayo de la muerte (Lunch Smerti, 1925), de  Lev Kuleshov
Aparte de la funcionalidad del cine mudo, los artistas se sintieron atraídos hacia el cine por considerarlo como un medio relativamente nuevo, todavía no influenciado por la tradición burguesa clásica, a diferencia de, por ejemplo, el teatro o la literatura, y con una posibilidades potencialmente ilimitadas y todavía inexploradas. El poeta Vladimir Mayakovsky (1893-1930) probó a escribir tres guiones de cine en 1918 (Baryshnya i khuligan, un cortometraje; Zakovannaya filmoi; Nye dlya deneg radivshisya).
Nye Dlya Deneg Radivshisya (1918), dirigida por Nikandr Turkin
Cómo señaló el destacado crítico y guionista Viktor Shklovsky (1893-1984): "Las formas artísticas se queman como llamas. El cambio en las formas suele ser revolucionario. El cine es el heredero natural del teatro y posiblemente de la literatura". Otros se mostraron más tajantes: "El cine es la nueva filosofía... El nuevo Esperanto visual e internacional del futuro". Dado que para muchos, la nueva era debía caracterizarse por la modernización e industrialización de Rusia, la base mecánica del cine fue también exaltada por teóricos tales como G. M. Boltyansky: "La posibilidad mecánica de una reproducción y distribución infinita de las obras del cine lo convierte a diferencia de otras artes, en el único y exclusivo medio de expresión de la era de la nueva cultura". 
Por ley (Po zakanu, 1926), de Lev Kuleshov

(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario