martes, 23 de abril de 2024

Nuestras películas favoritas dirigidas por mujeres (VI)

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26. La noche más oscura (Zero Dark Thirty, 2012), de Kathryn Bigelow

Tras varios años de investigación de la CIA, que incluyó torturas a prisioneros en Afganistán, y gracias sobre todo a la perserverancia y decisión de la agente especial Maya (Jessica Chastain), por fin el presidente Obama dio el visto bueno a la operación militar que acabó con la vida de Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda. El título, Zero Dark Thirty, se refiere a la hora: las 00:30 de la madrugada del 2 de mayo de 2011, momento en que el comando SEAL de los marines penetró en la residencia de Bin Laden en Abbottabad, en Pakistán, para dar caza al hombre más buscado de la historia.
Jessica Chastain en La noche más oscura (2012)
Una crónica de la búsqueda de una década del líder terrorista de Al Qaeda, Osama bin Laden, después de los ataques de septiembre de 2001 y su muerte a manos del Equipo 6 de los Navy SEAL en mayo de 2011. Este apasionante drama basado en hechos reales de la directora ganadora del Oscar, Kathryn Bigelow, es una maravilla para la vista y nunca pierde el ritmo a lo largo de sus 157 minutos de duración.

27. Crepúsculo (Twilight, 2008), de Catherine Hardwicke 

Isabella Swan, de 17 años, se muda a Forks, una pequeña ciudad lluviosa del estado de Washington, para vivir con su padre. Ella espera que su nueva vida sea tan aburrida como la misma ciudad. Ahora bien, en el instituto, está terriblemente intrigada por el comportamiento de unos hermanos extraños, dos chicas y tres chicos. Bella se enamora perdidamente de uno de ellos, Edward Cullen. Entonces, dará inicio una relación sensual y peligrosa entre los dos jóvenes: cuando Isabella comprende que Edward es un vampiro, ya es demasiado tarde.
Robert Pattinson y Kirsten Stewart en Crepúsculo (20089
Es como una ley no escrita en la industria, que cada cierto tiempo la mitología vampírica haga honor a la inmortalidad de sus criaturas, se lance con sus colmillos a chupar la sangre de los espectadores y regrese a su ataúd con la certeza de que en unos años volverá a convertir a más individuos para la causa. La insistencia y la abundancia, inevitablemente, conducen a la banalización. El fenómeno comenzó acaso con los melodramas sangrientos de Anne Rice –que dieron lugar a la película de Neil Jordan, Entrevista con el vampiro–, y hoy está más presente que nunca tanto en el cine como en la televisión -True Blood (Sangre fresca, 2008-2014), Crónicas vampíricas (The Vampire Diaries, 2009-2017)-, etc.–, explotando el modelo "teen vampire". Y la responsabilidad de este revival la tiene Crepúsculo', cuya habilidosa campaña de marketing convirtió la película en un fenómeno mundial que ha generado secuelas y secuelas para gozo de las tribus adolescentes, embelesados con las caras bonitas de Robert Pattinson y Kirsten Stewart. El universo "high school" con sabor de los ochenta es el contexto de las batallas neorrománticas de vampiros, licántropos y nosferatus, todo por la conquista de un amor reaccionario y puritano, aderezado con gotitas "new-age", que nos hace cuestionarnos si los publicistas de Hollywood son unos genios o la masa de espectadores se mide en grados de necedad. Quizá las dos cosas.

28. El diario de Bridget Jones (Bridget Jones's Diary, 2001), de Sharon Maguire

Basada en la novela homónima de Helen Fielding. Bridget Jones es una treintañera soltera y llena de complejos, cuya vida sentimental es un desastre. Tiene sólo dos ambiciones: adelgazar y encontrar el amor verdadero. El día de Año Nuevo toma dos decisiones: perder peso y escribir un diario. Pero muy pronto su vida amorosa se vuelve a complicar, pues se encuentra dividida entre dos hombres. Por un lado, Daniel Cleaver, su jefe, un tipo encantador y sexy, pero peligroso; por otro, Mark Darcy, un viejo amigo de la familia, que al principio le parece demasiado reservado y aburrido.
Renée Zellweger en El diario de Bridget Jones (2001)
El diario de Bridget Jones nació como una columna de la periodista Helen Fielding, donde con ácido humor describía lo que se suponía era el punto de vista de una mujer treintaañera que todavía no ha dado con su lugar en el mundo. El éxito condujo a una novela aún más exitosa; el salto a la pantalla era un paso cantado, que se ha saldado igualmente con una calurosa acogida. Estamos ante una película hija de su época. Frívolamente divertida, con buenos gags y un triángulo amoroso donde Bridget, finalmente, encontrará a su príncipe azul. La desconocida Sharon Maguire dirige con oficio, y, entre bromas y veras, deja caer, aunque sea en forma de leves apuntes, algunas ideas críticas acerca del tonteo erótico en la oficina o la incapacidad de expresar los propios sentimientos.

