martes, 10 de octubre de 2023

Como "Extraños en un tren", de Alfred Hitchcock, trece películas que tienen una ventana a una pista (I)

Recordando el thriller tenístico de Alfred Hitchcock, repasamos de algunas escenas de culto sobre tierra, hierba o cemento...
Los aficionados al tenis están invitados a dejar temporalmente su raqueta para volver a ver, Extraños en un tren (Strangers on a Train, 1951), un clásico de Hitchcock donde un partido crea suspense. Guy (Farley Granger) debe ganar su final lo más rápido posible para evitar quedar atrapado por un chantajista. La parte (ficticia) incluye imágenes muy reales de un partido de Copa Davis filmadas por Alfred Hitchcock en el mítico estadio de Forest Hills.
Las películas en las que damos golpes a la bolita amarilla son más raras que las dedicadas al boxeo o incluso al golf. Y preocupan más a los jugadores aficionados que a los profesionales. El tenis, escriben Julien y Gérard Camy en su libro-resumen Sport & cinema, “requiere una técnica difícil de comprender por los actores si no son excelentes jugadores, al mismo tiempo que juegan al golf. La brevedad de las tomas hace que sea más fácil hacer trampa, utilizando ángulos de cámara y edición. Descubra aquí nuestro gran slam de películas sobre pistas de tenis, en orden cronológico de aparición en pantalla.

Las vacaciones del señor Hulot (Les vacances de Monsieur Hulot, 1953)

“El tenis, juego de habilidad, fuerza y ​​técnica, tiene […] un poder burlesco”, según Julien y Gérard Camy. Hulot el patoso (Jacques Tati) lo demuestra con su servicio en un estilo poco ortodoxo pero efectivo. Irresistible.

El apartamento (The Apartment, 1960)

Ninguna cancha de tenis, y mucho menos un partido de dos o tres sets en la obra maestra de Billy Wilder. Pero un uso inteligente de la raqueta, por decir lo mínimo, se transformó aquí en… un escurridor de espaguetis.

Blow-Up (Deseo de una mañana de verano) (Blow-up, 1966)

La película pop de Michelangelo Antonioni termina con un partido de tenis... sin raquetas ni pelotas. Pero cuando uno de los mimos finge golpear demasiado fuerte, la cámara sigue la pelota imaginaria mientras se aleja volando y luego rueda hacia la hierba. La magia del cine...

Dentro de cien años todos calvos (Nous irons tous au paradis, 1977)

El partido de dobles entre amigos que se va de las manos es un clásico del tenis en pantalla. Tras haber sido engañados por un agente inmobiliario, los héroes de la película de Yves Robert se convierten en propietarios de una casa con pista de tenis... ¡una prolongación de las pistas de Roissy! Para soportar el ruido de los aviones, los cuatro amigos tienen que jugar con protectores en las orejas. Obviamente, es molesto...
(cont.)

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