lunes, 26 de mayo de 2025

“Fuori”, de Mario Martone, un sutil paseo por la vida y obra de Goliarda Sapienza

El cineasta italiano elige una bienvenida sobriedad para contar la historia de la supuestamente indomable autora de El arte de la alegría. Una película hermosa y melancólica que captura el alma de una escritora que es perpetuamente libre, incluso en prisión.
¿Debemos seguir presentando Goliarda Sapienza? Desde hace veinte años, esta autora italiana (1924-1996) se ha convertido en un monumento literario gracias a su obra maestra, El arte de la alegría, una novela sobre el autoconocimiento que tardó diez años en escribir pero que nunca logró publicar en vida. Maldita, ella fue. Desde entonces ha nacido un culto en torno a ella, un modelo si alguna vez hubo uno de mujer libre, libertaria e indomable. Al contrario de un biopic pomposo o hagiográfico, Fuori (2025) calma inmediatamente la situación en torno al "fenómeno" y se mantiene en esta posición humilde, sobria pero sin embargo sutil hasta el final. Se mantiene a cierta distancia de las cosas, exactamente igual que su heroína, una espectadora superior, receptiva, en permanente estado de escritura posible.
Mario Martone, director de Nostalgia (2022), quien ya había realizado una película sobre un poeta -Il giovane favoloso (Leopardi) (2014)-, eligió filmar a la escritora (interpretada por Valeria Golino) a finales de los años 1970 y principios de los años 1980. A menudo la vemos sola en su apartamento de Roma. Un período difícil de degradación, donde necesitaba dinero y buscaba en vano trabajo como limpiadora. Una temporada en prisión le costó su estatus social. Los flashbacks la muestran encarcelada en Rebibbia, donde está cumpliendo su condena por robo de joyas. Allí entabla relaciones sólidas con varias mujeres, entre ellas Roberta (Matilda De Angelis), veinte años más joven, a quien vuelve a ver después de salir de prisión. Entre ellas se desarrolla una amorosa amistad, hecha de encuentros improvisados ​​en cafés y paseos por Roma.
Un verano que parece eterno
Un espíritu de huida se cierne sobre toda la película. Con este tema de la libertad como hilo conductor, que recorre los libros de Goliarda Sapienza sobre su experiencia en prisión, publicados durante su vida. Donde describe un mundo aparte y defiende esta paradoja según la cual el cautiverio la ha vuelto a centrar en sí misma y la ha liberado de muchas cosas, permitiéndole mantener la solidaridad, escapar de la violencia del exterior. El exterior (el "Fuori") y el interior (el de la introspección) son los que emergen en la mayoría de las escenas. Los personajes pasan por lugares de paso (estación, vestíbulo, escalera), espacios vacíos, en el corazón de un verano que parece eterno. "El presente ya es un mito", reza un grafiti grabado en el frontón de un edificio, que Roberta señala a Goliarda.
La película es una deriva suave, casi pacífica, pero en la que flota una melancolía difusa. La soledad, la sensación de abandono y los pensamientos suicidas nunca están lejos. Qué placer este viaje interior (con Robert Wyatt a su servicio, en la banda sonora), que a veces recuerda al de Nanni Moretti en Vespa en Caro diario (Querido diario) (1993), Mario Martone ha recorrido toda la Roma moderna en busca de vestigios donde aún perdura el alma de la escritora. En esto se une a Angelo Pellegrino, el marido de Sapienza, el único hombre en la película, que aparece brevemente. El que luchó en las sombras para salvar su obra del olvido.

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