sábado, 27 de abril de 2024

Diez clásicos para aprender sobre cine (III)

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3. La fiera de mi niña (Bringing Up Baby, 1938), de Howard Hawks

El paleontólogo David Huxley está a punto de terminar su obra maestra, una laboriosa reconstrucción del esqueleto de un brontosaurio. Su vida en estos momentos no se detiene un segundo, el trabajo absorbe gran parte de su tiempo al igual que los preparativos prematrimoniales, una boda que se va a celebrar en pocos días con su querida secretaria Alice. Un buen día, durante un partido de golf, conoce a Susan Vance, una joven caprichosa de buena familia que consigue todo lo que se propone. Esta fiera con aspecto de mujer angelical manipulará a David para que no lleve a cabo ninguno de sus proyectos…
 Cary Grant y Katharine Hepburn en La fiera de mi niña (1938)
Otra comedia romántica mítica, esta vez protagonizada por Katharine Hepburn y Cary Grant. Un guión poderoso es la principal característica de la "screwball comedy", que acumula personajes variopintos y estrafalarios cuyas relaciones e interacciones derivan en direcciones inesperadas. La fiera de mi niña es un ejemplo de ágiles e ingeniosos diálogos y de secundarios inolvidables, por eso es uno de los grandes exponentes del género, con otros títulos como la hilarante Ser o no ser, del maestro Lubitsch. La película, sin embargo, fue un fracaso rotundo de taquilla,​ lo que provocó que Howard Hawks fuera apartado de la dirección de la que iba a ser su siguiente película (Gunga Din, también con Cary Grant),​ y obligó a Hepburn a pagar su parte del contrato.​ Sin embargo, a medida que pasaron los años, la película obtuvo cada vez más atención, hasta convertirse en un clásico de la comedia. La influencia de La fiera de mi niña en las comedias posteriores es tan grande que casi podemos hablar de un subgénero de películas que imitan al milímetro el esquema del argumento. Sirvan como ejemplo varias películas de chica loca y hombre tímido. Por ejemplo, algunas del propio Hawks, como Gran bola de fuego y Su juego favorito, pero también otras más recientes, como Algo salvaje, Cita a ciegas y la única imitación reconocida, ¿Qué me pasa, doctor?, homenaje sentido del cinéfilo Peter Bogdanovich a la "screwball comedy". En una entrevista de Bogdanovich con Howard Hawks, éste último le agradece el tributo, pero también le dedica un pequeño reproche. “Tu único error ha sido reconocer abiertamente que me has copiado la idea a mí. Yo he quedado como el inventor de todo esto porque nunca le he contado a nadie a quien le copié yo la idea”, respondía el siempre ingenioso Hawks. En 1990, fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry. En la lista de las cien mejores películas confeccionada por el American Film Institute en 1997. 
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