domingo, 15 de noviembre de 2015

Biografías de cine: Eadweard Muybridge (I)

Sus fotografías de seres humanos y animales en movimiento constituyeron una revelación para los científicos y los artistas del siglo XIX. Pero sus grandes logros influyeron no sólo en la fotografía fija, sino que tuvieron también una influencia directa en el cine primitivo. Se llamaba Eadweard Muybridge.
Cuando nació en Kinsgton-upon-Thames, Inglaterra, el 9 de abril de 1830 era simplemente Edward James Muggeridge, el hijo de un comerciante en cereales, carbón y madera. Sin embargo, cuando a la edad de veinte años (1851) emigró al Nuevo Mundo para hacer fortuna, se llamaba ya Edward Muybridge, creyendo que ésta era una variedad más puramente anglosajona de pronunciar su nombre, y que había visto en un monumento a algunos antiguos reyes sajones erigido en Kingston.
Con este nuevo nombre prosperó, primero como vendedor en Nueva York de una editorial inglesa y luego como vendedor independiente de libros en San Francisco. En 1860 le iba lo suficientemente bien como para poder realizar un viaje de vacaciones y negocios por Europa; pero, durante el mismo, sufrió graves heridas en la cabeza cuando se cayo de una diligencia. 
No obstante, la incansable energía de Muybridge pareció no verse afectada. A comienzos de la década de 1860 inventó una máquina de lavar y un nuevo proceso de imprenta; y hacia 1866, tras haber coqueteado ya con el arte comparativamente nuevo de la fotografía, consiguió el amplio y elaborado equipo necesario para los fotógrafos de dicho período, Dado que había iniciado una nueva profesión, decidió cambiarse nuevamente de nombre y empezó a llamarse Eadweard Muybridge.
Observación objetiva
Muybridge reveló una capacidad instintiva para la fotografía y se hizo rápidamente un nombre con una serie de vistas bellamente compuestas tomadas en el Yosemite Valley. El romanticismo natural de su visión se veía resaltado por asombrosos efectos de nubes  que conseguía con notable ingenio técnico. La reputación de Muybridge creció pronto lo suficiente para que el gobierno le encargase la tarea de fotografiar los territorios recién adquiridos de Alaska, los faos de la costa de Pacífico y posteriormente en 1873, la guerra contra los indios Modoc. 
Cape Blanco, 1872-1873
Pero fue probablemente el encargo de fotografiar la construcción del ferrocarril Central Pacific la que puso a Muybridge en contacto con Leland Stanford, el dinámico presidente de dicha compañía ferroviaria, y exgobernador de California. Stanford era propietario de caballos de carrera y se interesaba por los métodos científicos de entrenamiento, dedicándose al estudio de la anatomía y sistemas locomotores del noble bruto. La controversia dominante entre los estudiosos de los caballos de aquellos años giraba en torno a si había algún momento en el movimiento del animal a todo galope en el que sus cuatro patas estuviesen separadas del suelo en el mismo momento.
Según el relato del propio Muybridge, que ha llegado a convertirse en leyenda, en un esfuerzo por resolver definitivamente esa espinosa cuestión, Stanford le pidió que inventase la manera de realizar una serie de exposiciones fotográficas lo suficientemente rápidas como para captar los distintos aspectos del movimiento de un caballo no perceptible por el ojo humano. Se trataba de un encargo sumamente difícil en una época en que las placas fotográficas se preparaban laboriosamente a  mano y en la que los obturadores de las cámaras distaban mucho de ser rápidos o sofisticados.
Muybridge afirmó haber conseguido algunos éxitos en 1872 ó 1873, fotografiando al caballo favorito y más veloz de Stanford, Occident (Occidente), en las pistas de carrera de Sacramente. Lo hizo contra un fondo blanco, utilizando un dispositivo por el que el caballo disparaba el obturador de la cámara al pasar por unos tableros.
Caballo en movimiento
(cont.)

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