29. Wonder Woman (2017), de Patty Jenkins

En la protegida y paradisíaca isla tropical de Themyscira, Diana Prince (Gal Gadot) es una princesa guerrera amazona que ha sido criada por su madre, la reina Hippolyta (Connie Nielsen), y sus tías, la General Antíope (Robin Wright) y Menalippe (Lisa Loven Kongsli). Diana ha sido entrenada para ser una luchadora invencible. Pero, mientras Hippolyta quiere proteger a su hija del mundo exterior, Antíope quiere que esté preparada para salir fuera de la isla. Todo cambia en la vida de la princesa cuando el piloto estadounidense, Steve Trevor (Chris Pine) se estrella por accidente en la isla. Trevor le contará a Diana la existencia de un conflicto masivo en el exterior, una guerra mundial que está causando el caos en todo el mundo. Es entonces cuando la princesa tomará la decisión de abandonar su hogar y los paradisíacos terrenos de Themyscira, con el objetivo de salvar al mundo. La amazona se topará así con un entorno completamente desconocido por ella, tomando partido en la Primera Guerra Mundial. Dotada con superpoderes como superfuerza y supervelocidad, esta inocente e idealista guerrera se convertirá en la principal emisaria de la paz en la civilización, donde tendrá que combatir el mal. Su misión será detener la guerra y los horrores de los que la humanidad es capaz, descubriendo su verdadero destino y convirtiéndose en uno de los héroes más grandes que jamás se hayan conocido.
Gal Gadot en Wonder Woman (2017)
Traslación a la pantalla de Wonder Woman, el personaje de cómic creado por William M. Marston, a quien ya pudimos ver en Batman v Superman: El amanecer de la justicia, donde se congregaban unos cuantos superhéroes, pero que aquí deviene en protagonista absoluta. Por sus orígenes en la mitología griega, podríamos decir que es el equivalente de DC Comics a Thor, de la factoría Marvel, que se inspira en la mitología nórdica. Aunque aquí con el añadido elemento femenino y feminista, que convenientemente amplificado por el aparato de marketing de Warner, ha logrado una resonancia mediática y en la opinión pública sencillamente impresionante. Lo que tiene sentido, pues es una película sólida, en que la heroína desprende magnetismo y encanto y en que la batuta de la dirección la maneja una mujer, Patty Jenkins, quien realmente no había vuelto a llamar la atención desde que filmara en 2003 Monster.

30. Amor en Rye Lane (Rye Lane, 2023), de Raine Allen-Miller 

Dom (David Jonsson) y Yas (Vivian Oparah) son dos veinteañeros que tratan de superar sus relaciones anteriores y que conectan durante el transcurso de un ajetreado día en el sur de Londres en el que se ayudan mutuamente a superar a sus ex y a volver a recuperar su fe en el amor. Dirigida por Raine Allen-Miller (en su debut como directora de largometrajes) a partir de un guion de Nathan Bryon y Tom Melia. Ambientada en las áreas del sur de Londres de Peckham y Brixton, la película lleva el título de Rye Lane de la vida real.
Vivian Oparah y David Jonsson en Amor en Rye Lane (2023)
Por eso tiene bastante mérito la realizadora británica Raine Allen-Miller, que brilla con una encantadora ópera prima que se adscribe a este maltratado género. Recuerda a Antes del amanecer, de Richard Linklater, pues sus protagonistas tienen largas conversaciones, aunque aquí se introduce una curiosa variante. No se sabe muy bien si los protagonistas pasan sólo una noche juntos o varias, pues no se especifica cuanto tiempo transcurre entre las escenas. Los diálogos no podrían ser mejores, a veces divertidos, y en otras ocasiones con jugosas críticas al daño que pueden hacer las redes sociales, las excentricidades del arte de hoy en día, y otras locuras del mundo moderno.
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