jueves, 25 de enero de 2018

El cine americano: el nacimiento de la gran industria (V)

(cont.)
A los espectadores les encantaba el mayor ritmo y vitalidad de las películas, pero algunos mostraron desconfianza y temor con respecto a la influencia del cine. Luego, a comienzo de los años 1920, una serie de escándalos contribuyeron a confundir la vida privada de las estrellas con las historias de sus películas. El 5 de septiembre de 1921, Fatty Arbuckle celebró una fiesta que terminó con la muerte de la aspirante a actriz Virginia Rappe. Se acuso a Arbuckle de homicidio, aunque el caso fue sobreseido. No obstante, quedó siempre sobre él el baldón del escándalo, ya que el público estaba siempre dispuesto a creerse lo peor de las estrellas de cine. Pocos meses después, el director William Desmond Taylor cayó muerto por disparos, lo que provocó una tormenta que retumbó en todo Hollywood. La policía descubrió en seguida una sorprendente maraña de vicio e intrigas en la que estaban implicadas las estrellas más famosas y los directores de los estudios. Las investigaciones descubrieron que las actrices Mabel Normand (estuvo unos minutos antes de su asesinato con el director William Desmond Taylor) y Mary Miles Minter  se habían hundido en un círculo infernal, a base de orgías sexuales y drogas. Antes de que hubiese pasado un año, el actor Wallace Reid (al resultar herido en un accidente de tren y, para poder seguir la filmación, recibió morfina para paliar el dolor. La droga le produjo adicción), falleció a causa de una sobre dosis de la droga. 
Wallace Reid y Geraldine Farrar en un fotograma de la película de 1915 Carmen,
adaptación dirigida por Cecil B. DeMille de la ópera homónima de Bizet
La industria temió por su reputación y se sintió alarmada ante la posibilidad de que los celosos guardianes morales de los Estados Unidos pudieran disuadir al público de seguir asistiendo al cine. En 1922, los altos dirigentes de los estudios fundaron la Motion Picture Producer and Distributors of America (MPPDA), nombrando presidente a Will H. Hays. Hays se convirtió en el portavoz de Hollywood, y contribuyó a crear la impresión de que se trataba de un lugar "digno y respetable". Organizó la Central Casting como agencia de contratación de extras en 1926, y permitió la entrada de sindicatos en una industria más bien conservadora. Pero también introdujo en 1930 un Código de Pproducción, el primer paso hacia una censura sistemática de todas las películas. La industria creó la Axademia de Artes y Ciencias Cinematográfica en 1927, y estableció unos premios anuales, los famosos Oscar, para demostrar hasta que punto era diligente y educada. 
El Grauman's Chinese Theatre
El cine comenzó a organizarse y, por tanto, a burocratizarse. Los grandes estudios ganaban tanto dinero que no podían contarlo. Se saqueó Europa entera en busca de talentos: Ernst Lubitsch, F. W. Murnau, Michael Curtiz, y Victor Sjöstrom entre los directores; Marlene Dietrich y Greta Garbo entre las actrices. Sólo Rex Ingram y Louise Brooks se atrevieron a marchar de los Estados Unidos a Europa, y ambos pagaron muy caro su originalidad.
Ernst Lubitsch
Para 1927, Los Angeles era ya una gran ciudad. El negocio del cine poseía ya una estructura consolidada y estaba a punto de lanzarse a la aventura del sonoro, el paso que redujo el número de espectadores, hipotecó a la industria a los bancos del Este, pero que también permitió al cine plantearse temas tan complejos como los de las obras de teatro y las novelas. Aunque Hollywood hay vendido también otras muchas sensaciones, desde la música "pop" a la televisión, los bienes inmobiliarios o la prostitución infantil, el cine ha sido siempre su industria más característica. Y todo ello gracias a unos cuantos inmigrantes que habían sufrido bajo las tiranías de la vieja Europa, y descubierto con placer que podían ser emperadores en Los Angeles. 
Panorámica de Los Angeles

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