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49. El hombre de hierro (Czlowiek z zelaza, 1981), de Andrzej Wajda
Género: Historia viva
Era la época de las Palmas "políticas", y el premio supremo otorgado a esta oda a Solidaridad unos meses antes del establecimiento del estado de sitio en Polonia fue un verdadero mensaje de apoyo a la resistencia anticomunista. La película se rodó con prisas, lo que dio lugar a escenas a veces desordenadas.
Género: Un hombre y una mujer
Los últimos meses de una pareja octogenaria (Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva) devastada por la enfermedad. Por una vez, Haneke es casi "amable". Pero lo preferimos cuando es malo.
51. La conversación (The Conversation, 1974), de Francis Ford Coppola
Género: Una sociedad bajo vigilancia
Una reflexión sobre la apariencia (como Blow-Up, de Antonioni) y sus trampas. Y también, en medio de Watergate, una inquietante inmersión en la paranoia de un individuo y una nación. Quizás sea mucho para una sola película, ciertamente brillante, pero demasiado teórica y fría.
Género: Cenicienta moderna
Una escort de Brooklyn seduce al hijo de un oligarca ruso, quien inmediatamente envía a sus secuaces tras ella. La sorpresiva ganadora de la Palma de Oro de 2024 es una comedia social desigual, pero llevada adelante por una joven actriz deslumbrante, Mikey Madison, quien merecidamente ganó su Oscar nueve meses después.
53. El árbol de la vida (The Tree of Life, 2011), de Terrence Malick
Género: Cine universal
La primera parte, íntima, es deslumbrante. La secuela, por desgracia, en forma de espectáculo de luz y sonido con voz en off de profesor, anuncia la segunda parte de la carrera de Malick, con su misticismo ligeramente grandilocuente.
Género: Melodrama social
El reencuentro de una joven burguesa negra, abandonada al nacer, y su madre, blanca, pobre y perdida. Puro Mike Leigh, lleno de sinceridad, entre risas y lágrimas, pero menor: Indefenso (Naked), ganadora del premio a mejor director tres años antes en Cannes, fue mucho más fuerte.
Género: Chabadabada
Una historia de amor pura entre dos personas heridas por la vida y reacias a afrontarla de nuevo. El mayor éxito de Lelouch es virtuoso hasta el punto de marear, pero también romántico hasta el punto de irritar.
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