sábado, 27 de enero de 2018

Catorce buenas ejemplos de cine francés (I)

El cine francés tiene una larga tradición, especialmente por su estética y su sensibilidad, así como una gran cantidad de devotos fans. Sí, nos encanta ver en la gran pantalla a la Torre Eiffel y disfrutar de grandes directores como Luc Besson, Éric Rohmer, Truffaut o Renoir. Pero esta vez hemos querido hacer una selección de las películas que han captado nuestra atención en los últimos años y se han convertido en nuestros nuevos imprescindibles.

El profesional (Léon) (Léon, 1994). Dirección: Luc Besson

Natalie Portman ya nos enamoró en esta película, la primera que hizo siendo aún muy pequeña y donde junto al gran Jean Reno hace un equipo inquietantemente bien avenido y peculiar. Una historia violenta sobre venganza, armas, asesinos y también amor.

La cena de los idiotas (Le dîner de cons, 1998). Dirección: Francis Veber

Si te apetece reírte a carcajadas sin duda esta es tu selección. La cena de los idiotas es una de las grandes comedias del cine francés (y podríamos decir que mundial) y tuvo tanto éxito que se llegó a hacer una adaptación al cine norteamericano. El punto de partida es hilarante: un grupo de hombres de éxito de París se reúne todas las semanas para cenar invitando cada uno de ellos a la persona más estúpida que conozcan, para reírse de ella a sus espaldas.

Amélie (Le fabuleux destin d'Amélie Poulain, 2001). Dirección: Jean-Pierre Jeunet

A estas alturas parece increíble que exista alguien en el mundo que no haya visto esta joya cinematográfica, pero existir existen, como los vestidos maravillosos que llevan las celebridades extremadamente rebajados. La historia del fabuloso destino de Amélie Poulain es una fábula de cuento, encantadora y llena de magia, pero también estrafalaria y un poco peculiar. 

Quiéreme si te atreves (Jeux d'enfants, 2003). Dirección:  Yann Samuell

Nos encantan las historias de amor. Y más si se salen de lo convencional y encima están protagonizadas por dos grandes del cine francés, como son Guillaume Canet y Marion Cotillard. Una historia singular que comienza con un juego que Julien y Sophie llevan a cabo desde la infancia. Una versión de "te atreves" que se va intensificando con los años hasta convertirse en el principal obstáculo para reconocer lo que sienten el uno por el otro.

Los chicos del coro (Les choristes, 2004). Dirección: Christophe Barratier

No hace falta ser un entendido en música para emocionarse con las piezas que aparecen en esta película. Una historia, que nos puede recordar un poco a El club de los poetas muertos, sobre cómo un modesto maestro de un internado de reeducación consigue abrirse el camino hacia los corazones de los niños que viven allí a través de la música. Emotiva hasta el punto de que en ocasiones cuesta retener la lágrima.

Un engaño de lujo (Hors de prix, 2006). Dirección: Pierre Salvadori

Si te gustan las comedias románticas clásicas, especialmente las de los años 1930 y 1940, los desencuentros y los malentendidos, te encantará esta película protagonizada por Audrey Tautou y Gad Elmaleh, un modesto camarero que finge ser un millonario y despierta el interés de Iréne, una aventurera a la que le gusta que hombres adinerados paguen sus cuentas.

Juntos, nada más (Ensemble, c'est tout, 2007). Dirección: Claude Berri

Hay historias que te dejan con una sonrisa en la boca, porque sí, porque no hace falta grandes proezas ni increíbles gestas para demostrarte lo maravillosa que puede llegar a ser la vida. Especialmente si te rodeas de gente increíble. Juntos, nada más es la adaptación al cine de la obra con el mismo nombre de la escritora francesa de éxito Anna Gavalda: una comedia agridulce sobre cuatro personajes que no tienen nada en común pero que terminan formando una familia la mar de curiosa.

(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario