domingo, 28 de enero de 2018

Catorce buenos ejemplos de cine francés (II)

(cont.)

Pequeñas mentiras sin importancia (Les petits mouchoirs, 2010). Dirección: Guillaume Canet

Un relato de toda una generación, una comedia agridulce con más notas agrias que de las que nos dejan con buen sabor de boca. Dirigida precisamente por el actor protagonista de la película anterior, Guillaume Canet, Pequeñas mentiras sin importancia es la historia de un grupo de amigos en los cuarenta que deciden seguir adelante con sus vacaciones pese a que uno de ellos está ingresado en el hospital.

Intocable (Intouchables, 2011). Dirección: Olivier Nakache, Eric Toledano

Nos hizo reír. Nos hizo llorar. Nos hizo emocionarnos en todos los sentidos y, mucho más allá, apreciar la vida en toda su plenitud con su radiante optimismo, como explican nuestros compañeros de Espinof. Es más que divertida, es una de esas historias que te deja marcado durante años. Basada en la historia real sobre un hombre de negocios, tetrapléjico tras sufrir un accidente mientras practicaba parapente, y su cuidador, un joven de barrio pobre que había tenido problemas con la justicia.

The Artist (2011). Dirección: Michel Hazanavicius

Ganó el Oscar a la mejor película en el año 2011, toda una hazaña porque estamos hablando de una película muda que cuenta la historia de George Valentin, un actor de principios del siglo XX, pero en el fondo es un recorrido maravilloso por el nacimiento del cine mudo y un homenaje al mundo del cine y a los artistas que lo hacen posible.

La vida de Adéle (La vie d'Adèle - Chapitre 1 & 2, 2013). Dirección: Abdellatif Kechiche

Una película única y con un gran éxito comercial, pero también polémica al romper con varios tabúes, su frescura y sinceridad, así como las escenas de sexo que aparecen en ella. Está basada en la novela gráfica Le bleu est une couleur chaude de Julie Maroh y cuenta la historia de Adèle, una joven de 15 años que no tiene dudas en que un chico debe salir siempre con una chica, pero cuando una noche conoce a Emma, una joven de pelo azul, sus sentimientos e identidad sexual se volverán confusos.

Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (Qu'est-ce qu'on a fait au Bon Dieu?, 2014). Dirección: Philippe de Chauveron

Otra de las comedias que ha rebasado fronteras y nos ha hecho reír a carcajadas, a pesar de caer en los estereotipos una y otra vez. Los protagonistas de esta película son un matrimonio muy tradicional, católicos y padres de cuatro hijas, a las que han tratado de inculcar sus valores y costumbres. Y, claro, les cuesta aceptar que las tres primeras hayan hecho matrimonios que para ellos son poco convencionales, con un musulmán, un chino y un judío.

La familia Bélier (La famille Bélier, 2014). Dirección: Eric Lartigau

Otra de las grandes comedias francesas de los últimos años, una historia llena de dulzura, familia y música. Y precisamente esea música tiene un gran papel en la historia porque todos los miembros de la familia Bélier son sordos, exceptuando a la joven Paula, que a su vez tiene un talento prodigioso para el canto y la oportunidad de entrar en una de las escuelas más famosas de Francia. Una historia sobre el amor entre padres e hijos y sobre el paso a la madurez.

Pastel de pera con lavanda (Le goût des merveilles, 2015). Dirección: Éric Besnard

Otra historia romántica que se sale de todos los parámetros y que consigue engancharnos por su dulzura, y no precisamente con sabor a pera. Louise cría sola a sus dos hijos tras la muerte de su marido e intenta mantener a flote una plantación de perales en la Provenza. Un día en el que casi atropella a un desconocido, Pierre y descubre que él es distinto al resto de la gente.

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